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Diez servidores de Satanás

El escritor Manuel Jesús Palma Roldán recoge en «La estirpe de Fausto» las biografías y leyendas de diez personajes históricos que supuestamente pactaron con el Diablo

M.A

03/05/2017
Actualizado 05/05/2017 a las 10:51h.

Robert Johnson, uno de los primeros padres del rock and roll. «El guitarrista y cantante norteamericano solo necesitó 27 años para forjar una leyenda que traspasaría más allá de la música, en aquel día en que, según él mismo reconoce en una de sus más conocidas canciones, se encontrase con el Diablo en un cruce de caminos...» («La estirpe de Fausto»)

Jonathan Moulton, un héroe de guerra insatisfecho. La leyenda, confirmada (al menos en cierta manera) por los propios descendientes del pactante, «cuenta cómo el General Jonathan Moulton, un héroe de guerra condecorado por su valentía, llegó a un trato con el mismísimo Satanás para convertirse en el hombre más rico de la zona»

Giuseppe Tartani y la melodía más hermosa jamás soñada. El violinista contó que una noche soñó "que había hecho un pacto con el demonio por mi alma. Todo salía como yo deseaba: mi nuevo sirviente anticipaba cada uno de mis deseos. Tuve la idea de darle un violín para ver si podía tocar alguna hermosa melodía, pero imagina mi asombro cuando escuché una sonata tan extraña y tan hermosa, tocada con mucha maestraía e inteligencia, en un nivel que yo ni siquiera concebía como posible. Estaba tan abrumado que dejé de respirar y desperté jadeando. Inmediatamente, cogí mi violín, esperando recordar algo de lo que acababa de escuchar, pero fue en vano. La pieza que compuse es sin duda alguna la mejor que he hecho, y siguo llamándola la Sonata del diablo"

Urbain Grandier y el supuesto pacto demoniaco firmado con sangre. La belleza y la propensión natural a meterse en problemas con las mujeres llevó al joven clérigo francés Urbain Grandier a un trágico final. Acusado de herejía y de haber endemoniado a las monjas de Loudon, la acusación utilizó en su contra un supuesto pacto firmado por él con su propia sangre junto a diversos demonios y el propio Satán. Fue quemado en la hoguera en 1634

El sanguinario Gilles de Rais. «Gilles de Rais afirmó años después que un estigma maligno escapó de su alma al ver por primera vez a La Doncella de Orleans (Juana de Arco). Tras la muerte de ésta, aquel estigma no sólo volvería a su corazón, sino que se extendería por todo su cuerpo hasta convertirle en el monstruo por el que todavía hoy se le recuerda», escribe Manuel Jesús Palma Roldán de este noble francés condenado a morir ahorcado y quemado vivo por el aseisnato de más de 140 niños

Niccolò Paganini, el violinista del diablo. «Aquellos que le habían visto tocar no podían explicar cómo era capaz de hacer sonar su violín como lo hacía. Era imposible... a menos que el mismísimo Satanás estuviera detrás». La fama diabólica de Paganini le persiguió incluso tras su muerte. El obispo de Niza se negó a enterrarle en la ciudad, después de que éste se negara a recibir los últimos sacramentos y su cuerpo permaneció cinco años en un ataúd en el sótano de su hijo hasta que éste, apelando al Papa, consiguió enterrarle en un pequeño cementerio

Teófilo de Adana, el monje que logró romper el pacto. «La historia de Teófilo es una de las primeras leyendas cristianas en las que se hace una referencia específico al pacto con el Diablo», relata Palma Roldán. La Virgen habría intercedido para romper el contrato con el Maligno

Silvestre II, el Papa Mago. «Aunque no se tienen datos exactos sobre el surgimiento de esa falacia, el supuesto pacto con el Diablo de Gerberto de Aurillac habría tenido lugar en su época de juventud en nuestro país (...) Esto explicaría perfectamente el tipo de conocimientos que Gerberto había adquirido, y que superaban con creces a lo que era habitual encontrar en aquellos tiempos dentro incluso de la Iglesia»

Isabel Báthory, la condesa sangrienta. «Esta noble húngara pensaba que todos a su alrededor estaban para servirla y proporcionarle cuantos caprichos deseara. De ahí que no dudara un segundo en secuestrar, torturar y asesinar a cientos de doncellas, en busca del elixir de la belleza y la eterna juventud. Según el Libro Guinness de los Récords, Isabel Báthory está considerada la mayor asesina en serie de la historia, con más de 650 muertes a sus espaldas», escribe el autor de «La estirpe de Fausto». Todo esto unido a su relación con el ocultismo y la magia negra le haría sospechosa de haber pactado con el Diablo

Johann Georg Faust, el doctor eternamente insatisfecho. «El auténtico doctor Fausto también era mago, alquimista y hechicero», recuerda Palma Roldán sobre este personaje histórico cuya leyenda «comenzó en vida del propio doctor, granjeándose éste una fama que, merecida o no, le precedía allá donde iba». Goethe lo convertiría en un mito

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