El Dardo
Los últimos dromedarios
Los pocos pueblos y ciudades que disfrutaron de los esplendorosos dromedarios en las cabalgatas habrán visto desfilar a los últimos
'María', por Daniel Múgica
![Cabalgata con dromedarios en Pamplona](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2025/01/07/dromedarios-kKeH-U7074548081fEH-1200x840@diario_abc.jpg)
Puede que sea el último año donde veamos dromedarios en la cabalgata de los Reyes Magos, indisoluble con uno de nuestros acervos culturales, el cristiano, y lo suscribe un judío, tradición que este gobierno se quiere cargar. El empujón casi final fue ... no mandar representación a la inauguración de la reformada Notre Dame.
Toda ley que aprueba este gobierno de falsa socialdemocracia huele a trampa. La ley de bienestar animal dice en un punto que los dromedarios se podrán utilizar al ser animales de producción y no de compañía, pero en otra aclara que no aparecerán animales en procesiones, belenes o cabalgatas. En Gijón los Reyes Magos fueron anoche en el coche de San Fernando, un ratito a pie y otro andando; en Ledesma fueron en coche y en otros sitios la imaginación no dio para mucho más. La multa por incumplir la ley es capaz de llegar a los doscientos mil pavos. Los pocos pueblos y ciudades que disfrutaron de los esplendorosos dromedarios habrán visto desfilar a los últimos.
Ya sabemos que nuestros niños son asesinos psicópatas y lo normal es que apedreen a los dromedarios o les disparen a la cabeza con las armas de sus mayores; conocemos que la mayoría de nuestros funcionarios disfrutan con el sufrimiento de los animales y les obligan a grandes caminatas nocturnas cargados de regalos, cápsulas de cianuro por lo general; nos regocijamos en el estrés de nuestros dromedarios. Sí, hay bastante imbécil que acusa de las autoridades de producir estrés a los animales en las cabalgatas.
La ley, buena sin embargo para los animales de compañía, busca acabar con las muchas tradiciones españoles, acusándolas de ser sostenidas por la derecha, lo que es una infamia además de una estupidez. Las tradiciones no tienen color político, se aplauden y multiplican en cualquier región. A menos, claro está, que la falsa izquierda, para captar el voto, nos introduzca en un ecologismo mal entendido cuya finalidad es arrinconar a las fuerzas conservadoras, más que necesarias en una democracia. Lo dijo Alfonso Guerra: se debe luchar contra los nacionalismos, en su tiempo de derechas, pero también luchar porque puedan presentarse a las elecciones.
La incultura está de moda.
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