LIBROS DE VINO Y ROSAS
«La urna sangrienta»
Pascual Pérez y Rodríguez. Siruela. Libros del Tiempo. Junio 2010. 296 páginas. 19,95 euros

Escrita en 1834 por el cura Pascual Pérez y Rodríguez, sigue la estela de las novelas de Ann Radcliffe
Castillos tenebrosos, pasadizos sombríos, bóvedas misteriosas, crímenes espantosos, instintos básicos e inconfesables, asesinatos horrendos, escondrijos, duelos a muerte, secuestros, tortura, humillación, violencia, panteones crepusculares… el caldo del mundo gótico se cocina con ingredientes extremos y letales, con chichas infernales y atormentadas, con mentes martirizadas.
Los ingleses fueron los primeros en trazar este mapa del averno novelístico y fueron, son y seguirán siendo los maestros. Pero hay discípulos y secuelas, incluso entre nosotros. Pocos y pocas, pero los hay. Como Pascual Pérez y Rodríguez, un cura, escritor, periodista, pionero de la fotógrafía y encima liberal y de ideas renovadoras, que acabaron por apartarle del sacerdocio.
Él es el autor de la gran novela gótica española: «La urna sangrienta o El panteón de Scianella» , novela que sale de las sombras del siglo XIX para instalarse con nosotros en publicación de Siruela, prologada por Luis Alberto e Cuenca y con edición de Miriam López Santos.
Rara avis, López Santos decidió dedicar su tesis doctoral a «La novela gótica en España» (1788-1833), subgénero que como señala De Cuenca parecía inexistente entre nosotros: «Hasta hace poco los conceptos novela gótica y española no tuvieron nada que hacer juntos. No obstante y aunque ahora nos parezca que es un género que vuelve de las tinieblas, en su momento tuvo un éxito formidable, con gran eco de público. Y, en concreto, creo que esta novela es una lectura aleccionadora y divertida».
Peregrinaje
Miriam López Santos tuvo que peregrinar por la Biblioteca de Cataluña, el Archivo y Biblioteca Municipales de Madrid, la Universidad de Málaga, en pos de algún ejemplar de la obra de Pérez y Rodríguez, que había sido publicada en Valencia en 1834 por el editor Cabrerizo. Para López Santos, nos encontramos ante «un título que podría calificarse de novela gótica clásica, tal cual las novelas de Ann Radcliffe, la autora de la que más novelas había traducidas en España».
Curiosamente, Pascual Pérez y Rodríguez no firmaba sus obras y en este caso, como en otras dos anteriores, «La torre gótica» y «El hombre invisible» estamos ante obras de juventud (aún no había cumplido los treinta años), probablemente cuando su autor ya había decidido colgar los hábitos. Antecedente de la novela romántica, para Miriam López Santos, la «novela gótica es un sueño visionario de unos masoquistas, y su esencia es el terror, un terror que a menudo emana de nosotros mismos».
La editora también destaca que «nuestra novela gótica tiene todas las características y tópicos de la inglesa, pero añade algunas características españolas, como la moralina y los fuertes remordimientos que sufre el cruel protagonista, ese sentimiento de culpa tan típicamente español».
Una urna que mana sangre, un manuscrito perdido, ventanas que se abren solas, cerrojos que se descorren, extraños gritos, crujir de dientes, estatuas que miran de reojo… el terror está servido.
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