Las mejores intenciones
«La mejor noticia es que algo está cambiando en el PP. No sólo se invitó, sino que se dio voz a figuras del sector fuera del partido»
Feijóo promete un Ministerio de Cultura fuerte en su Gobierno
De izquierda a derecha: Patricia Gabeiras, César Antonio Molina, Cuca Gamarra, Alberto Núñez Feijóo, Borja Sémper y Marta Rivera de la Cruz
La cultura española tiene cicatrices y las cicatrices cuentan historias. Algunas hablan de desidia, de falta de medios y cuidados, otras son huellas de golpes -cuántos contra la burocracia que la instrumentaliza- y de manipulaciones ostensibles. Incluso, algunas son autoinfligidas, por los excesos de entusiasmo ... o militancia. Aquí nadie está libre de pecado. Corren tiempos duros para el llamado poder blando. Por eso fue oportuno cuando Marta Rivera de la Cruz citó a Churchill en su negativa a recortar los presupuestos durante la guerra. ¿Para qué vamos a hacer ninguna guerra si olvidamos lo mejor de lo que somos?
Las crisis sirven para aprender. Y seguramente la mejor noticia que vimos ayer fue que algo está cambiando en el PP. El acto organizado para presentar su programa de cultura fue singular. No sólo se invitó, sino que se dio voz a figuras del sector fuera del partido, lo cual supone la escenificación de una actitud de escucha. El exministro socialista César Antonio Molina y la jurista especializada Patricia Gabeiras rompieron las lógicas partidarias.
Ambos dieron voz al sector que se alarmó cuando Núñez Feijóo dejó entrever que no habría Ministerio de Cultura, inercia que ha seguido el PP siempre que ha gobernado. Esto ya se ha corregido. Y lo mejor, si se cumplen las mejores intenciones expresadas por Alberto Núñez Feijóo, será que, en el caso de que ganen las elecciones y puedan formar gobierno, la Cultura se convertiría en una política esencial. El plan suena muy bien. Ahora habrá que ver si se cumple.
Saber que un candidato y su partido se han convencido de que es vital para la economía, para la imagen de España en el exterior y la cohesión y el rearme moral en el interior, de que es el refugio de la libertad y de la crítica –también y siempre al poder– y no debe ser humillada por la doma sino impulsada en un acto de fe cívica y de verdadera política, es una inmejorable noticia.
Cómo no pensar, viendo al sector entero allí representado escucharle, en esta gran oportunidad de que el poder blando nos sostenga en los tiempos recios, duros, que aún nos quedan por compartir. Al fin y al cabo casi todos están hartos en el sector de instituciones ideologizadas, venalidades, ministros nombrados por deudas y carambolas y por poco tiempo, falta de ideas y presupuestos... ¡Ojalá no la dejen pasar! Porque esto sí que no había pasado nunca.