Itziar Castro: una despedida inesperada
El peor viaje de mi vida
La actriz tuvo que hacer frente, con apenas 8 años, a la repentina muerte de su mejor amiga. Aquella tremenda experiencia, confiesa, «me ha servido también para crear»
Sale a la luz la causa real de la muerte de Itziar Castro

Debemos tener algo de optimistas cuando, al pensar en un viaje, nos vienen en seguida a la cabeza imágenes de lugares remotos, exóticos, paradisíacos, bucólicos, donde nos esperan las aventuras que más deseamos vivir, allá cada cual con las suyas. Pero, a veces, los viajes ... que más lejos nos llevan anidan entre nuestras neuronas, y para emprenderlos no hace falta ni tan siquiera pestañear. La actriz Itziar Castro vivió el peor viaje de su vida cuando tenía 8 años. «Es un viaje emocional», avisa: el que tuvo que hacer para asumir la repentina muerte de su mejor amiga. La atropellaron.
«Estábamos jugando a las gomas, se marchó un momento, y yo me quedé esperándola», recuerda. Fue en los años ochenta, en un pueblo, y entonces «ya sabe, la gente no llevaba casco en la moto, iba sin el cinturón de seguridad en el coche…» y ahí al lado «estaban haciendo obras, y la atropellaron». Qué pocas palabras se necesitan a veces para narrar toda una historia.
Vivir algo así, sin duda, imprime carácter. Y aquél viaje emocional construyó a la Itziar Castro que hoy vemos en los escenarios, los cines y en series como 'Vis a vis', donde encarnó con maestría a una reclusa temible, pero a la que en el fondo entendíamos y quizás incluso nos caía hasta bien. En su palmarés, un premio de la Unión de Actores como actriz revelación en 2018 por 'Pieles' y una nominación a los Goya por ese mismo proyecto.
Por quitar algo de hierro al asunto, y aprovechando la coincidencia de que nacimos en el mismo año, constatamos cómo antes los chavales hacíamos más burradas que ahora. No había nada extraño en jugar al lado de unas obras, en una calle por donde podían pasar coches a una velocidad que hoy nos pondría los pelos de punta. Confiesa que ella era bastante tremenda, lo que a menudo le hacía merecer unas palabras lapidarias de su padre en forma de refrán que vale la pena reproducir en su versión original: «Les cabres, pels seus pecats, porten els genolls pelats». En castellano pierde la rima si se traduce directamente: las cabras, por sus pecados, llevan las rodillas peladas.
Sufrió episodios de 'bullying' en la escuela, además de discriminación por tener un físico alejado de los cánones
¿Hasta qué punto era una cabra la pequeña Itziar? «Era una mezcla de Vicky el Vikingo, Pippi Langstrump y Daniel el Travieso», responde sin tener que pensarlo ni un instante. ¿Quieren más detalles? «Hacía cabañas en los árboles, quería ser corsaria, tenista, jugadora de fútbol, abogada… y lo que me daba la oportunidad de ser todo lo que quería era ser actriz».
Al perder a aquella amiga en la infancia, Castro aprendió que «la vida es hoy, que tenemos que decirnos más 'te quiero', que hoy estamos y mañana podemos no estar, así que hay que vivir al cien por cien cada día». Aquella pérdida «ha salpicado toda mi vida, en todos los niveles, tanto personal como profesional, y me ha servido también para crear», cuenta desde la serenidad de quien, sin intentar ocultar el dolor, ha sabido convivir con él. «En mi libro y en mi espectáculo 'El corazón por delante' hay un poema dedicado a ella y a estas vivencias», recuerda.
Otros viajes
A partir de ahí, Itziar Castro sufrió episodios de 'bullying' en la escuela, además de discriminación por tener un físico alejado de los cánones. Nuevas luchas, nuevos viajes que afrontó «con el apoyo de una familia que siempre me ha dejado ser muy libre», y también con ayuda profesional: «Soy de las que cree que la salud mental tanto o más importante que la física, y que igual que vamos al dentista tenemos que ir al terapeuta».
Su próximo proyecto es un corto titulado 'La cita'. Lo estrena el 13 de octubre en los Premios Pávez, en Talavera de la Reina. A partir de ahí, confía en que la cinta pueda hacer también su propio viaje por festivales nacionales e internacionales y se pueda ver públicamente. «Es un regalo que le hago a la Itziar adolescente que veía que ninguna actriz gorda era protagonista en ninguna comedia romántica, y un poco también un regalo a todas las personas que en algún momento han sentido que no tenían un lugar en el mundo».
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