ARTE
Ana María Caballero: «Ahora los poetas podemos participar, en igualdad de condiciones, del mercado del arte»
BYN_XYZ sigue creciendo en la Feria del libro
La colombiana Ana María Caballero es la primera escritora en participar en BYN, la comunidad Web3 de ABC Cultural, con dos piezas basadas en sus poemas
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Ana María Caballero (Miami, 1981) es la última artista en sumarse a BYN, la comunidad Web3 de ABC Cultural. Y es una adición muy particular, ya que esta autora nacida en EE. UU., pero de raíces y crianza colombianas, no procede del mundo de las artes plásticas, sino de la poesía. De hecho, Caballero ha venido a Madrid para presentar en la Feria del Libro su poemario 'Entre domingo y domingo' (Valparaíso), por el que ganó el Premio Nacional de Poesía José Manuel Arango, uno de los más prestigiosos de Colombia. De él sale 'Núcleo familiar', el poema que adapta en el primero de los NFT que ha creado para BYN. La segunda pieza que ha realizado, 'Érase una vez la modernidad', nace de su incursión en el Archivo Histórico de ABC, del que ha rescatado algunas de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna.
–Usted defiende que los poemas pueden convertirse en obras de arte. ¿Cómo llegó a esa noción?
–Yo siempre me sentí artista, sentía que mi estado emocional frente a un cuadro o una escultura era el mismo que cuando estaba leyendo un poema, escribiéndolo o editándolo. Para mí, la sensación que evocan las obras de arte con las que logras conectar es que trasciendes tu día a día, te sales un poco de tu cabeza, de tus pensamientos, sientes que tocas algo más profundo. Eso lo he sentido con la literatura toda mi vida. Y no entendía por qué la poesía era solo para los poetas; los poetas se leen entre sí, pero sentía que no había una conexión más masiva como la que se puede ver en una feria de arte como ARCO o JustMad, en las que ves miles y miles de personas tomándose fotos, disfrutando del arte; o en las ferias del libro, pero no necesariamente con la poesía. Y me parece que la poesía tiene un formato muy flexible, que se podría acomodar a espacios artísticos. No comprendía por qué no había poemas en los museos o en las galerías de arte. Quizá la poesía tenía un problema logístico. Detrás del arte hay un gran mercado económico que le agrega valor a los cuadros. Y eso no pasa con los poemas. Aunque un crítico de poesía diga que un poema es el mejor jamás escrito, una gran contribución a la humanidad, no hay una manera de transaccionar eso, de que alguien lo comprara, lo poseyera, lo compartiera, lo donara. Para mí, la palabra transacción es algo positivo, la transacción es compartir, es dar, es recibir, es asignarle un potencial de valor a una pieza.
–¿Y los NFT le parecieron la solución?
–Con la poesía, no había una manera de comprobar el hecho de la transacción, era algo que sucedía en lo privado. Pero, con el 'blockchain', con la Web3, un poema digital se intercambia de la misma manera que cualquier otra obra digital. Eso es algo potencialmente revolucionario para la poesía, para las artes literarias, porque podemos participar como artistas, en igualdad de condiciones, en una economía global, dinámica, boyante, del mercado del arte. Con mucha dificultad, como pasa con todo, pero es posible. Y esa participación permite atraer otro tipo de ojos, como los de comisarios, galeristas, museos, entidades culturales… que antes quizá no estaban considerando la poesía porque tienen la mirada puesta en otra parte. No solo es la participación en la economía, sino en la cultura. Es un empoderamiento para los escritores, para los poetas, el poder estar presente en escenarios donde quizá no hemos estado en el pasado.



–Sus poemas tienen a menudo un toque muy narrativo, algo que parece no casar del todo con la idea que se tiene de los NFT, que suelen verse más como algo inmediato, como imágenes. ¿Ha encontrado cierta resistencia a su forma de desarrollar el concepto?
–Mi arte requiere de atención y de tiempo, no es una imagen rápida que ves pasar por Instagram y ya. Te tienes que parar, tienes que pensar y tienes que digerir. Y eso es pedir mucho hoy en día. Creo que el que lo hace siente que recibe algo. Así que espero que la gente se tome su tiempo y haga esa pausa.
–Su poesía siempre ha tenido un componente visual (saltos de línea, etc.). ¿Eso le ha ayudado a la hora de pasar a un medio más gráfico?
–Me parece que la poesía no pierde nada al incorporar elementos visuales o sonidos. El mundo cambia, y no es una cuestión de sacrificio ni de adaptación, sino una oportunidad creativa. Lo veo como algo completamente positivo, una ocasión de experimentar visualmente como artista siendo poeta, o una ocasión de colaborar con artistas o de ingeniarte ideas para visualizar tus poemas para que estén en conversación con una generación masiva, ya que el cien por ciento de nuestro planeta esta consumiendo cada vez más contenido de manera digital: enviando y recibiendo vídeos, imágenes. No estamos enviando y recibiendo papel. No es sacrificar una honestidad, o una lealtad a la página, sino aumentar. Y yo estoy aquí en Madrid para la Feria del Libro, soy una amante de los libros, de la página, del lápiz, del papel, de la fragilidad de la palabra impresa, que es algo tan frágil como poderoso. Pero, al mismo tiempo, estoy aquí para trabajar con el ABC y lanzar una colección de poemas digitales. Y lo uno, para mí, complementa lo otro. Y debería ser así.
–¿Cuál es su proceso a la hora de crear la parte visual de estos poemas digitales?
–Siempre busco ayuda, por lo menos, a la hora de armar las piezas. Yo doy el texto, doy mi voz, selecciono elementos tipográficos, ritmos, ubicaciones de palabras. Pero el ensamblaje siempre se lo encargo a otra persona. Otras veces trabajo con artistas, con los que decido la temática y, o bien escribo, o tengo ya un poema que grabo. Y hay mucha parte artística en la grabación de la voz. La manera en que se presenta, en que se lee el poema, es tan importante como cualquier otro elemento.
–¿Y para las dos piezas que ha creado para BYN?
–Quería, en estas dos piezas, incorporar elementos del arte digital que están muy candentes en este momento: el uso de arte generativo y el uso de inteligencia artificial. La primera, 'Núcleo familiar' usa arte generativo, creado a través de códigos de computación (en este caso Javascript y P5.js), que son lenguajes de generación de elementos visuales; tengo un algoritmo que genera cierto tipo de efectos visuales que, en el caso de este poema, evocan lo circular: planetas, huevos, embarazos, ciclos, la repetición… Porque es un poema que habla de núcleos, pero también de patrones familiares y también del encierro que una siente como mujer por las obligaciones sociales de procrear. Quise evocar visualmente esos temas con el algoritmo, al que le ajusto los colores, las velocidades y las formas para evocar óvulos, planetas, coronas, ese tipo de cosas.
«Mi arte requiere de atención y de tiempo, no es una imagen rápida que ves pasar por Instagram y ya»
–'Núcleo familiar' parece un poema muy representativo de los temas de su obra. ¿Es por eso que lo ha escogido para este proyecto?
–Hablar de la mujer es algo muy importante para mí. Mi obra tiene un mensaje de darle importancia a las interacciones que tenemos en nuestro día a día, que están cargadas de tanto significado, pero que las asumimos, las digerimos, como si no fueran nada. Quise escoger un poema que representara mi obra de una manera muy completa. Y este poema es uno de mis favoritos. Y estoy muy contenta de trabajar con ABC, de publicar mis versos en un periódico, para mí es algo muy importante. Mi abuelo era periodista, columnista y caricaturista en el periódico colombiano 'El Tiempo', fue una figura muy amada en la prensa, una voz de protesta. Y sé que el ABC tiene unas raíces muy conservadoras, así que para mí era importante también ser una voz de protesta dentro de un ámbito conservador y tomar ese papel que ha tomado mi familia en un pasado. Cuando me invitaron a ser parte de BYN pensé en mi abuelo y en cómo le hubiera encantado ver a su nieta trabajando con el periódico y retando al medio de la manera en que él lo hacía.
–¿Y la segunda pieza?
–En 'Érase una vez la modernidad' utilicé una plataforma que se llama Stable Diffusion y que genera imágenes por inteligencia artificial.Me impresionó mucho cómo los escritos de Ramón Gómez de la Serna evocaban un asombro frente a los cambios vividos en la ciudad: los secadores de pelo, las lámparas, la moda, los sombreros, las motos, los ruidos; cómo toda la vida en una ciudad empieza a cambiar. Pero aquí no se evoca lo que quizá sentimos hoy en día con la tecnología que, si bien es algo maravilloso, también hay un poco de recelo porque se está moviendo tan rápido y hay todo tipo de dudas respecto a lo que puede representar la inteligencia artificial, por ejemplo, que es una gran incógnita. Así que, en mi poema, quise capturar la esencia de asombro, inocencia y esperanza que se sentía en los escritos de Ramón frente a los cambios deseados. Y quise usar la IA para imaginar el Madrid de esa época: todas las fotografías que aparecen en esa pieza son artificiales.



–Ese optimismo tecnológico del que hacía gala Ramón me hace pensar que probablemente le hubieran interesado los NFT, si los hubiera conocido.
–Yo creo que sí, que le hubieran encantado los NFT, le hubieran parecido algo cómico. Aunque yo ya casi ni uso la palabra NFT hoy en día, prefiero hablar de arte digital. Yo no hago NFT, hago arte digital que se intercambia por medio de la 'blockchain' y de la tecnología Web3, para que, por medio de eso, puedas comprobar que has adquirido una pieza de Ana María Caballero y la puedas vender cuando quieras.
–Usted participa en, e incluso ha creado, muchas comunidades en torno al arte digital. ¿Piensa que es importante crear esas redes de colaboración?
–Me parece absolutamente indispensable. Me gusta mucho compartir mi experiencia, porque hay muchos poetas interesados en incursionar en este terreno y creo que cuantos más lo hagan, mejor, porque así habrá más calidad, más variedad, más opciones. La poesía digital se vuelve un género que ahora es incipiente, pero que creo que más y más se va a convertir en algo muy valioso. Creo que estamos en un momento en que los coleccionistas van a poder adquirir piezas de los pioneros de un movimiento que está naciendo. Ha habido poesía computacional, dialogando con computadores y con tecnología desde hace muchos años, pero estamos en una evolución, en un auge, en un planeta nuevo que se abre para la poesía digital en el que participar de una manera mucho más activa en el mundo del arte. Antes podías ver cuadros o esculturas que incorporaban texto, pero un poema largo, narrado por su poeta en vídeo, y poderlo adquirir sin ir a una galería, simplemente metiéndote a internet, es algo muy nuevo y emocionante. Ayudé a fundar una galería de poesía digital, theVERSEverse, donde traemos poetas del mundo literario tradicional y les ayudamos a montarse en el tren del 'crypto', les ponemos en conexión con artistas y les ponemos en plataformas de arte digital para que puedan vender sus versos. También hacemos exhibiciones; acabamos de hacer una absolutamente espectacular en París con treinta artistas titulada 'Poème Sbjkt' y tuvimos otra en octubre titulada 'Poème Objkt'. Ambas son realmente bellísimas, con artistas trabajando dentro y fuera de lo digital pero empujando las barreras de lo que puede llegar a representar la poesía.
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