Hallan escondida en el Turuñuelo una escena de batalla de guerreros de hace 2.500 años
Un artista grabó sus bocetos de luchadores y caras en una pequeña pizarra, la primera tablilla de artesano conocida de Tarteso
Los pies de la diosa del Turuñuelo llegaron desde Grecia hace unos 2.500 años
![Hallan escondida en el Turuñuelo una escena de batalla de guerreros de hace 2.500 años](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/-5980956747155751410_121-RxyFF7HJL9oeMJsMiy1lv9I-1200x840@diario_abc.jpg)
Apenas mide 20 centímetros de altura y otro tanto de anchura, pero el último descubrimiento arqueológico en el yacimiento de Casas del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) contiene todo un mundo de información sobre la aún desconocida civilización de Tarteso, considerada ya por los griegos ... como una de las primeras de Occidente. Escondida bajo un ánfora, los arqueólogos del proyecto 'Construyendo Tarteso' hallaron una pequeña tablilla de pizarra donde un artista grabó hace unos 2.500 años unos bocetos de guerreros en lucha, así como rostros y motivos decorativos que plasmaría después en marfiles, madera o en piezas de oro.
«Sabemos que en Roma hay placas de pizarra por ejemplo con planos, pero en cronología tartésica es la primera vez que aparece una pieza de este tipo», señala a ABC ilusionada Esther Rodríguez, codirectora junto a Sebastián Celestino de estas investigaciones que lleva a cabo el Instituto de Arqueología de Mérida (CSIC-Junta de Extremadura) y que este jueves se presentan en rueda de prensa en este túmulo de las Vegas del Guadiana.
En una de las caras, dos guerreros luchan ante un tercero vencido, que está representado desnudo, con casco, barba y pelo rizado y con un gran pene erecto, habitual en las imágenes de caídos en batalla de la época. Al menos uno de los combatientes, vestido con un faldellín decorado y con grebas protectoras en sus piernas, lleva la falcata al cinto, una lanza, una caetra (escudo) «y la trenza de nuestro guerrero de las cabezas», describe Rodríguez, aludiendo a una de las cinco primeras representaciones humanas de Tarteso halladas en las excavaciones del año pasado. «La trenza es muy típica de los guerreros, es un signo de que está en tránsito de la juventud a la madurez», apunta por su parte Celestino.
![Imagen principal - En la pieza de pizarra se hicieron bocetos con escenas, caras y elementos que después se plasmarían en marfiles u orfebrería](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/DSC_3658-U36017871281jqd-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - En la pieza de pizarra se hicieron bocetos con escenas, caras y elementos que después se plasmarían en marfiles u orfebrería](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/ConEscala-U82502005334gRB-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - En la pieza de pizarra se hicieron bocetos con escenas, caras y elementos que después se plasmarían en marfiles u orfebrería](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/-5980956747155751410_121-U41434306073yzD-278x329@diario_abc.jpg)
Al dorso, se aprecia la figura de otro guerrero ataviado con un casco y con las manos adelantadas como en el marfil de Dionisos hallado en este mismo yacimiento, a la manera de las representaciones etruscas. A su lado, el artesano ensayó unos círculos, como los de las escamas de los peces o las melenas de los leones de marfiles recuperados en el Turuñuelo. «Hay muchas cosas de repente relacionadas», observa la arqueóloga. También practicó con dibujos de caras, cuadriculó sus dibujos con unas largas líneas y en la parte inferior grabó una especie de eslabón con lo que parece ser una pequeña botella o una bellota.
Hallada la puerta principal
Los investigadores del CSIC encontraron la tablilla en una de las cuatro estancias perimetrales del edificio que han descubierto en esta campaña, al este del complejo. El año pasado, sin saberlo, habían dado ya con la puerta principal que todos los edificios tartésicos tienen orientada a la salida del sol. «No es tan monumental como esperábamos», comenta Sebastián Celestino y se abre tras la única habitación transversal del complejo, en la que hallaron las famosas esculturas con rostros humanos.
Ahora la ven con claridad, en la fachada ataludada que conserva más de tres metros de altura y 3,60 m de ancho, lo que muestra la robustez de la construcción, hecha de adobe sobre un zócalo de piedra. Pero al principio, una estancia construida posteriormente en la entrada y en la que solo hallaron restos de fauna y algo de cerámica había despistado a los investigadores.
![El sector excavado en esta campaña, con la puerta del complejo en la parte superior izquierda, el atrio de pizarra y el pasillo de guijarros que comunica con las estancias perimetrales inferiores](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/DJI_0383-U74601207486vcA-760x427@diario_abc.jpg)
Al cruzar su umbral, descendiendo dos peldaños, desenterraron un atrio pavimentado de pizarra y más allá un ancho pasillo empedrado de guijarros, que piensan que rodea el edificio. Ambos carecían, curiosamente, de material arqueológico. Sin embargo, al continuar las excavaciones descubrieron una serie de pequeñas salas perimetrales repletas de restos de los siglos VI y V a.C.. «Es significativo», a juicio de Rodríguez, que antes de destruir y colmatar el edificio a finales del siglo V a.C. por razones que aún se desconocen, «se preocuparan de que el material quedara en los espacios interiores, que todo quedara dentro de la casa».
El mundo artesano
A diferencia del santuario tartésico de Cancho Roano, no creen que esas dependencias periféricas del Turuñuelo sean una serie de capillas con ofrendas, sino un área dedicada a la producción, con pequeños talleres en los que trabajarían una o dos personas. Una de las estancias contenía unos 50 platos de casquete esférico en los que se conserva un motivo esgrafiado (inciso) que bien podría ser la marca o firma del alfarero y un sello alfarero. En otra han recuperado fusayolas decoradas y 42 pesas de telar, en la última excavada junto a la fachada han desenterrado unos hornos y en total, han hallado cientos de piezas de cerámica (ungüentarios, ánforas…), que «aunque fragmentadas por la destrucción del edificio están completas, por lo que podremos volver a reintegrar los fragmentos y a reconstruirlas», según explica Rodríguez.
«Estas habitaciones nos hablan por primera vez de la figura del artesano en Tarteso, que es muy desconocido. Tenemos marfiles, tenemos bronces, pero siempre se discute: ¿serán de talleres occidentales, orientales? En realidad, no lo sabemos. Bueno, pues aquí por primera vez estamos ante una zona dedicada a la producción, no cabe duda por el material que está apareciendo», subraya la codirectora de Construyendo Tarteso. Y añade: «Si el año pasado dimos con personajes que bien podrían formar parte de la aristocracia del sitio (por los rostros), en esta campaña descubrimos la vida de los artesanos».
![Imagen principal - En las estancias perimetrales, los arqueólogos han recuperado, entre otros objetos, ánforas, ungüentarios y unos 50 platos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/-5981049801917187599_121-U74884434041IBP-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - En las estancias perimetrales, los arqueólogos han recuperado, entre otros objetos, ánforas, ungüentarios y unos 50 platos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/-5981049801917187603_121-U36427265224KeS-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - En las estancias perimetrales, los arqueólogos han recuperado, entre otros objetos, ánforas, ungüentarios y unos 50 platos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/06/-5981049801917187602_121-U07427111208UjY-278x329@diario_abc.jpg)
La pequeña pizarra con las escenas de guerreros evidencia que en este enclave pacense trabajó un artesano que tal vez fuera el mismo que decoró los marfiles que han hallado en esa misma estancia, uno grabado con la silueta de un egipcio. Antes de la destrucción del complejo, alguien escondió esta placa grabada y un plato de balanza de cobre bajo un ánfora en cuyo interior han hallado una copa de tipo Cástulo griega del siglo V a.C. Rodríguez señala que aún no saben qué relación hay entre el plato de bronce y la pieza de pizarra porque queda mucho por estudiar. «En esa habitación, nuestra compañera Andrea lleva inventariados más de 40 útiles de hierro (hoces, cuchillos, picos, hachas…) y no ha terminado», dice.
Una piedra del entorno
El material recuperado en esta campaña llena cajas y cajas y hasta estanterías. «De las famosas caras no hemos encontrado nada más, pero en algún sitio tiene que estar al menos la estructura en la que iban encajadas», comenta esperanzado Celestino, que recuerda que las esculturas, planas en su parte posterior, tienen unos agujeros para su sujeción. El veterano arqueólogo sospecha que «cuentan algo, un relato mitológico o de héroes, que es muy típico de este mundo», pero todavía no han podido estudiarlas en profundidad. Tras su paso por el Museo Arqueológico de Badajoz, donde se formaron largas colas para verlas, y el de la Comunidad de Madrid para la exposición de Tarteso, se depositaron en el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE) para su limpieza y el análisis de sus restos pictóricos.
Por las arracadas que llevan alguna de las figuras, unas joyas típicas de la zona, y la piedra en que fueron esculpidas -una calcarenita que se puede encontrar en el entorno-, Celestino especula con que pudieron ser obra de algún artista itinerante llegado a las Vegas del Guadiana. «Están hechas con un estilo propio, pero con un aire mediterráneo, menos el tocado flamígero o como de raíces vegetales, bastante curioso», aprecia.
Los estudios que sí han podido realizar sobre las fases arquitectónicas del edificio han revelado que es más antiguo y que «en él convivieron tres generaciones», desde finales del siglo VII o principios del VI a.C. hasta finales del V a.C. , según destaca Celestino. Estos datos concuerdan con sus investigaciones sobre las fases del sacrificio de los caballos en el patio del Turuñuelo y confirman la existencia del complejo en plena época tartésica, antes de la crisis.
Para el investigador del Instituto de Arqueología de Mérida, «eso explica, por ejemplo, que en su interior encontremos muchos objetos que son muy antiguos, seguramente porque los aprovecharon de los edificios anteriores». ¿Se refiere, tal vez, a los pies de la diosa del Turuñuelo? Los análisis confirmaron que procede de las canteras de Pentélico, lo que la convierte en la escultura de mármol griega más antigua de la Península Ibérica. Y aunque se encontró en un contexto de finales del siglo V a.C., el propio Celestino señaló a ABC que piensan que la escultura es anterior.
En el extraordinario rompecabezas que es el yacimiento de las Casas del Turuñuelo, hay piezas que comienzan a encajar.
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