CRÍTICA DE:
'El secreto de Marcial', de Jorge Fernández Díaz: una película verdadera
Narrativa
El autor argentino se ha alzado con el Premio Nadal 2025, con esta novela escrita en una cumbre; quizá espero a sentirse en ella para hablar de su padre
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«Somos lo que vimos». El lector asiente ante tal afirmación, deslizada casi al final de esta soberbia novela, una de las mejores que he leído en los últimos años. Lo hace al advertir que la crónica que comenzó siendo una búsqueda, el secreto que ... guardó toda su vida el padre del autor narrador, se ha convertido en la crónica sentimental de una época y una generación, que ha educado en las películas de Hollywood sus formas, sus sentimientos, sus sueños y sobre todo el modo de relacionarse las mujeres y los hombres.
No hay vida, ni conducta humana que no se relacione con los códigos que los grupos humanos y sociales comparten muchas veces sin saberlo o reconocerlo. Lo que vivimos en el patio del colegio o instituto, fue tantas veces réplica de lo visto en el cine o la televisión. Ha sido siempre así y lo seguirá siendo, aunque ahora ocurra en las redes sociales, que se comportan a veces como esas comunidades grupales de inserción o rechazo de pandillas y grupos humanos cerrados sobre sí mismos.
NOVELA
'El secreto de Marcial'

- Autor Jorge Fernández Díaz
- Editorial Destino
- Año 2025
- Páginas 256
- Precio 21,90 euros
También en el grupo de los inmigrantes españoles en Buenos Aires, asturianos y gallegos que compartían su exilio de hambre y sueños en el Palermo Pobre, sus bares, sus meriendas, sus excursiones y barbacoas, esperando que la suerte de alguno en su emprendedor negocio pudiera repartirse o propagarse. En esta novela resulta emocionante lo que el autor reconstruye de ese mundo de familias de argentinos hijos de españoles, donde también podía crecer el rencor o la envidia, pero que compartían rígidos códigos de pertenencia.
La novela de Jorge Fernández Díaz no podría entenderse sin otro código, el que regía entre padre e hijo varón. Un hijo varón podía compartir algo íntimo con la madre (el gran éxito anterior de Fernández Díaz, la novela 'Mamá', lo refleja), pero no con el padre. Había una distancia y unos silencios, apenas quebrados por compartir equipo de fútbol (aquí no se daba) o visionar de vez en cuando una película de las de siempre, los wésterns de John Ford, de W. Wyler, H. Hawks o las comedias de Billy Wilder.
Es la ficción quien crea la realidad, y de ese cervantismo puro está hablando también este libro
John Wayne como prototipo indiscutible que encarnaba valores de recia masculinidad, que contenían mas delicadeza de la aparente. La novela se ve cruzada, por otro código: la amistad entre chicos, compañeros de mili, de trabajo, de relaciones con chicas. Ese otro código de un sentimiento por el amigo más fuerte incluso que el amor (o más verdadero, sin la necesidad o las trabas del erotismo) cruza toda la novela, que sitúa al lector ante el reconocimiento de emociones que el autor transmite y que resultan tan auténticas que el lector querría siempre que la vida se pareciera a lo que está leyendo, por honesto, por sincero, lo mismo que hemos querido siempre que la vida imitara a las películas, algo que la novela va recorriendo a cada episodio vital que narra, confrontado con un guion, un plano, una escena conocida, de James Dean, Richard Widmark, o aquellas mujeres rivales, Grace Kelly y Ava Gadner cuando entrecruzaron sus ambigüedades.
Porque es la ficción quien crea la realidad, y de ese cervantismo puro está hablando también este libro. La novela de Fernández Díaz está escrita como las grandes películas de las que habla. Hay una escena, la vivida por su amigo Spencer, cuando está a punto de morir en el hundimiento del Belgrano en la guerra de las Malvinas, que únicamente puede contar con tan singular maestría alguien que tiene el cine en su retina. Lo cuenta como si lo estuviera viendo en una gran película bélica.
Un autor solamente puede lograr esta cima cuando ha vivido mucho, y como periodista no hay nada que no haya contemplado, medido, con temor, pasión y celo por la verdad, por temor al hacerlo, o arrepentimiento de no haberlo podido hacer. Este escritor ha escrito la novela en una cumbre; quizá espero a sentirse en ella para hablar de su padre, conjeturo incluso que con miedo a entender su secreto cuando lo descubriera. No lo revelaré. Lo peor es que te cuenten una película. Lo mejor es saber que las grandes y las novelas que llegan a ser igual que ellas, dicen la verdad de un modo que no hay vida que pueda igualarlo.
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