Crítica de:
'El verdor terrible': El GPS pictórico de Abraham Lacalle no recalcula ruta
Madrid
Abraham Lacalle toma el título de la última novela de Bejamín Labatut para presentar sus más recientes trabajos en la galería VETA, de Madrid
![Abraham Lacalle en su estudio en Madrid con algunos de sus trabajos de fondo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/21/abrahamlacalle-R0jP5LF0bM8wun3pcEXSi6O-1200x840@diario_abc.jpg)
En el estudio de Abraham Lacalle, el barrio madrileño de Carabanchel, se distingue alguna pieza de su amigo y colega Jacobo Castellano, y desde el inmenso ventanal se ve un gran mural de Santiago Ydáñez que cubre uno de los muros del descampado ... de enfrente. Curiosa coincidencia a primer golpe de vista porque los tres tienen exposición en Madrid: Jacobo Castellano en la sala Alcalá 31, Santiago Ydáñez en el Centro Arte Tomás y Valiente de Fuenlabrada y Abraham Lacalle en la galería VETA, que se encuentra a la vuelta de la esquina. También unos pasos más allá, hay otro mural que firma el propio Lacalle del que cuenta la anécdota de cómo una vecina le confesó que estaba encantada de abrir las ventanas cada mañana y encontrarse ese paisaje enfrente y no una pared pelada. No me extraña. De ahí venimos y de visitar su exposición más reciente, 'Un verdor terrible', para charlar sobre la pintura. 'Un verdor terrible' toma su título de la última novela de Benjamín Labatut, del que Lacalle se confiesa un lector fiel.
No puede resultar más elocuente este enunciado porque de un verdor terrible va esta muestra en la que los colores vibrantes te (a)saltan desde pinturas de diferentes formatos. Todo tiene que ver con esos paisajes frondosos, exuberantes, que te anulan como persona, te tragan. Me viene a la memoria la mítica serie 'Perdidos' en la que un avión cae en una isla y allí se las apañaban los supervivientes para sobrevivir entre la asfixiante maleza. Pero esto son cosas mías, que no de Abraham Lacalle, cuando reflexiono sobre sus palabras. Él recuerda los paisajes que ha visto en México o en las afueras de Pekín. En esta última ciudad, surge la idea de esta serie de pinturas. «Piensa que yo me he criado en Almería y con 19 años viajé a México, quería conocer la selva y me pareció un lugar inhóspito. Luego, estaba trabajando en Pekín, donde la naturaleza es brutal, impenetrable…, y surgió esta idea. Esta paradoja me gusta». Y se nota en cada de las obras aquí expuestas que Abraham Lacalle se maneja muy bien desbrozando con sus pinceles la maleza que sobra.
![Imagen principal - Sobre estas líneas. tres de las obras que se exponen en la galería VETA, de Madrid. Como Lacalle afirma: «Mi forma de construir los cuadros es pintar pensando. Cada cuadro cambia, cada pincelada, cada color, cada relación de cada pincelada con el color, con la forma, con el tema en general...»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/21/cuadro1-U78116756267fRe-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - Sobre estas líneas. tres de las obras que se exponen en la galería VETA, de Madrid. Como Lacalle afirma: «Mi forma de construir los cuadros es pintar pensando. Cada cuadro cambia, cada pincelada, cada color, cada relación de cada pincelada con el color, con la forma, con el tema en general...»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/21/cuadro2-U82210276856tnC-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - Sobre estas líneas. tres de las obras que se exponen en la galería VETA, de Madrid. Como Lacalle afirma: «Mi forma de construir los cuadros es pintar pensando. Cada cuadro cambia, cada pincelada, cada color, cada relación de cada pincelada con el color, con la forma, con el tema en general...»](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/21/cuadros3_20241021162339-U41270844247lfU-278x329@diario_abc.jpg)
Cuenta Lacalle que tiene la costumbre de trabajar intensamente por la mañana en sus cuadros y por la tarde, cuando ya está exhausto, se pone a leer. Y como esta exposición, la obra misma de Lacalle, va de lecturas, comenta que de Faulkner viene toda su inspiración a la hora de crear ese territorio pictórico tan suyo en el que habita desde hace tiempo. También ocupan su lugar en esta suerte de librería pictórica, escritores norteamericanos aferrados a esa conexión territorial y 'faulkneriana': DeLillo, Cormac McCarthy. Atmósferas asfixiantes. «Releyendo a Faulkner ahora –apunta–, habla de que sus novelas son como visiones de relámpagos. No tiene una continuidad sino que son flashes. Y es lo que he intentado con estos cuadros. Solo juega ese golpe de vista y tu memoria».
Él pinta de una manera instintiva. No hay nada preparado. No hay un boceto de fondo. No hay posibilidad de corregir cuando ya se ha puesto la mancha sobre el lienzo. «Esta forma de trabajar –señala– la asocio con la acuarela porque la acuarela no tiene corrección. En la acuarela tienes que jugar con el error siempre. No puedes perfilar…». Prosigue: «Pongo esos colores porque tengo libertad para hacer eso, para construir una realidad paralela. Por eso me gusta la literatura porque tiene esa capacidad de parecer real pero no serlo o viceversa».
De la metaliteratura a la metapintura, Lacalle debe ser de los pocos artistas que sabe relacionar tan bien ambos espacios creativos, ambos lenguajes que a veces parecen tan distantes. Digamos, para entendernos, que Lacalle escribe con pinceles lo que otros escriben con una pluma, máquina de escribir u ordenador, lo mismo da. Los colores son sus palabras, su literatura pictórica. Por eso da gusto escucharle cuando explica su trabajo porque apunta que «mi forma de construir los cuadros es pintar pensando. Cada cuadro cambia, cada pincelada, cada color, cada relación de cada pincelada con el color, con la forma, con el tema en general… A veces he pensado que podría asociarse a una partida de ajedrez… «.
![Imagen principal de la ficha](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/21/VETA_OBRAS_30_AGOSTO_2024_0171_22-U80253742816KLF-366x206@diario_abc.jpg)
- Un verdor terrible Abraham Lacalle. Galería VETA. Calle Antoñita Jiménez, 31. Madrid. Hasta el 22 de noviembre Cuatro estrellas
Cuando habla de partida de ajedrez me acuerdo de Duchamp y le pregunto que elija entre él y Picasso y no duda en la respuesta: «Prefiero la verborrea de Picasso al silencio de Duchamp». Brillante respuesta para significar que él juega poco con el conceptualismo y saca a colación, como anécdota, cuando colaboró con Pedro G. Romero y Fede Guzmán en un proyecto en el que se inventaron a un artista político hace ya mucho tiempo. Pero si tiene que elegir dentro de este ámbito de influencias no duda en quedarse con Chema Cobo. Una retrospectiva que hizo a Abraham Lacalle en 2021 el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo se tituló muy acertadamente 'Experimentos con el paisaje'. Abraham Lacalle sigue en ello, habitando un territorio al que todavía no le ha puesto nombre y en el que no se pierde ni por un instante. Su GPS pictórico funciona a las mil maravillas. No recalcula ruta.
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