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ABC Cultural

POR LAS DUDAS

Trece

Se autopublicaba sus novelas y las vendía por ferias de provincias, Amazon y librerías pequeñas. Había logrado un modesto renombre

Elvira Navarro

El niño iba y venía por el pasillo del hotel, deslizándose por la moqueta como una cucaracha cuyas alas emitieran un arrullo ensimismado y cantarín. Hablaba para sí: esbozos de palabras, sonidos hacia dentro, aspirados. La puerta de la habitación estaba abierta, era la ... última del pasillo y, cada vez que llegaba hasta allí, miraba a su madre, que llevaba la misma ropa del día anterior. La blusa blanca brillaba por el reflejo del sol y de la mañana. La madre también monologaba consigo misma, un siseo paralelo al de su hijo, aunque las frases salían enteras de su boca y como dirigidas al niño por la inercia de la semana que llevaban juntos. Siempre parece que no cabe, pero mamá encuentra la manera, decía, casi susurraba, y Trece (ese era el apodo que le había puesto a su hijo) sólo escuchaba el bisbiseo cuando aterrizaba de un salto frente a la puerta para luego alejarse de nuevo. Al tercer salto se detuvo y le dijo:

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