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Salman Rushdie: «No quería convertir mi autobiografía en el capítulo de una telenovela»

El escritor ha presentado en el Festival de Toronto la adaptación cinematográfica de su novela, «Hijos de la medianoche», y el 18 de septiembre publicará su autobiografía, «Joseph Anton»

Salman Rushdie: «No quería convertir mi autobiografía en el capítulo de una telenovela» EFE

DAVID MARTOS

Salman Rushdie habla de cine con la devoción de quien acaba de desentrañar los secretos de una artesanía desconocida. Tras varios intentos fallidos, su novela «Hijos de la medianoche» ha llegado a la gran pantalla de la mano de la directora Deepa Mehta, y el viejo escritor ha tenido que aprender a plasmar en un guión todos los matices que hasta ahora dibujaba con la prosa. El pasado fin de semana estuvo en el Festival de Toronto , donde ha charlado con ABC sobre su inmersión en el cine... pero también sobre su nuevo libro, «Joseph Anton» , una autobiografía que relata los años que vivió amenazado de muerte tras escribir «Los versos satánicos». Una época oscura, de huidas y falsas identidades, que ya se encuentra en su pasado... y que dentro de poco estará también en las librerías.

- «Hijos de la medianoche» es su segunda novela, la escribió en 1981. ¿Por qué ha tardado tanto en llegar al cine?

- Ha habido uno o dos intentos a lo largo de estos años. Justo después de la publicación tuve algunas conversaciones con los productores de «Gandhi», pero querían quitar algunos pasajes políticos de la novela, así que no llegamos muy lejos. Después hubo un intento bastante serio de la BBC, que quiso hacer una miniserie, pero aquello se derrumbó. Entonces llegó Deepa Mehta, que estaba apasionada con el proyecto, y pensé que si el libro es tan importante para ella... era una buena razón para hacer la película.

- ¿Ha sido complicado decidir qué partes del libro debían quedarse en la película?

- Lo que hicimos fue identificar qué personajes debían estar ahí para componer la línea argumental principal. Había secuencias que me gustaban mucho y que finalmente tuvimos que desechar, como el llamado «capítulo de la jungla», que se desarrolla en la Guerra de Bangladesh. Yo lo quería en la película, pero Deepa no lo quería, y me dijo: «Mira, ¿realmente lo quieres? Lo vamos a rodar. Pero va a costarnos 250.000 dólares y tendremos que irnos a otra localización... nos va a resultar un dolor de cabeza». Andábamos justos de dinero, así que respiré profundamente y le dije: «Vale, córtalo». Debo decir que ahora no echo de menos la escena.

«Hace más de diez años que nadie me dice que tenga cuidado, ¡y eso es mucho tiempo!»

- Además, usted ha tenido que enfrentarse a una nueva manera de escribir...

- Que es difícil, porque solo cuentas con el diálogo. Tienes que aprender que el resto del lenguaje lo aportan otros elementos de la película, como la fotografía, la actuación, la música, el montaje... Muchos elementos que reemplazan lo que pierdes cuando prescindes de la prosa.

- La novela habla sobre una generación de niños -la suya- que nació en torno a la independencia de la India. ¿Reconoce el país de su infancia?

- Deepa, su hermano -el director de producción- y yo tuvimos muchas conversaciones sobre el aspecto que debía tener la cinta, hablamos de la India de mi infancia, en los 50 y los 60. La gente se vestía de otra manera, fumaba unos cigarrillos diferentes, era un mundo distinto. Cuando vi los muebles, las fotografías en las paredes o los pequeños detalles, pensé que era increíble que hubieran podido recrear el pasado. Son cosas que el público no notaría, pero yo sí.

- Dentro de pocos días se publica su nuevo libro, también autobiográfico, sobre los años en los que vivió amenazado de muerte por escribir «Los versos satánicos»...

- Se supone que no debo hablar del libro, pero es una autobiografía, sí, y he esperado mucho tiempo para contar lo que cuento, porque quería llegar a un punto en el que estuviera suficientemente distanciado de aquellos días para poder escribirlo con objetividad. No quería convertirlo en un pastiche emocional, en un capítulo de una telenovela, así que he esperado 23 años.

- ¿Se centra en 1989, en la condena a muerte promulgada por el ayatolá Jomeini?

- El libro no solo habla de los años de la fatwa, también refleja pasajes anteriores de mi vida. Y para ser sincero, nunca pensé que acabaría escribiendo esta autobiografía; cuando la gente me preguntaba yo respondía que no estaba interesado en hablar de mí mismo, la razón por la que me convertí en escritor fue hablar sobre otras personas.

- ¿Habría sido usted un escritor diferente si no hubiera vivido bajo protección durante más de una década?

- No, de verdad, si usted no supiera nada sobre mi vida, si no hubiera leído nada... y todo lo que tuviera fueran mis libros, creo que no notaría que hubiese ocurrido algo extraño en 1989. No creo que usted viese una ruptura colosal en la vida del escritor, ni que los libros siguientes sean completamente distintos de los libros anteriores. No, creo que los libros tienen su propia continuidad y realizan su propio viaje.

«Es muy difícil hoy ser escritor, pero la oscuridad genera mejores comedias»

- ¿Ha escrito «Joseph Anton» para despejar dudas sobre su comportamiento durante estos años?

- Claro, una de las razones para escribir el libro fue decir: «Este soy yo». Y ya veremos, ya veremos lo que pasa. Estoy contento de que finalmente se vaya a publicar, ha sido un proceso muy largo. Este misterio me aburre, pero pronto se va a despejar. Solo hay que esperar hasta el 18 de septiembre.

- No sabemos si sigue preocupado por su seguridad...

- No, ya no. Solo me enfrento a esta pregunta cuando hablo con periodistas, porque hace más de diez años que nadie me dice que tenga cuidado con nada. ¡Y eso es mucho tiempo! Estoy bien, gracias. He estado viviendo en Nueva York y en Londres durante la última década de forma perfectamente normal.

- ¿Por qué es escritor? ¿Qué le impulsa a escribir?

- ¡No tengo nada más que hacer! (ríe) Siempre quise escribir. El único plan alternativo que tuve en la vida fue ser actor, y aquello no funcionó. Al menos mi voz está en la película, aunque el papel que siempre quise interpretar en una hipotética adaptación cinematográfica de 'Hijos de la medianoche' es el de un adivino. De hecho, rodamos material de esta escena... pero al final se quedó fuera. Pensé que mi presencia distraería al público, que se estaría preguntando: «¿No es ese Salman Rushdie?».

- Vivimos tiempos muy convulsos... ¿cree que nos espera un futuro mejor?

- No. Es muy difícil ser escritor en este momento de la Historia y ser un optimista. De todos modos, la oscuridad genera siempre mejores comedias.

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