Emilio Bueso reinventa el horror cósmico de Lovecraft en una alquería valenciana
El escritor castellonense enreda thriller espídico y terror sobrenatural en 'Naturaleza muerta', novela con la que regresa al género tras casi una década embarcado en la trilogía 'Los ojos bizcos del sol'
H. P. Lovecraft, el mensajero del miedo
![Emilio Bueso, en una imagen facilitada por Ediciones B](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/03/21/bueso2-RYoxi8CaNIyU5J6kPUT3sQK-1200x840@diario_abc.jpg)
El elogio literario de faja y contraportada, ya se sabe, lo carga el diablo y se esfuma en lo que tarda uno en invocar, a poder ser sin atragantarse, a Cthulhu, pero algo pasa cuando un libro, un autor, es capaz de poner de ... acuerdo a Mariana Enríquez, Javier Calvo, Laura Fernández, Elia Barceló y Juan Gómez Jurado. Lo del autor, en realidad, viene de lejos, de cuando las babosas telépatas de la trilogía 'Los ojos bizcos del sol', el terror psicológico de 'Diástole' y el horror desolado de 'Esta noche arderá el cielo', pero el libro acaba de llegar a a las librerías.
Se trata de 'Naturaleza muerta' (Ediciones B) y, con un poco de suerte, acabará con ese gafe que parece perseguir a Emilio Bueso (Castellón, 1974) en asuntillos editoriales, que no literarios. «A mí me ha pasado que estando alguna de mis novelas distribuida o recién repuesta en el punto de venta, de repente cascara la distribuidora, cascara el sello, se marchase la mitad del personal de la editorial o cerrase la colección», enumera Bueso.
Normal que 'Naturaleza muerta', como dice, tenga algo de reparación. «Me apetecía reconstruirme y volver un poco a los orígenes», asegura. Y nada mejor para conseguirlo que bajar a H. P. Lovecraft a pie de pantano y alquería, enredar thriller espídico y horror sobrenatural y exprimir a conciencia aquellos primeros miedos que le acechaban siendo un crío.
«Son los miedos de la infancia los que te ponen en marcha», subraya Bueso, nieto de agricultor que creció pedaleando entre acequias y temiendo las extrañisimas esculturas que hacía un vecino o la terrible joroba de ese otro que le miraba de forma extraña. «Nada nos define como nuestros miedos. Es una de las emociones más intensas y profundas que podemos experimentar, la clave de la supervivencia para todos los seres vivos. Además, no deja de ser la base de todos los sistemas políticos», abunda el autor de 'Extraños eones'.
Demonios y ansiolíticos
El miedo es también, por extraño que parezca, la última preocupación de Claudia, una profesora universitaria atropellada por la vida y adicta a los psicofármacos que, huyendo de sus demonios urbanos, se instala en una Comunidad de Regantes habitada por seres aún más inquietantes. Felinos parlantes, gusanos abisales y rusos enloquecidos. El gato Bajún, la Baba Yaga y la misteriosa explosión de Tunguska.
Y, justo enmedio, con su provisión menguante de opioides y ansiolíticos, Claudia. «Necesitaba a alguien que ya no pudiera permitirse el lujo de tener miedo; alguien en las últimas, que no tuviese nada que perder porque ya lo había perdido todo», ilustra Bueso, especializado en hacéserlas pasar canutas a sus personajes. «Una literatura de emociones fuertes necesita también protagonistas fuertes», defiende.
![Emilio Bueso, fotografiado en Barcelona el pasado mes de febrero](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/03/21/emilio-bueso1-U52746870473eEL-760x427@diario_abc.jpg)
Otro temor mucho más cotidiano y generacional, el de «llegar a los cuarenta o los cincuenta y sentir que todo se ha ido a la mierda», es también motor de una novela en la que vacío existencial y horror cósmico comparten protagonismo con la preocupación medioambiental y la crítica social. Burbujas de metano, angustia social y temporales de efectos devastadores. La precariedad nuestra de cada día y el éxodo extramuros en busca de un neorruralismo de cartón piedra. «Lo de la ciudad es de manicomio generalizado. Estamos tomando un montón de antidepresivos, benzodiazepinas y somníferos y si vas a cualquier planta potabilizadora de agua encontrarás un montón de psicofármacos, así que me preguntaba con qué nos encontraríamos si saliéramos al campo», explica.
Y lo que se ha encontrado es, entre otras cosas, un puñado de gente rara haciendo cosas extrañas, una secta que pierde la cabeza por una criatura monstruosa y a Lovecraft echando la caña en el lago a ver qué pesca. «Ni antes ni después de Lovecraft ha habido alguien que le diera tanto la vuelta a las cosas. Se creyó sus miedos y se metió en ellos, así que yo estoy recuperando constantemente patrones del horror cósmico o de los mitos de Cthulhu. Incluso cuando no hago literatura de terror acaba apareciendo Lovecraft en mi trabajo», reivindica Bueso, un autor tirando a escéptico cuando se le menciona la supuesta bonanza de los géneros fantásticos. «Es verdad que el género ha tenido momentos peores y ahora hay más público, pero es público que acude al libro de la serie que está viendo en Netflix o en Amazon Prime. Hay casos muy excepcionales, como el de Juan Gómez Jurado, que hace thriller, pero generalmente el fantástico no tiene tanta repercusión si eres español», resume.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete