La fatua de Jomeini: más de tres décadas de persecución y 4 millones de recompensa por la vida de Rushdie
Durante las protestas se produjeron decenas de muertes y los editores de la novela en Japón y Noruega fueron asesinados
El escritor Salman Rushdie, apuñalado durante un acto en Nueva York
Salman Rushdie: el escritor atado a una sentencia de muerte
El líder de la revolución iraní, el ayatolá Jomeini, emitió en 1989 una «fatua» o edicto religioso ordenando a todo musulmán matar a Rushdie por escribir un libro que consideraba «blasfemo». Fue acusado de ridiculizar el Corán y a Mahoma en su novela 'Los versos satánicos'. En esa fatua (decreto religioso), el imán pide a «todos los musulmanes devotos» que ejecuten al autor del libro, a los editores y a «los que conocen su contenido», «para que nadie insulte a las santidades islámicas». Durante los diez días siguientes, los países de la Comunidad Económica Europea retiran a sus embajadores de Irán, y este retira a los suyos de Europa.
En la novela, Rushdie relata las aventuras picarescas de dos indios, «muertos» en un atentado terrorista contra su avión, pero que llegan salvos a una playa inglesa y se mezclan con los inmigrantes de Londres, en pleno periodo de Margaret Thatcher, en los años 80. Es sobre todo una novela sobre el desarraigo del inmigrante. Tan pronto como apareció, una ola de indignación se propagó por el mundo musulmán. Es el segundo capítulo (unas pocas decenas de páginas) el que provoca el escándalo. En él, el personaje vagamente ridículo del profeta Mahound, alusión al fundador del Islam, Mahoma, predica la creencia en deidades distintas de Alá, antes de reconocer su error.
Finalmente, se descubrió que detrás de la fatua estaría Kalim Siddiqui , director del Instituto musulmán pro-iraní de Gran Bretaña, que visitó Irán antes de que la amenaza de muerte fuera declarada. Hace tan solo dos años, los medios de comunicación iraníes aumentaron la recompensa por el asesinato del escritor británico hasta los 600.000 dólares, lo que sumado a otras aportaciones rondaría casi los 4 millones de dólares que se pagarían por su cabeza.
La fatua desató un conflicto internacional
En India, en octubre de 1988, el primer ministro Rajiv Gandhi prohibió el libro, con la esperanza de recuperar votos musulmanes en las elecciones legislativas. Le siguen unos veinte países. En enero de 1989 se quemaron copias en la plaza pública de Bradford, en el norte de Inglaterra.
La recompensa por la ejecución del autor, de cientos de miles de dólares en aquel momento, provocó que Rushdie viviera escondido durante una década. En los primeros seis meses, cambia de hogar 56 veces.
Después de la emisión de la fatua por parte del ayatolá, se produjeron numerosas protestas en varios países como Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica o India, que se saldaron con miles de heridos y decenas de muertos. Pero, cuando se publicó la novela en EE.UU., hubo explosiones en dos librerías en California y manifestaciones multitudinarias en Nueva York.
En marzo de 1989, Inglaterra e Irán rompieron relaciones diplomáticas y, en mayo, 50.000 musulmanes protestaron en contra del libro en el centro de Londres. El 3 de agosto del mismo año, se produce una explosión en Londres, que los terroristas admitieron que formó parte de una operación en contra del autor.
Dos años después, unos terroristas atacaron con un arma blanca a Ettore Capriolo, el hombre que tradujo la obra al italiano. Asimismo, Hitoshi Igarashi es asesinado en Japón por ser el traductor al japonés de Los versos satánicos. En 1993, se produce otro atentado en Sivas (Turquía), en contra de Aziz Nesin, traductor al turco de la novela en el que murieron 37 personas. El editor de la novela en Noruega también fue asesinado unos meses después.
Pasados los años, en 1998, Rushdie declaró que dejaría de vivir oculto, después de que el gobierno iraní se comprometiera públicamente a no buscar la ejecución de autor. También manifestó que estaba arrepentido de haber llegado a afirmar ser musulmán practicante para tranquilizar los ánimos cuando, en realidad, no cree en el islam ni en la religión. Salman Rushdie comentó en una entrevista a ABC en 2012: «Estoy bastante orgulloso de mi libro. Me alegra mucho de que se pueda leer hoy como cualquier otra obra. Si uno lee «Los versos satánicos» de una forma neutra no parece un libro muy crítico del Islam. Ni siquiera trata del Islam, y la parte que trata del Islam yo creo que es bastante inofensiva. Y, además, pienso que si hay una religión y sus líderes atacan a la gente y trata de asesinar gente, evidentemente es una religión que ha de ser criticada.»
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