PUES DICES TÚ
Los vigilantes
Las dos personas normales recorren en silencio uno de esos bulevares en los que coches y pájaros armonizan a la perfección
Otros textos del autor
![Los vigilantes](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/24/241026PARAWEBPuesdicestu-R1U5Zt5HI2vT56M4Fn13M1L-1200x840@diario_abc.jpg)
Las dos personas normales recorren en silencio uno de esos bulevares en los que coches y pájaros armonizan a la perfección, como si la modernidad, harta de tanto desacuerdo, produjera sus propias alianzas. La primera persona normal mira de cuando en cuando hacia arriba; a ... las cornisas, a los árboles... La segunda persona normal elige el suelo; las baldosas rotas, los alcorques... Alrededor, todo son farmacias, en un discreto alarde de verdura que, en un barrio tan civilizado, ni siquiera llama la atención.
La segunda persona normal alza la cabeza y dice:
—Che.
La primera persona baja la suya y pregunta:
—¿Cómo?
Y, como las dos personas normales bailan en cuanto oyen palmas, nada las para ya.
—«Che», decía. Por hacer la gracia.
—¿Qué gracia?
—La de que somos argentinos.
—Pero ¿«che» no es valenciano?
—Pero también argentino. Y como estábamos callados...
—No te entiendo.
—Ya, a veces no se me entiende. Es una cosa que me pasa.
—De verdad que no te entiendo.
—Es que el humor es así.
—Ya, ya, pero es que no te entiendo. No sé por qué es gracioso «che».
—No es que sea gracioso, es otra cosa. Como estábamos en silencio, pues me ha dado por decir «che», por hacer risa.
—¿Qué risa?
—Pues la de decir «che».
—¿Y qué risa es esa?
—Como los argentinos no se callan nunca...
—Ah, ya.
—¿No te hace gracia?
—Creo que me duele la cabeza.
—Pues, ahora que lo dices, sonaba mejor pensado. Yo es que, mientras caminaba, estaba dándome cuenta de que no estábamos hablando...
—Sí, sí. Ya lo he entendido. Yo no me daba cuenta de nada, sólo andaba.
—Pues es raro, porque estaba pensándolo muy fuerte.
—Pero eso no va por wifi, ¿no?
—No, claro. Eso no.
Las dos personas normales se quedan un rato meditando en lo fácil que es entenderse a veces y en cómo, a veces, cuesta.
La segunda persona normal dice:
—Pues dices tú Argentina, pero, ¿sabías que los argentinos a los cruasanes no los llaman cruasanes para nada?
—Y, ¿cómo los llaman?
—Medialunas.
—Ah, ya, por la forma será, ¿no? Los franceses hacen lo mismo.
—¿Qué franceses?
—Pues los franceses. Que llaman cruasanes a los cruasanes porque, si te fijas bien, tienen forma de cruasán.
—Es verdad, son clavaditos. Aunque las medialunas son más pequeñas que los cruasanes, me parece.
—Y, ¿no te quedas con hambre?
—Te puedes tomar dos.
—Pues menos mal.
—Pues sí. Y tienen unos alargados que se llaman, por lo visto, facturas.
—¿Cómo alargados?
—Alargados. Como las medialunas, pero alargados. Los harán tirando de las puntas. Y los llaman facturas, ¿te lo he dicho?
—¿Aunque no pidas factura?
—Aunque te valga el ticket. Y les meten crema por dentro. O dulce de leche.
—Me gusta a mí mucho el dulce de leche.
—Y a mí. Y entonces, si tienen crema, pues los llaman vigilantes, me parece. Aunque sean también facturas.
—Y, ¿a santo de qué los llaman vigilantes?
—Ni idea. Porque habrá que andarse con ojo, será. O a lo mejor porque sí. Los mejores nombres, si lo piensas, se ponen así. Porque sí.
—¿Seguro que son argentinos?
—Sí. Los vigilantes de la pampa.
Las dos personas normales se tronchan a lo largo y a lo ancho. A las personas normales les gusta mucho troncharse.
—¿Los vigilantes son facturas, entonces?
—Eso te estaba diciendo.
—¿Aunque no pidas, me dices?
—Aunque no tengas gestor. Y los hay dulces y salaos, me parece.
—Pero eso está muy bien.
—Y, si son salaos, pues te llevas una sorpresa, porque parecen dulces.
—Normal. Y, ¿las medialunas son facturas?
—Pues, ahora que lo dices...
—Igual son facturas todas.
—Y todos.
—Y todos. Igual, como todas se hacen, pues por eso se llaman facturas. Porque están hechas.
—Pues igual, pero también las empanadas están hechas y las llaman empanadas.
—Qué ricas las empanadas, ¿no?
—Muy ricas. Los argentinos es que tienen cosas muy ricas. Como vienen de otros países, que en Argentina al principio no había nadie, hasta que vaciaron Italia, o algo así, pues claro.
—Pues claro, ¿qué?
—Pues claro todo.
—Y, ¿por qué hablan español?
—Pues para que los entendamos cuando vienen a hacer anuncios. Pero el acento, si te fijas, es italiano. Y hacen así como con las manos, como juntando los dedos.
—Es verdad que hacen así, no me había fijado. Tú es que te fijas mucho en las cosas, qué suerte tienes.
—Pues fíjate tú también.
La primera persona normal considera un instante lo que ha oído. Lo evalúa. Lo sopesa. Sacude levemente la cabeza.
Luego dice:
—Cómo hablamos, ¿no?
—Pues sí.
—Pero mucho, ¿no?
—Mucho. Mucho.
—¿Nos habremos vuelto argentinos?
—Pues, ahora que lo dices, yo creo que un poco sí.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete