Jesús Marchamalo, premio Nacional de Periodismo Cultural: «En este país sabemos mirar la cultura con el respeto que requiere»
El escritor y periodista habla del estado de la salud cultural del país
Antonio Muñoz Molina y Jesús Marchamalo donan sus archivos personales a la Biblioteca Nacional
![Jesús Marchamalo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/07/04/marchamalo-RLVg02fOi8K8qDthsFCej4M-1200x840@abc.jpg)
Se ha concedido el premio Nacional de Periodismo Cultural al periodista y escritor Jesús Marchamalo, distinción que desde este año acompañan 30.000 euros y que lo convierte en el decimoquinto en la historia del galardón. El premio, que reconoce su contribución al «conocimiento ... de escritores y creadores», sugiere un apelativo manido pero placentero a cualquier oído: escritor de escritores. «Que tu propio país reconozca que el trabajo que haces es relevante para la cultura es muy emocionante», expresa Marchamalo poco después de conocer la noticia.
Desde el Ministerio de Cultura y Deporte se ha querido resaltar su «excepcional trabajo en favor del fomento de la lectura y su defensa y peculiar sensibilidad con el mundo de las bibliotecas, así como el tono didáctico con el que ha logrado seducir a las jóvenes generaciones », así como «su compromiso, generosidad y entusiasmo con el que siempre ha desarrollado su trabajo en el periodismo cultural».
A él, más que el premio le emocionan otros autores, aquellos que despertaron su hambre expresiva y configuraron un pensamiento madurado en libros que no cabrían en una biblioteca entera. Inspira a otros, como lo hicieron con él Jorge Ibargüengoitia, Bohumil Hrabal, Julio Ramón Ribeyro o Natalia Ginzburg con su libro 'Las pequeñas virtudes'. Por mencionar algunos.
«En este país sabemos mirar la cultura con ese mínimo respeto que requiere», expresa el escritor, precisamente, sobre una tierra en la que «cada vez somos más conscientes de que la cultura es el valor de lo que vamos a legar a nuestros herederos». No todo son elogios, porque, aunque su opinión sea positiva respecto al estado general de la cuestión, «la situación de los periodistas siempre es precaria, especialmente en este momento», se lamenta. «Los contratos y colaboraciones cada vez se pagan peor y los jóvenes periodistas tienen más problemas para poder vivir de su trabajo. Somos los viejos periodistas quienes debemos denunciar este tipo de situaciones», aboga.
Con el sabor dulce del premio en la lengua, ha querido reconocer la labor del periodismo cultural en un momento en el que una de sus misiones más urgentes es la denuncia de cierta censura buenista. «Es muy preocupante que te digan que van a cambiar el argumento de Roald Dahl, que también fue uno de mis escritores favoritos, porque resulta inadecuado para esta sociedad nuestra, acomodaticia y ñoña», condena el periodista, para quien la «reescritura del pasado» es algo muy grave: «Ya lo escribió Orwell en '1984'». «Escuchar que 'Lolita' puede ser una novela que hay que leer con cautela es algo que debería despertar todas nuestras alertas», establece preocupado. Se muestra muy crítico con «una visión pacata e interesada de la historia de la literatura», que pretende mediante censura la protección de una sociedad frente a sí misma. Como si ello fuera posible.
«La humanidad se traduce en cultura: la música, la pintura, la escultura, las grandes obras literarias son de las mínimas cosas que permanecen en el tiempo. Cuidar ese legado es algo de cuya obligación nos hemos dado todos cuenta», formula sin muletillas. Si esto no es amor por la cultura, que baje Dios y lo vea.
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