CRÍTICA DE:
'Perros de paja', de John Gray: ¿el poder de la ciencia o el de la espiritualidad?
Ensayo
De este reconocido filósofo británico, especializado en pensamiento político e historia de las ideas y que ha estudiado la relación entre personas y animales, se reedita 'Perros de paja'
Otras críticas del autor
![John Gray es profesor de pensamiento europeo en la London School of Economics, y de ciencia política en la Universidad de Oxford](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/12/26/gray-RRcPkFxfQ5qlgM8gLlMsNUL-1200x840@abc.jpg)
El humanismo liberal actual tiene el mismo poder persuasivo que antes la religión. Los humanistas creen que ya el mundo se maneja racionalmente, pero su fe en el progreso es una superstición. El animal humano no es muy distinto de sus congéneres irracionales. El ... progreso es un mito.
La esperanza progresista otro. Los defensores de la fe hoy son más librepensadores que quienes defienden la ciencia como autoridad sobre «la totalidad del saber humano». La duda ha entrado entre sus principios. Los creyentes laicos de la ciencia se han convertido en dogmáticos.
ENSAYO
'Perros de paja'
![Imagen - 'Perros de paja'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/12/26/1597portamolina-U10806051347ioU-224x330@abc.jpg)
- Autor John Gray
- Editorial Sexto Piso
- Año 2023
- Páginas 223
- Precio 20,90 euros
La diferencia entre los seres humanos y los animales se ha basado en el «libre albedrío», idea puramente cristiana. El positivismo francés de Saint-Simon y Comte, puso en marcha la sustitución de la religión por la ciencia. El positivismo convirtió al liberalismo en el credo laico. Su evangelista mayor fue Stuart Mill. Marx avanzó hacia el socialismo científico. El libre mercado global también surgió como reacción a pesar de que Saint-Simon y Augusto Comte fueron contrarios a la economía liberal extrema.
John Gray afirma que el humanismo no es ciencia, sino religión: una fe poscristiana en las capacidades del ser humano. La idea del progreso actual equivale a la creencia cristiana de la providencia. «En la ciencia, el saber es un bien sin paliativos; en la ética y en la política, es malo y es bueno al mismo tiempo». Y añade el profesor de Oxford, «la ciencia aumenta el poder humano y no agranda los defectos de la naturaleza humana».
El poder de las nuevas tecnologías será utilizado para volver a cometer crímenes superiores
La expulsión del Paraíso significó el querer saber la verdad prohibida. Esa verdad para el autor de libros como 'El silencio de los animales' o 'Filosofía felina. Los gatos y el sentido de la vida', no sólo no nos hizo libres sino que nos llevó a cometer errores terribles. Si el progreso, la ciencia y las tecnologías son falsas ilusiones ¿qué nos queda? Entre la acción y la contemplación, ¿qué elegir?
Los humanos somos tan dueños de nuestro destino como el resto de los animales. Discrepo totalmente con Gray en esto, así como con sus ideas del humanismo. Pero al fin y al cabo son sus opiniones que él siempre trata de justificar. Los nuevos poderes, insiste, no nos liberan de los límites del resto de los animales. Los humanistas no creen a Darwin quien afirmó que el ser humano es como cualquier otro animal, que las especies son tan sólo corrientes del fluir de los genes. Y eso no quiere decir que quienes no compartimos estos criterios seamos involucionistas o contra evolucionistas.
Ni mucho menos, pero todavía las diferencias entre lo racional y lo irracional son muy grandes. Las personas desarrollan acciones cuyas consecuencias están debidas a sus decisiones. Los animales no son conscientes de esto. La conciencia, la individualidad y el libre albedrío nos definen como seres humanos y nos elevan sobre el resto de las criaturas. Nosotros sabemos que vamos a morir, los animales —afortunados ellos— lo desconocen. Ahora sí es cierto, como subraya Gray, que tanto unos como otros desconocemos en absoluto lo que hay o no hay después de dar ese paso obligatorio.
El cristianismo ofreció salvación para todos. La humanidad ¿llegará algún día a dominar la tecnología? Gray cree que no. El primer gran error de los gobiernos ha sido el ceder casi todo el control a los mercados. A medida que el tiempo va pasando, los controles son cada vez más difíciles de llevar a cabo. El autor de este libro afirma, rotundamente, que el poder que las nuevas tecnologías otorgan a la «humanidad» será utilizado para volver a cometer crímenes aún superiores a los conocidos. Y ve en la clonación un peligro extremo.
John Gray afirma que el humanismo no es ciencia, sino religión: una fe poscristiana
El fundamentalismo religioso ve en la ciencia a uno de sus principales enemigos porque, según ellos, le roba al individuo su espiritualidad. Una espiritualidad que nunca fue totalmente libre. Pero la ciencia también ha sufrido crisis durante su desarrollo y persecuciones. Pero aquí está y ya se considera indestructible. ¿Hay fundamentalistas científicos? Sí. La ciencia para empezar, no es la única forma, y aún menos desinteresada, para buscar la verdad. ¿La esperanza en el progreso tecnológico mejor que en el espiritual?
Buscadores de verdad
¿Se es más libre con la ciencia que con el pensamiento?. Gray, volviendo a Darwin, recuerda que este afirmó que para la supervivencia de la especie no era necesaria la verdad. Es decir, ser libres. ¿La humanidad podrá lograr el dominio consciente de su existencia? ¿La creencia irracional en Dios a cambio de una fe irracional en la humanidad será suficiente? ¿Qué pasará si abandonamos las vanas esperanzas del cristianismo y del humanismo: Dios, la inmortalidad, el progreso, la ciencia? ¿Cuál sería el sentido de nuestras vidas?
La filosofía es la expresión de la duda permanente. ¿Sigue sirviendo para calmar la conciencia como en sus inicios? ¿Fue la verdad una de sus prioridades? No. Entonces, ¿es merecedora de la autoridad que se le reclama? Si lo que realmente está en juego no es la verdad, sino la felicidad y la libertad, ¿por qué los filósofos han de tener la última palabra? ¿por qué la fe y el mito no iban a tener los mismos derechos?. «Seguiremos siendo buscadores de la verdad, pero renunciaremos a la esperanza de una vida sin espejismos», concluye Gray, quien se refiere al ciberespacio como otra promesa de eternidad.
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