CRÍTICA DE:
'No soy un robot', de Juan Villoro: el sueño de Bradbury hecho realidad
Ensayo
El escritor mexicano mezcla el ensayo con la crónica para examinar los nuevos hábitos con la irrupción de lo digital
Otros textos de la autora
Juan Villoro ha cultivado con éxito todo tipo de géneros literarios y periodísticos, pero despliega su mayor encanto cuando combina varios a la vez. Su última obra es un buen ejemplo. 'No soy un robot' mezcla el ensayo con la crónica, las memorias y ... el cuaderno de viajes para examinar los nuevos hábitos que la irrupción de lo digital ha implantado en la cotidianidad, y sobre todo en la forma de leer.
Cronista curioso antes que especializado, el autor mexicano no observa estas transformaciones con mirada de historiador sino como imagina que podría haber hecho en el siglo XV un testigo sorprendido por los cambios de costumbres que trajo la imprenta.
ENSAYO
'No soy un robot'
![Imagen - 'No soy un robot'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/16/1631portacarolina.jpg)
- Autor Juan Villoro
- Editorial Anagrama
- Año 2024
- Páginas 320
- Precio 19,90 euros
Con su singular estilo —un cóctel de talento narrativo, erudición, inteligencia y humor (basado a menudo en la autoparodia)—, Villoro mira al pasado sin nostalgia. Echa la vista atrás con un pie puesto en el futuro, aferrándose a lo anterior para aceptar lo desconocido, como asegura que acostumbran a hacer los primitivos de una nueva era. Para demostrarlo, se ayuda de varios ejemplos, como la rutina de abordar los aviones por la izquierda, que según el autor tiene su origen en los jinetes que montaban por el lado donde llevaban su espada para desenvainarla con mayor facilidad. Del porvenir, más que las novedades que ofrece, a Villoro le interesa el pasado que contiene. Lo explica apoyándose en Bradbury, de cuyo libro 'Crónicas marcianas' destaca la originalidad de abordar desde la nostalgia un futuro que incluye lo cotidiano.
Por estas páginas se asoman personajes como Elon Musk, Pável Dúrov (fundador de Telegram) o Cristiano Ronaldo, pero quienes las protagonizan son fundamentalmente los escritores —Diderot, Kafka, Monterroso, Kundera, Italo Calvino, Umberto Eco— y por supuesto los libros. Además de un poderoso instrumento precognitivo, la literatura es para Villoro una de las pocas «islas de lo auténtico» que quedan en un océano virtual dominado por las opiniones binarias, el mercado panóptico y las informaciones falsas.
Un cóctel de talento narrativo, erudición y humor, en el que mira al pasado sin nostalgia
El autor también defiende la palabra escrita como una forma rebelde de la memoria. Lo hace en un momento de especial trascendencia, cuando la humanidad pierde facultades cedidas a los ordenadores. Que estos pidan marcar la casilla junto al lema «No soy un robot» para identificar a sus usuarios como personas le resulta a Villoro tan paradójico como que Chaplin perdiera un concurso de imitadores de Charlot al que se presentó. Para él, la prueba definitiva del humano contra la máquina no está sin embargo en la capacidad de escribir sino en la facultad de interpretar: «quien lee esta frase la transforma».
Como caras de un vinilo, 'No soy robot' consta de una primera parte dedicada a la tecnología y otra a la lectura que, en estas páginas que donde mejor encajan es en el género del 'libro de amor por los libros' finaliza con el regreso a Ítaca. El afán de Odiseo por volver a casa se explica según Villoro por la necesidad de culminar su travesía para poder contarla: lo ocurrido importa como condición latente de futuro. Junto al anhelo del héroe clásico, está el deseo expresado por Bradbury al final de su vida de que en un par de siglos, en la noche profunda de Marte, un niño lea bajo una manta, con una pequeña linterna, un ejemplar de 'Crónicas marcianas'.
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