CrÍtica de:
'Perfecta es la pregunta', de James Lee Byars en el Palacio de Velázquez: La belleza como respuesta
Madrid
La inclasificable poética del creador norteamericano llega al Parque del Retiro con una selección de obras realizadas desde la década de 1980
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!['The Thinking Field'. Al fondo, ‘The Tomb of James Lee Byars’](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/13/11-james_lee_byars_3-RjuBwXvSLUsoAZ9zmeGXaTK-1200x840@diario_abc.jpg)
Los relatos de la Historia del Arte se construyen según criterios de inclusión y exclusión. Entre los nombres relegados a los márgenes se encuentra el del estadounidense James Lee Byars (1932-1997), cuya obra apenas ha sido abordada en los manuales académicos, lo que ... podría interpretarse como una indicación de que no fue especialmente relevante.
Sin embargo, Byars emergió como figura destacada dentro de la escena neoyorquina de finales de los sesenta, dominada entonces por la depuración minimalista y las acciones de Fluxus. En aquel contexto, demostró una habilidad excepcional para combinar elementos de ambas tendencias a través de instalaciones, esculturas y 'performances'.
El problema del reconocimiento de Byars no parece radicar en el valor u orignialidad de su obra, ni tampoco en la imagen barroca y extravagante que cultivó de sí mismo. Su condición de 'outsider' se explicaría por el enfoque de sus prácticas artísticas, alejadas de las preocupaciones sociológicas, lingüísticas y políticas de sus compañeros de generación.
La naturaleza ilusoria de la realidad empírica
En contraposición a un discurso moderno fundamentalmente materialista, Byars adoptó una perspectiva que advertía de la naturaleza ilusoria de la realidad empírica. Entre 1958 y 1967, realizó siete viajes a Japón, lo que le permitió sumergirse en la espiritualidad oriental, la filosofía zen, los rituales del Shinto o la delicadeza del Teatro No, herramientas con las que moldeó una peculiar estética ligada a lo trascendente.
Este vínculo con lo sagrado resuena con intensidad en sus obras objetuales e instalaciones, las cuales han demostrado una inherente capacidad para integrarse en los espacios más variopintos. Por ejemplo, en la Bienal de Venecia de 2009, la disposición de sus obras en el Palazzo Pesaro Papafava ofreció algunas de las imágenes más hermosas de aquella edición.
Más recientemente, sus trabajos se han integrado con sorprendente fluidez en las naves industriales del Pirelli HangarBicocca de Milán. Esta ha sido la primera sede de una exposición que ahora aterriza en el Palacio de Velázquez, cuyo austero interior y simétrica planimetría han servido al comisario, Vicente Todolí, para acentuar la monumentalidad y simplicidad de sus creaciones.
![Imagen principal - ''De arriba abajo, 'Red Angel of Marseille'; The Capital of the Golden Tower'; y 'The Rose Table of Perfect’](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/13/13-james_lee_byars_1-U22880544477INe-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - ''De arriba abajo, 'Red Angel of Marseille'; The Capital of the Golden Tower'; y 'The Rose Table of Perfect’](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/13/01-james_lee_byars_3-U84550838101shC-464x329@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - ''De arriba abajo, 'Red Angel of Marseille'; The Capital of the Golden Tower'; y 'The Rose Table of Perfect’](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/13/24-james_lee_byars_1-U27801137270SRf-278x329@diario_abc.jpg)
Hoy, en un momento en que el arte de la instalación se ha fusionado con el escaparatismo y el diseño de interiores, resulta fascinante contemplar cómo Byars logró tensionar la experiencia corporal y sensorial del espectador con un vocabulario muy escueto. Utilizó una paleta de colores reducida –oro, negro, blanco y rojo– y valiosos materiales como mármol, seda, cristal y pan de oro. Además, empleó un breve inventario de formas geométricas arquetípicas, como prismas, pilares y esferas. Estas últimas están intrínsecamente relacionadas con el concepto de perfección, esencial en la poética de Byars, quien siempre lo asoció con lo efímero: un magnífico ejemplo es la obra 'The Rose Table of Perfect' (1989), compuesta por 3.333 rosas rojas destinadas a marchitarse durante el tiempo que dure la exposición.
La cita se completa con una extensa documentación de sus acciones, mucho más concisas que las tediosas e interminables del grupo Fluxus. Además, se incluyen numerosos libros y cartas que, para él, suponían una prolongación de su práctica artística y a las que prestaba especial atención, como la forma del papel o el uso de una caligrafía ornamental.
![James Lee Byars](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/05/13/25-james_lee_byars_1-U78440471821mej-366x206@diario_abc.jpg)
James Lee Byars
'Perfecta es la pregunta'. Palacio de Velázquez. Madrid. Parque del Retiro, s/n. Comisario: Vicente Todolí. Hasta el 1 de septiembre. Cuatro estrellas
En definitiva, una esclarecedora aproximación a la poética de aquel que se autodenominó como 'el artista desconocido más famoso del mundo' y que murió en un hotel de El Cairo, donde siempre elegía una habitación con vistas a las eternas pirámides.
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