CRÍTICA DE:
'Las reinas del mar', de Mauricio Wiesenthal: cuando se llamaba a los barcos en femenino
ENSAYO
El escritor catalán ha escrito unas «memorias noveladas» de sus peripecias oceánicas que responden mil y una preguntas
Otras críticas del autor
Tras una maravillosa historia cultural del 'Orient Express' el gran escritor y profesor de historia de la cultura Mauricio Wiesenthal ha escrito unas 'memorias noveladas' de sus peripecias oceánicas. En un sentido literal, pues los 26 capítulos aquí reunidos cruzan, en especial, los vastos ... espacios del Atlántico y el Índico, en navíos de nombres resonantes y míticos.
Las 'reinas del mar' del título, como corresponde en inglés, un idioma que nombra los barcos en femenino, son 'ellas', transatlánticos que, todavía al final de la era imperial europea, de 1920 a 1970, algunos viajeros con suerte, recursos y sed de aventura, llegaron a abordar. Desde el 'Queen Mary' al 'Cabo San Vicente' y el 'Virginia de Churruca' este volumen, que debería ser de lectura obligatoria para todo crucerista que se precie, constituye un tesoro de experiencia. Lo central del argumento está constituido por las instrucciones que comparte el autor sobre cómo sobrevivir en una cápsula de tiempo lento y espacio limitado.
ENSAYO
'Las reinas del mar'
![Imagen - 'Las reinas del mar'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/06/04/1620portalucena.jpg)
- Autor Mauricio Wiesenthal
- Editorial Acantilado
- Año 2024
- Páginas 448
- Precio 26 euros
¿Qué hicieron nuestros antepasados en aquellas circunstancias? ¿Cómo se hacían amigos, enemigos, o se fingía indiferencia? ¿Comer en la mesa del capitán, era un honor o un agobio? ¿Nos podemos creer lo que han contado novelas y películas, sobre legendarios escenarios de encuentro, espionaje y desenvuelta amoralidad, pues como señalaron los moralistas ilustrados, en la distancia todo se deteriora y en especial cambian a peor las personas? Hay tiempo, todo tiene respuesta. El amplio abanico de la historia marítima ha dedicado mucho esfuerzo a lo que podríamos llamar la 'épica negativa' del mar: piratas, naufragios, enfermedades, motines y huracanes, entre otras posibilidades catastróficas.
Pero el mar no solo mata. También salva. Ha permitido migraciones y exilios a millones de personas para conservar la vida, a tantos otros escapar de un destino incierto y miserable. Sin duda, ante la erosión de un cosmopolitismo europeo y occidental que la barbarie populista pretende confinar al desván de la historia, con atentados culturales como la pretensión de 'decolonizar' -Europa no es más que la mezcla con la cual nos hemos fabricado-, procede contar la verdad. Quizás alguien supo cuándo abordaba un barco. Nadie lo que ocurriría luego.
Hay páginas memorables dedicadas a la navegación española, entre las mejores del libro
Como refiere Wiesenthal, nos acordamos de los viajes oceánicos, pero olvidamos los aviones que hemos abordado, aunque estos conserven algo de mística marítima. El piloto se llama comandante y la tripulación lleva uniforme. El resto son urgencias. Hay páginas memorables dedicadas a la navegación española, entre las mejores del libro. Wiesenthal recuerda los puertos de Cádiz y Barcelona, «los dos más importantes del comercio histórico de España». Y los itinerarios de los correos de la Transatlántica, 'Conde de Argelejo' y 'Satrústegui', que iban a Guinea o Venezuela. O los de la compañía Ybarra, cuyos navíos 'Cabo de buena esperanza' y 'Cabo de hornos', «con su prominente estructura central rematada por una larga chimenea central y su larga proa», llegaban a Argentina, Uruguay y Brasil. Si el billete lo comprendía, recuerda, a uno le servían un menú imprevisible: «consomé Celestina, crema embajador, helado Nelusko».
Hamacas y tumbonas para pasar el tiempo, mañanas para recordar y alguna tormenta. El autor, con generosidad, apunta una conclusión fundamental. «No tengo nunca miedo de partir, sino miedo a regresar». Difícil no estar de acuerdo.
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