Juan Gelman: todo lo convirtió en poesía
El Premio Cervantes 2009 elogia a quien le antecedió en tan prestigioso galardón, el poeta argentino fallecido el miércoles en Ciudad de México, donde vivía exiliado

Ante todo, en los últimos veinticinco años éramos vecinos. Nos veíamos con mucha frecuencia. Ha sido una pérdida muy grande. Era generoso -algo raro entre poetas- y cordial , No era altivo ni soberbio. Su poesía tiene exactas raíces biográficas, muy trágicas. A pesar de su horrible experiencia personal, la persecución, los asesinatos de su hijo y su nuera, él no era una persona quejosa ni deprimente. Todo lo llevó con estoicismo admirable y, lo que importa para sus lectores, supo cómo convertirlo en poesía.
Sus poemas familiares me llegan uy cerca, pero toda su obra es notable, original. Era muy argentino, muy porteño, y sin embargo eso nunca estorba al leer sus poemas. Hace muchos años, mucho antes de que existiera internet, leí Cólera buey , y ya me di cuenta de que ahí había una poesía que nunca se había escrito en español. Una poesía argentina y a la vez cercana.
A veces lo perdemos de vista y hay que subrayarlo: la variedad infinita de estilos que soporta el español, resulta mucho más difícil en otras lenguas. Nuestra lengua nos permite entendernos, con toda profundidad. Frente a Juan Gelman todos podemos sentirnos afortunados porque no tuvimos que soportar la muerte de los hijos , ni la persecución. Gelman ofrece un testimonio valiente en lo personal , por ejemplo en la ruptura con los montoneros, que le condenaron a muerte.
Su diálogo con la poesía española es muy interesante. Cuando estuvo escondido de los montoneros leía a los místicos: gracias a su lectura recordamos que fueron también poetas perseguidos, por traducir el Cantar de los Cantares , como Fray Luis, o por ser cristianos nuevos. Sus obras brillan en los ojos de Gelman y reflejan la estupidez absoluta del racismo.
Todo lo convirtió en poesía, no quiso ser sombrío . Todo lo encausaba a la poesía y por eso es tan rica su obra. Juan ha hecho 800 páginas de poemas. Era muy autocrítico con ese volumen, decía que no le gustaba, que lo dejaría en 150 páginas... Era argentino y acabó siendo también mexicano. Es maravilloso, un orgullo, saber todo lo que compartimos gracias a la lengua.
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