Daddy Yankee deja el reguetón y anuncia su conversión al cristianismo: «¿De qué sirve ganar el mundo entero si pierdes el alma?»
El artista puertorriqueño, autor de 'Gasolina', se retira de la música a los 46 años y vivirá a partir de ahora siguiendo a Cristo: «Para todos era alguien, pero yo no era nada sin Él»
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«El amor de Dios sigue, en ocasiones, caminos impensables, pero alcanza siempre a aquellos que se dejan encontrar». Estas palabras de Benedicto XVI cobran sentido con cada conversión, como ha sido el caso de Daddy Yankee, el archiconocido autor de canciones de reguetón tan célebres como 'Gasolina' o 'Dura'.
Todo comenzó, según él mismo confiesa, con un versículo del Evangelio de San Mateo: «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde el alma?». Porque Ramón Luis Ayala Rodríguez, el hombre detrás del nombre artístico, tenía un vacío dentro que ningún estadio a rebosar ni éxito comercial lograba colmar. «Para todos era alguien, pero yo no era nada sin Él», ha confesado el artista este lunes en el último concierto de su carrera, sobre el Coliseo de Puerto Rico, en su ciudad natal, San Juan.
«No es lo mismo vivir una vida de éxito que una vida con propósito», confesó. El cantante, de 46 años, cerró la noche con unas palabras a sus seguidores, a quienes sorprendió con esta revelación y con su sincero y emotivo testimonio de Fe.
«Pude recorrer el mundo durante años, ganar muchos premios, aplausos y elogios, pero me di cuenta de algo que dice la Biblia: ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde el alma?», continuaba, recordando el texto bíblico de San Mateo. «Por eso, esta noche, reconozco y no me avergüenzo de decirle al mundo entero que Jesús vive en mí y que yo viviré para Él», dijo, para anunciar que ahora vivirá «un nuevo comienzo», en el que Cristo tendrá un papel trascendental.
Asimismo, y bajo la atenta mirada de sus 'fans', el puertorriqueño confesó que a partir de ahora usará todas sus plataformas -fama, redes sociales, música, entrevistas- para propagar la palabra de Dios: «Todo lo que Jesús me entregó, es ahora para el Reino».
El artista también ha querido animar a quienes le acompañaron en esta última noche sobre un escenario a que no caigan en la tentación de la idolatría: «No sigan a ningún hombre. Yo soy un humano. A todas las personas que me siguieron, sigan a Jesucristo, que Él es el camino, la Verdad y la vida».
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