«Un matrimonio feliz»
Rafael Yglesias. Traducción de Damià Alou. Libros del Asteroide. Barcelona, 2011. 416 páginas. 21,95 euros
Hay libros que anidan en tu piel y pasan a convertirse en una extensión más de tu vida, como si su historia fuera tan tuya que si te desprendieras de ella estarías en realidad acabando con tu propio personaje. «Un matrimonio feliz» (Libros del Asteroide) , del escritor estadounidense Rafael Yglesias , es una de esas novelas.
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Al comenzar su lectura, al conocer a Enrique y a Margaret, la pareja cuya historia de amor vertebra el relato, empiezas a sentir y no dejas de hacerlo ni cuando terminas el libro, ni al hacer la compra, ni cuando quedas para ir al cine, ni en el trabajo, ni mientras te duchas... y de repente te das cuenta que hablas de ellos, impulsivamente, como si les conocieras y su amor fuera una de las experiencias más intensas que hayas experimentado.
Efectos secundarios
Son los efectos secundarios que logra la penetrante prosa de Rafael Yglesias , que construye la novela a base de saltos en el tiempo y la memoria de Enrique, el protagonista, desde que conociera a Margaret (el amor de su vida y, por extensión, de la nuestra) en el agitado Nueva York de finales de los 70. Reflejando con la precisión de un cirujano emocional los vuelcos que el corazón exprimenta con el paso de los años, Yglesias juega con la empatía del lector, que pasa del amor al odio por los protagonistas de un capítulo a otro.
Sin tiempo para recobrarte de la intensidad del comienzo de un amor sin mesura pasas a desear tener la varita mágica de la ficción, esa que te permita interrumpir el relato y evitar a Margaret el sufrimiento de una muerte segura a causa de un cáncer tan terminal que la vida se le escapa en cada mirada suplicante. Unos ojos que miran a su marido (y, por extensión, te miran a ti) pidiéndole dolorosa clemencia para poner fin a tanto dolor. Pero no hay tregua, en el siguiente tramo de este sinuoso viaje en la montaña rusa de la vida, odias a Enrique, capaz de engañar a su mujer, mentir y llevar una vida paralela... que en realidad nunca fue tan vida ni tan paralela, pues es solo uno más de los tramos por los que debe atravesar el amor para ser verdadero... eterno.

Puedes intentar definir el amor con poéticas palabras, dibujarlo y hasta inventarlo para otros. Pero lo que Rafael Yglesias ha logrado en «Un matrimonio feliz» es experimentarlo y hacer al lector partícipe de ese doloroso sentimiento que nunca puede ser mesurado, pues ha de ser un todo. Es su (ficticia) historia, pero podría ser la de cualquiera.
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