La escena imposible
La vergüenza, ese sentimiento revolucionario
¿'Vergüenza' es una comedia? No queda claro: se parece más a una serie de dibujos animados
'La que se avecina': Puñetero pescadero
![Javier Gutiérrez y Malena Alterio, en 'Vergüenza'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/08/28/Verguenza-REwNN9JMz0MNoYoYFOAXx2M-1200x840@diario_abc.jpg)
«La vergüenza es un sentimiento revolucionario». Esa frase de Carlos Marx abría el poema de Antonio Gamoneda 'Malos recuerdos' (1980). En él, el maestro ovetense describía la inconsciencia infantil de cuando torturó a una perrita siendo niño. En el texto lo entrelaza ... con otro mal recuerdo de chiquillo: su robo de una carta donde una madre escribía a un soldado. «Mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo / pero aunque tuviese el tamaño de la tierra / no podría volver y despegar / el cable de aquel vientre ni enviar / la carta del soldado».
La vergüenza, sentimiento primigenio del ser humano. El Génesis: «La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas». Y Adán le contó, autoclementísimo él, a Dios: «tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí». La vergüenza, ese sentimiento de cuerpo entero que conduce a la huida, al escondite. Ningún sentir abarca tanto ni señala con más saña al responsable: la culpa se mantiene en un runrún, el amor fluctúa según el objeto amado, la codicia da descansos cuando se obtiene lo ansiado. La vergüenza no deja rehenes, ni olvido. Escribe Frédéric Gros en 'La vergüenza es revolucionaria' (Taurus): «Las vergüenzas no se superan jamás, sino que las trabajamos, las elaboramos, las sublimamos. En ocasiones incluso terminamos usándolas como palancas, como cómplices, como resortes. Las escurrimos, las purificamos con tal de eliminar la tristeza destructiva y el desprecio hacia uno mismo que puedan contener, y solo nos quedamos con la parte pura de ira».
Vergüenza
El punto de partida de la serie 'Vergüenza' (Movistar+), idea de Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero, despoja de este sentimiento central a sus personajes. En especial, al protagonista, Jesús Gutiérrez (Javier Gutiérrez). Su pareja, Nuria, siente vergüenza pero no es capaz de escapar de situaciones que la produzcan. ¿'Vergüenza' es una comedia? No queda claro: se parece más a una serie de dibujos animados donde, de vez en cuando, entra la amargura y la tristeza. Algo sí sientes: incomodidad. La vergüenza sentida duele, la vergüenza contemplada azora. Similar a una patada en los genitales masculinos: sentida, duele, contemplada, duele también porque -no tengo pruebas, tampoco dudas- los genitales masculinos están conectados unos con otros por 5G.
Gutiérrez, Alterio (y Sanz)
No se sostendría 'Vergüenza' sin el trabajo de sus actores protagonistas. Ellos ponen el cuerpo y, en ocasiones, pareciera como si también ellos -la persona tras el personaje- sintieran esa misma vergüenza que están interpretando. Javier Gutiérrez, esa joya nacional, nos regaló un señor lamentable, incapaz de aprender, divertidísimo. La Alterio, monumento total, juega con la incredulidad, la repugnancia, el descoloque y el enganche: su cara de cine mudo ya lo dice todo. Y el tremendo monstruo Vito Sanz: demuestra de nuevo que en ficción humorística importa la triangulación. Dos hacen un chiste, tres ya son comedia.
Cavestany y Fernández-Armero
Este párrafo debería escribirse como si fuese una carta de un fan loco de Juan Cavestany pero estamos en el ABC y hay que guardar las formas. Uno de los creadores esenciales de nuestro país, la obrona -la tecleo así, mayúscula en asturiano popular- de Cavestany abarca y aprieta. Voy: 'Los lobos de Washington', 'El asombroso viaje de Borjamari y Pocholo', 'Alejandro y Ana. Lo que España no pudo ver de la boda de la hija de Aznar', 'Gente en sitios', 'Dispongo de barcos', 'Vota Juan', 'Un efecto óptico', 'No me gusta conducir'... El compendio loco de tonos, temáticas, en las comedias de Cavestany remueve el presente y el futuro del humorismo español.
Fernández-Armero, que no para de trabajar -actualmente rueda 'Los Muértimer'-, completa a Cavestany en 'Vergüenza': la dupla firma uno de sus mejores trabajos del que incluso salió un remake mexicano titulado 'Pena ajena'.
La escena imposible
Parece lógico que esta sección veraniega, 'La escena imposible', donde caben series cómicas con escenas incómodas, se termine con 'Vergüenza'. Podría escoger cualquier momento de sus tres temporadas pero disfruten con los ratos racistas que, a veces, tan instalados tenemos en nuestra sociedad. Jesús hablando despacio a un rumano, Jesús creyendo que una boda entre un blanco y una latina es de conveniencia, Jesús en Etiopía, Jesús con un negro de Zaragoza. Ahí se encuentra todo el colorido del racismo inconsciente, diario, con el que nos podemos encontrar en el bar, el edificio, el trabajo o dentro de nosotros mismos. Y, claro, incomoda vernos en un espejo algo, sólo algo, deformante.
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