A la contra
La cultura ya no mola
Lo gracioso de todo esto es que lo celebran algunos que se consideran a sí mismos culturetas y gafapastas
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![El escritor Vladimir Nabokov, cultureta de manual](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/09/11/nabokov.jpg)
Parece que ya no está de moda ser 'cultureta' o 'gafapasta', dos palabras que detesto y que, además y en mi opinión, ni siquiera son sinónimos. Así que debería haber dicho que ya no mola (aunque no tengo claro si todavía mola decir 'molar') ser ... cultureta ni (en lugar de o) gafapasta. Lo gracioso de todo esto es que lo celebran algunos que se consideran a sí mismos culturetas y gafapastas, y escriben artículos diciendo que ya no se lleva ser como ellos cuando en realidad están encantados de eso porque, si algo define a unos y otros, es que siempre se han sentido diferentes de los demás, especiales, por la cultura que consumían: ellos inventaron el «tú antes molabas».
Parece que incluso hay encuestas y estudios sesudísimos que les dan la razón y que dicen que ahora los más jóvenes pasan de la cultura, que no les importa demasiado y ni se fijan en eso. El capital cultural parece que se devalúa frente al capital moral: a ocho de cada diez de esas personas que, mayormente, no les interesa la cultura (o les interesa poco), les parece que esta es poco inclusiva.
Quizá lo que está dejando de molar es la cultura que se empeñan en que nos mole
De todos modos, a mí lo que me parece preocupante, más que lo útil que sea leer a Faulkner para ligar o lo pintón que resulte saber de fotografía moderna y la escuela de Düsseldorf a la hora de socializar, es que a la cultura hoy se le atribuyan como fundamentales dos atributos instrumentales fundamentales, más allá de sus valores clásicos: uno, este de complacer a otros y hacernos atractivos a sus ojos y, el otro, el de su utilidad ideológica.
La cultura, por decirlo de otro modo, vista y celebrada como herramienta ora para lucirse, ora para adoctrinar. ¿Se imaginan ustedes eligiendo libro como quien elige el color del pintalabios? ¿Pensando en si se ligará más con 'El Conde de Montecristo' o con 'Sumisión'? Si lee pongo minifalda, mejor compensar con algo de Chesterton; si botas altas, puedo darle a Nabokov. Olvídese de sus gustos particulares o sus intereses, y del valor literario de la obra, de su calidad. Piense en si usted gustará más gracias a ella, no si ella le va a gustar a usted.
La otra opción me resulta más alarmante, y a esa es a la que se apuntan desde cantautores lánguidos a directores de cine, espoleados por un ministro de cultura que ve en esta una herramienta de combate con la que defender sus causas frente a toda disidencia y que excluye a parte de la ciudadanía como consumidora legítima de cultura. Y esto debería resultarnos doblemente inquietante: primero, porque independientemente de que compartamos o no las ideas de nuestro vecino no debe ser privado del acceso a la cultura. Y, segundo, porque excluiría también como creador legítimo a una buena parte por sus ideas. Quizá lo que pasa no es que la cultura esté dejando de molar, quizá lo que está dejando de molar es la cultura que se empeñan en que nos mole (menos mal que siempre nos quedarán los clásicos).
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