El misterio medieval de la Casa de las Siete Chimeneas

Antonio Bascones es médico antes que escritor. Como Pío Baroja o Gregorio Marañón –«pero salvando las distancias», dice– intercala los historiales médicos con la escritura literaria. Ha publicado en apenas unos meses «El secreto del camino» y «Sol entre siete chimeneas», dos novelas de contenido histórico donde, por heterodoxo que parezca, se permite jugar con el tiempo y el espacio.

«Sol entre siete chimeneas» (Cultiva Libros) parte de una de las leyendas más conocidas por los vecinos de Madrid. Se trata de la historia de una mujer, Elena, que murió en extrañas circunstancias en la Casa de las Siete Chimeneas , sede actual de la Secretaría de Estado de Cultura (antes Ministerio). Al parecer, esta mujer era amante de Felipe II , pero terminó casándose con Fernando Zapata, un capitán de los Tercios de Flandes.

Con este comienzo, Antonio Bascones desarrolla una ficción entorno a este hombre. El primer día del año de 1572, el capitán Zapata regresa a casa silenciosamente para dar una sorpresa a su mujer, a la que se encuentra muerta sobre la cama sin ningún signo de violencia. Antes había recibido una nota reveladora de Elena que le decía: «Si se cumplieran todas mis sospechas, sal de esta casa y huye lo más lejos posible. Inicia una nueva vida, enamórate de nuevo y ten hijos».

A raíz de ese fallecimiento, Zapata parte hacia Toledo , Sevilla y Cartagena de Indias, «donde intentará rehacer su vida» tal y como le había pedido su mujer. Pero el relato va más allá, y abandona por momentos la Edad Moderna para contar la historia de «un joven al que cae en sus manos la noticia sobre la Casa de las Siete Chimeneas». Él, como Zapata, también caminará hasta Cartagena de Indias: «Se juntan varias historias de ficción tanto en la geografía como en el tiempo».

Bascones pretende con este libro dibujar «la fina línea que existe entre la realidad y la ficción, porque el libro termina con una realidad, mientras que todo el desarrollo de la misma es novela». Lo que sí que parece cierto, explica, es que «en 1900 hubo unas obras por las que aparecieron una serie de monedas». Unas arras de la época de Felipe II cuya fecha de acuñación coincidía con la fecha de la boda de Elena, desafortunada protagonista del comienzo del libro.