Bruselas investiga un posible acuerdo de precios de libros electrónicos entre editoriales

Los inspectores de la Comisión Europea (CE) realizaron ayer redadas sorpresa a varias empresas del sector del libro electrónico en varios países, ante la sospecha de un posible pacto de precios de libros electrónicos, según informó a AFP su portavoz. El Ejecutivo de la Unión Europea no quiso precisar la identidad de las compañías analizadas ni los países miembros afectados, ya que «estamos sólo al comienzo de la investigación. No culpamos a nadie y no tenemos pruebas», dijo Amelia Torres portavoz de la cartera de la que es titular Joaquín Almunia.

Pero lo cierto es que varios editores franceses, entre los que figuran Albin Michel, Hachette, Flammarion y Gallimard , recibieron el martes la visita de funcionarios del Ejecutivo comunitario, acompañados de personal de los servicios de la competencia franceses, según ha revelado la web especializada O1.net , citando al presidente de Albin Michel, Francis Esménard. El editor manifestó en O1.net que la operación está «teledirigida» por Amazon . Esménard asegura que la filial francesa del gigante de ventas en Internet tiene su sede en Luxemburgo «para no pagar IVA» y les gustaría vender los libros «a cualquier precio, como hacen en EE.UU., donde ofrecen títulos superventas a 9,90 dólares».

La investigación de la CE es fruto de otra inspección iniciada a principios de febrero en Reino Unido debido a las sospechas por parte de la competencia de un posible pacto entre determinadas editoriales para fijar los precios de los e-books. Según los medios británicos, las pesquisas también se llevaron a cabo en Estados Unidos.

La CE reiteró que este tipo de inspecciones constituyen una etapa preliminar habitual en las investigaciones sobre prácticas contrarias a la competencia y que no implican la culpabilidad de las compañías . Hay mucho en juego, ya que las ventas de libros electrónicos en Internet son ahora más altas que las de los libros tradicionales. Un posible acuerdo entre editores para fijar el precio de los libros es una práctica prohibida por la normativa europea y puede ser castigada con fuertes multas en el caso de confirmarse .