crítica de:
'Sonata cartesiana y otros relatos', de William H. Gass: cuartetos en movimiento
narrativa
Un mundo oculto es el que nos presenta el autor norteamericano en estos relatos, donde se oponen y complementan el Bien y el Mal
Otras críticas del autor
![El escritor norteamericano William H. Gass( Fargo, 1924-2017)](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/14/William.jpeg)
Ya casi no se escriben libros como este. O tal vez —más preocupante— no es que ya casi no se escriben sino que casi no se publican. Lo que hace aún más meritorio el afilado e insistente impulso de La Navaja Suiza: editorial abierta y ... en mano de autor permanentemente 'difícil' para mentes fáciles pero, también, constantemente genial para desacomplejados que no teman a lo complejo: William H. Gass (Fargo, 1924-2017).
Así, letraheridos ya se han cortado con esa obra maestra del relato (+ dogma-credo-prólogo) que es 'En el corazón del corazón del país', con su debut novelístico 'La suerte de Omensetter', y con ese ensayo cromático-existencial que es 'Sobre lo azul' (quedan pendientes varias recopilaciones de no-ficción, el 'collage' joyceano 'Willie Masters' Lonesome Wife' y dos novelas: esa 'magnum opus' que es 'El túnel' y la menos voluminosa pero igualmente portentosa 'Middle C'.
RELATOS
'Sonata cartesiana y otros relatos'
![Imagen - 'Sonata cartesiana y otros relatos'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/10/14/1636portafresan.jpg)
- Autor William H. Gass
- Editorial La Navaja Suiza
- Año 2024
- Páginas 360
- Precio 25 euros
Ahora toca 'Sonata cartesiana' (segundo volumen de piezas más o menos breves a la que siguió la mirada del adiós de 'Eyes') organizado en cuatro 'nouvelles', género al que Gass entendía como a «Mi verdadero amor». A saber: 'Sonata cartesiana', 'Bed and Breakfast', 'El maestro de las venganzas secretas' y esa cima escogida por el propio Gass para su póstumo y antológico 'The William H. Gass Reader': «Emma entra en una frase de Elizabeth Bishop». Cuarteto en movimientos —con preceptos matemáticos según Descartes, cada oración como cruza de verso con fórmula científica y plegaria— alrededor del aria de cómo se oponen pero complementan el Bien y el Mal y qué resulta de esa comunión adorando o despreciando a Dios como la más omnipresente de las ausencias. ¿Personajes? Una adivina, un vendedor ambulante, una mujer abducida por la poesía, una versión de Lucifer.
Y, sí, puede acusarse a Gass de haber acuñado el término 'metaficción' para que tantos saliesen a jugar y hacer trampa, pero jamás se lo podrá culpar de haber hecho mal uso de sus postulados. Así —Gass descolló en el ensayo— la teoría haciéndose práctica y la figura del 'Creator Ex Machina' interviniendo tramas sencillas a complicarse por amor al arte y por un arte que retribuye ese amor al enamorado.
Cuatro 'nouvelles', género al que Gass entendía como a «Mi verdadero amor»
Porque, de acuerdo, Gass alguna vez declaró que «escribo porque odio», pero lo que aquí campa a sus anchas es una entregada pasión por la palabra escrita (por lo que cabe pensar que ese odio de Gass era por lo que escribían demasiados otros y que, por lo tanto, tomaba revancha proponiendo lo únicamente suyo).
Conducta y entrega que le ganó la admiración de jóvenes como Ben Marcus, Rick Moody, William T. Vollmann y David Foster Wallace y la muy rara y poco frecuente amistad/hermandad de otro 'rara avis' como William Gaddis. Acción y reacción: la arquitectura de la trama derribada por la masa de la forma. Y el viaje sin retorno hacia esos «centros simbólicos» de alguien quien tenía perfectamente claro que la tarea del escritor no es la de hacer que el lector crea en un mundo (eso, para Gass, ya había sido logro y estigma de realistas del siglo XIX) sino la de estimular su constante y actual incredulidad.
Aquí, de nuevo, cuatro posibilidades ciertas y milagrosas certezas más para dejar de creer y así creer para siempre en el increíble William H. Gass.
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