CRÍTICA DE:
'La última novela', de David Markson: el último novelista de los novelistas
NARRATIVA
Autor de una obra difícilmente catalogable que lo convirtió en figura de culto. Ahora llega una obra inédita en español
Otras críticas del autor
![David Markson (New York, 1927-2010)](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/17/DavidMarkson.jpg)
David Markson (Nueva York, 1927-2010) como alguien quien decía haber pasado el 25% de su vida borracho y con compañeros de copas como Dylan Thomas y Jack Kerouac y William Gaddis y Malcolm Lowry y Frederick Exley; alguien que luego de pasar por ... periodismo y edición arrancó lo suyo en 1959 escribiendo un trío de raros 'divertimentos' policiales (en los que menos importa es el cómo y quién mató a alguien) y un atípico wéstern de título kilométrico (que filmó Sinatra sin importarle que el héroe de la novela tuviese diecinueve años); siguió con una suerte de 'road novel' pseudo-faulkneriana aún más al sur (en México), un 'gótico-modernista', una de esas meta-novelas con escritor bloqueado escribiendo la novela que estamos leyendo y una ardiente tesis-ensayo sobre 'Bajo el volcán'.
Alguien que acabó como fantasma residente en la librería The Strand más o menos reconocido no como 'escritor de escritores' sino 'un escritor de escritores de escritores' (lo que no le impidió contar con paladines del calibre y fama de Ann Beattie, Amy Hempel, Joseph Heller, William Kennedy, Zadie Smith, Kurt Vonnegut y David Foster Wallace).
NOVELA
'La última novela'
![Imagen - 'La última novela'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/17/1623portafresan.jpg)
- Autor David Markson
- Editorial Sexto Piso
- Año 2024
- Páginas 189
- Precio 10,90 euros
Pero no fue sino hasta 1988 cuando Markson encontró su propia voz. Y esta voz tan personal y singular y única estaba compuesta por la voz de multitudes. Entonces, luego de ser rechazada por cincuenta y cuatro editores, la publicación de 'La amante de Wittgenstein' —como tras los pasos de su filósofo de cabecera y del anatómico-melancólico Richard Burton y destellos del primer Paul Auster y el Beckett de casi siempre— Markson se autocoronó como el indiscutido rey del fragmento 'collage-koan'-enciclopédico-mega-referencial-polifónico y el campeón de la concentración-contracción sintética y sintetizada.
Todo esto para más compaginar que narrar la distopía de una última mujer perdida y encontrándose en las vidas y obras de otros por los museos despoblados del planeta. Una novela que —como apuntó Wallace en un largo ensayo sobre la misma— acaba proponiendo su propia crítica y modo de empleo. Y —con su programa de citas no a ciegas sino con perfecta visión visionaria— acaso lo más y meritorio de todo: un radical y extremo experimento que no por eso dejaba de ser muy ameno y sensible y, acaso lo más atípico complejamente sencillo de leer (niños y niñas, evitar imitación y plagio: como ocurre con lo muy original, se caerá en el ridículo para ya no levantarse ni asentar cabeza).
La más triste y crepuscular de todas sus obras («Viejo. Cansado. solo. arruinado»)
Y 'La amante de Wittgenstein' fue el aria-preámbulo para lo que su autor definió como «Tetralogía de las Fichas». Un artefacto obedeciendo al mismo mecanismo y 'modus operandi' alusivo-elusivo (abundando en el solipsismo de encandilador agujero negro devorando toda luz y noción de personaje apenas catalogado como 'Lector' o 'Escritor' o 'Novelista', para concentrarse en un tsunami de otras vidas y obras) y conformado/deformado por 'La soledad del lector', 'Esto no es una novela', 'Punto de fuga' y esta final ya desde su título 'La última novela'.
Probablemente, la más triste y crepuscular de todas («Viejo. Cansado. Solo. Arruinado», se advierte ya en la primera página y se vuelve a advertir en la última); pero, también, por final, permitiéndose por propia admisión el (como si ya no lo hubiese hecho) hacer lo que se le da la gana.
David Markson como el primer último novelista de primera, sí.
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