El repartidor de pizza que salvó a una mujer de una violación y sueña con ser policía
Casos con alma
Juan de Dios Espinosa, de 23 años, ha pasado de víctima –su padre fue asesinado cuando tenía 13 años– a héroe, al detener a un violador junto a su compañero Juan Valdivia. Su ilusión es ser un agente. Madera tiene...

Los 'juanes', como ya se conoce a estos dos jóvenes jiennenses repartidores de pizza, se han ganado a pulso la admiración de sus conciudadanos desde que el pasado 7 de julio pusieran en fuga primero, y detenido después, al autor de una brutal ... agresión sexual de una joven de 22 años. Los hechos ocurrieron en el aparcamiento del parque de la Concordia, pasada la medianoche. Juande, el benjamín de la pareja, hace una reflexión en voz alta: «Para que luego digan que en Jaén nunca pasa nada»...
Los protagonistas de esta historia habían salido de trabajar algo más tarde de lo habitual. Se adelantó Juan para recoger su moto del parking en el que siempre la estaciona. Entonces oyó un ruido, como de una pelea. Miró a ver qué sucedía y vio a un tipo desnudo... Entonces tuvo claro dos cosas: que aquello no era una simple pelea y que tenía que actuar de inmediato. Lo primero que hizo fue llamar al 091 y luego enfiló sus pasos a donde estaba el sujeto. Entonces descubrió a la víctima, a su lado, tirada en el suelo...
Juan comenzó a gritar, le ordenó que la dejara en paz, mientras aquel individuo no paraba de decirle: «Ella quería». Iba a ir a por él, pero la joven, en estado de shock, le rogaba que no la dejara sola. Lo primero, claro, era atenderla, intentar tranquilizarla hasta que llegara la Policía.
La casualidad quiso que en ese momento llegara Juande. «Vi la moto de mi compañero en el suelo y a la chica con varios golpes y aterrorizada», explica con naturalidad, sin la menor intención de darse importancia. Tampoco él lo dudó: salió a la carrera en persecución de aquel sujeto para detenerlo hasta que llegaran los agentes. «El tipo también me repetía que ella quería. Le cogí del cuello y de los hombros y le saqué a la zona del parque más iluminada... Entonces se presentaron los policías, que lo detuvieron».
Desde que se conoció lo sucedido los 'juanes' se han convertido en héroes locales. Los ha recibido la subdelegada del Gobierno, el comisario provincial, los agentes de la UFAM (Unidad de Familia y Menores de la Policía) ante los que también han prestado declaración como testigos y han sido propuestos para la Medalla al Mérito de Protección Civil. «Mil veces nos han dado las gracias, pero solo hemos hecho lo que teníamos que hacer», cuenta Juande a ABC.
Los 'juanes', aunque habían mostrado su interés en ello, no han podido volver a hablar con la víctima. Saben, eso sí, que les está eternamente agradecida, porque así se lo ha hecho saber a través de su abogado. Es más; les escribió un correo electrónico en el que, además de darles las gracias por su comportamiento ejemplar, les explicaba que dentro de los graves daños físicos que ha sufrido, se encontraba bien psicológicamente; todo lo bien, al menos, que se puede estar después de una experiencia así. Además les contaba que quería quedarse al margen de la repercusión mediática que ha tenido este asunto y mantener el anonimato para poder seguir con su trabajo y con su vida. De ahí que hubiera escogido la vía epistolar para ponerse en contacto con ellos, una vez que se había enterado de su interés por saber cómo estaba. Por supuesto, Juande y Juan lo entendieron.
¿Queréis ser policías?
Pero aún hay algo más detrás de esta historia que la hace muy especial. En su visita a dependencias policiales el comisario jefe hizo una pregunta a los héroes: «¿Queréis ser policías?» Juan, que cursó Filología inglesa aunque algo más tarde de lo habitual, le dijo que no, que su ilusión es trabajar en lo suyo. De hecho, con lo que gana de repartidor de pizzas se paga el máster que cursa en estos momentos y por ahí quiere enfocar su futuro.
Juande, en cambio, no lo dudó: «Sí, ese es mi sueño. Me voy a presentar a las oposiciones en cuanto acabe el Bachillerato». Ya apenas le quedan un par de asignaturas... «Y eso, ¿por qué?», continuó interesándose el comisario: «Me gusta; ya lo quería ser antes y después de esto es aún mayor la ilusión que tengo». A la vista de la respuesta, el jefe policial zanjó: «Hace falta gente como vosotros»...
En nombre del padre
¿De dónde le venía a Juande esa ilusión por ser policía? Hay que remontarse a la tarde-noche del 30 de enero de 2013. Ese día Luis Manuel Contreras Reyes asestó 53 puñaladas, concentradas en el rostro y en la cabeza, a Juan de Dios Espinosa durante una discusión por una deuda de 100 euros. Solo una de ellas era mortal de necesidad. Fue lo que se conoció como el crimen de Las Fuentezuelas, que tuvo una enorme repercusión en esa ciudad «en la que nunca pasa nada».
Pues bien, Juande, uno de los héroes de Jaén, es hijo de Juan de Dios Espinosa. En aquel momento terrible tenía solo 13 años, por lo que aquello le marcó. Sus padres se habían separado solo seis meses antes por los problemas del progenitor. El chaval, dentro de la enorme dureza de aquellos acontecimientos, quedó impresionado por la eficacia y humanidad de la Policía, que en apenas 48 horas resolvió el crimen. Hubo un par de implicados más, igualmente arrestados, pero al final solo fue juzgado el autor material, que fue condenado a 15 años.
Aquellos acontecimientos despertaron en Juande esa ilusión por ser policía. Su segundo contacto con el Cuerpo llegó un tiempo después, cuando fue llamado a comisaría. La razón: había comprado un teléfono móvil que había sido robado. Por supuesto, él no tenía ni idea de aquello y así se lo contó a los agentes, que lo entendieron. De nuevo el trato había sido muy correcto y otra vez se había sentido atraído por vestir ese uniforme.
Antes de eso, había querido ser bombero y trabajar fuera de España. Las circunstancias hicieron que Juande dejara los estudios a los 18 años, con el Bachillerato sin acabar. Primero fue socorrista en Barcelona, pero aquello no terminaba de llenarle y regresó a su tierra. Desde entonces ha trabajado en dos etapas distintas en la pizzería. En la última ya lleva dos años en el puesto.
Casos con alma
Sin embargo, en todo este tiempo no se ha olvidado su objetivo y poco a poco, aprobando dos o tres asignaturas al año, va a acabar sus estudios. Con el título de bachiller en la mano será el momento de intentar conseguir su sueño. Tiene decidido que se va a preparar con todas sus fuerzas para aprobar la oposición a la Policía. Habrá que ver cuál es su rendimiento académico, pero a la vista está que en ilusión, ganas y actitud pocos aspirantes le van a superar. Si lo consigue, y ojalá así sea, un héroe se unirá a los muchos que cada día prestan sus servicios en el Cuerpo. Seguro que ese día, su madre, que ya está orgullosa de él y recorta cada noticia sobre Juan y su hijo, aún se será más feliz por tener un chaval tan especial como este.
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