Lepida Celsa, el precedente de Zaragoza que yace bajo Velilla de Ebro
Recientes excavaciones confirman la existencia del antiguo foro de la ciudad romana de época de Tiberio bajo la actual Plaza de España
Fotografías aéreas revelan un circo romano en Iruña-Veleia con capacidad para unos 5.000 espectadores
![Restos arqueológicos hallados en la Plaza de España de Velilla de Ebro](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/16/RRSS-RjNPp29JGf7tzBZIFfxKvMK-1200x840@diario_abc.jpg)
A 52 kilómetros aguas abajo de Zaragoza, Velilla de Ebro apenas cuenta con unos 240 habitantes. Muy lejos de los más de 680.000 de la capital aragonesa. Tampoco sus calles se asemejan, ni su iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción se ... atreve a competir con El Pilar. Sin embargo, hace unos 2.000 años, la vida en ambas poblaciones no difería tanto. Incluso durante unos años palpitó con más fuerza en este pequeño municipio de la Ribera Baja del Ebro.
Tres décadas antes de la fundación romana de Caesaraugusta, el general Marco Emilio Lepido estableció en este mismo lugar la colonia de Victrix Iulia Lepida, la primera fundación en el valle del Ebro de una 'colonia inmune' de ciudadanos libres romanos, con derecho a acuñar moneda, entre otros privilegios. Se levantó en el 44 a.C., en las inmediaciones y sobre el asentamiento ibérico de Kelse, del que tomó su nombre latinizado en Celsa cuando su fundador cayó en desgracia hacia el 36 a.C.
Esta antigua ciudad, ya citada por Ptolomeo, se convirtió en un importante enclave militar y comercial y llegó a contar con 3.500 habitantes antes de que Caesaraugusta la sustituyera en el papel de cabecera regional.
![Sillares descubiertos en 2005 bajo la plaza de la Iglesia](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/16/sillaresplazaiglesia-U05332327648ffW-760x427@diario_abc.jpg)
Conocida desde antiguo, las excavaciones arqueológicas emprendidas desde los años 70 junto al pueblo actual han sacado a la luz buena parte de su trama urbana, con importantes tramos del cardo y decumano, las vías principales que vertebraban la ciudad, y viviendas como la casa de los delfines o la ínsula ocupada por la casa de Hércules, la casa del emblema blanco y negro, y la casa de la tortuga. Se ha descubierto también un mercado, una panadería completa, un restaurante, almacenes o aljibes y se recuperaron lucernas, ánforas y variados objetos de vidrio y metal.
![Vista de las excavaciones desde el noroeste](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/16/desdeeloeste-U27580622287Flg-760x427@diario_abc.jpg)
Una ausencia inquietaba, sin embargo, a los arqueólogos: ¿Dónde se situaba el foro, el corazón de la vida pública de la ciudad? Tras décadas de excavaciones no había rastro de ningún edificio público. La reforma de la Plaza de España de Velilla de Ebro ha revelado por fin su ubicación, en pleno centro de la localidad. «Se han confirmado los restos de un foro que cambió por completo la historia de la ciudad», señala a ABC la alcaldesa de Velilla, Rosario Gómez.
Una basílica con podio
Aunque en 2005 una pequeña intervención en la aledaña plaza de la iglesia descubrió un tramo de un muro de unos tres metros, con sillares de gran porte, no se había vuelto a excavar en el casco urbano hasta ahora. Bajo el suelo de la plaza de España, se han hallado nuevos restos que, según explica el arqueólogo Francisco Javier Gutiérrez, de Arqueoguti, la empresa encargada de las excavaciones preventivas, «presentan las mismas alineaciones» que los sillares descubiertos en 2005 a unos cuarenta metros.
«Son unas cimentaciones de opus caementicium, del hormigón romano, que tienen casi tres metros de profundidad, con unas anchuras de 90 centímetros, una medida romana muy habitual», describe Gutiérrez. De alzado, se conserva más de un metro de altura de también opus caementicium, sesenta centímetros de anchura. Semejantes cimientos habrían pertenecido a «un edificio alto y de gran porte» que «parece ser alargado» y «desde luego de carácter público» que formaría parte del foro. Por su forma y tamaño, todo apunta a una basílica, aunque aún es pronto para afirmarlo con rotundidad.
En la cimentación se aprecian las huellas de «las tablonadas típicas del encofrado romano», pero el alzado es más irregular. Gutiérrez cree que estaría recubierto con placas de mármol. «De hecho, hemos encontrado dos y una, incluso, con un agujerito» de los empleados para su sujeción. El resultado final sería «como cuando entras a la sede central de un banco», describe gráficamente el arqueólogo.
![Podium de sillares](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/16/podiumysuelob-U80742381320rGX-760x427@diario_abc.jpg)
En medio del lado que interpretan como el más estrecho del edificio, de casi 15 metros de longitud, han descubierto «un podio de sillares que seguramente llevaría una estatua», según Gutiérrez. Caída entre materiales de expolio, han recuperado «una moldura, con encastres de hierro y con marcas que sugieren que allí iban los pies de una estatua que presidiría la edificación».
Al igual que en la ciudad fundada por César Augusto en el 14 a.C., el foro de Lépida Celsa se encontraba junto al río, el eje vertebrador, comercial y económicamente, del territorio. Gutiérrez sospecha que los restos monumentales descubiertos corresponden a «un impulso monumentalizador de época de Tiberio» y que «podrían ir a la par», ser coetáneos de los que se conocen de Zaragoza.
La capital aragonesa tuvo un foro con un mercado de tiempos de César Augusto, que fue reformado en los años del emperador Tiberio. «Parece que ese impulso monumentalizador buscó señalar la importancia de Tiberio en el valle del Ebro», sostiene el arqueólogo.
Cerámicas ibéricas e islámicas
Para Lépida Celsa sería, posiblemente, su última etapa de esplendor. La ciudad decayó frente a Caesaraugusta, que acabó por dominar todo el Valle del Ebro. Según Gutiérrez, «estaban demasiado cerca como para que las dos tuvieran la misma importancia administrativa». Ya en el primer siglo después de Cristo, el foro romano habría sido expoliado, sus sillares reutilizados y sus estatuas fundidas, como ocurrió en otras ciudades del imperio en época tardorromana. Solo que en Celsa sucedió antes porque fue la propia urbe la que decayó, no el imperio.
Los hallazgos arqueológicos llevan a pensar que parte de la población pervivió en la zona pública de la ciudad. En la excavación en la Plaza de España han encontrado restos de un mortero de trigo, un 'catillus' de unos 30 kilos hecho en piedra volcánica, que habrían llevado los licenciados que habitaron Lepida, pero también fragmentos de cerámica islámica, «que no ha salido en otros sitios» y que revelan una continuidad de la población en el lugar, según resalta el experto de Arqueoguti.
En esta excavación de unos 220 metros cuadrados en la plaza, también han documentado dos niveles de tierra que interpretan que cayó por la ladera desde una zona más alta. Pertenecería a la primitiva ciudad ibérica de Kelse, de la que hasta ahora no se habían hallado restos. «Hemos encontrado un nivel en el que sale cerámica de barniz negro, la que llamamos campaniense, del siglo I o quizá II antes de Cristo y otro nivel anterior, ya sin esas cerámicas romanas, que sólo tiene cerámica ibérica», relata Gutiérrez, convencido de que «la Kelse ibérica está cerca».
En la plaza de España no se puede excavar más, dada la cercanía de las casas. «Pueden correr peligro», indica la alcaldesa, que pretende musealizar los restos hallados a solo veinte metros de la nueva ubicación del museo de la Colonia Celsa. «Para Velilla, es un hito interesante en el centro del pueblo», señala.
Otros dos solares de propiedad municipal podrían ser interesantes para una futura intervención arqueológica, a juicio de Gutiérrez. En uno de ellos, un pabellón deportivo en desuso que se encuentra a unos diez metros de los restos del edificio que han hallado, el arqueólogo sospecha que podría encontrarse el otro extremo de la edificación.
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