ILUMINACIONES
Turner, si la luz se apaga para siempre
El paisajista William Turner pintó en 1838 'El último viaje del Temerario', hoy el cuadro favorito de los ingleses pese a las críticas de su tiempo
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![En una votación organizada por la BBC en 2005, se eligió 'El último viaje del Temerario' como la mejor pintura en los museos británicos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/02/07/viaje-RCLA1eBPvNnBh8n3ZwUWv8K-1200x840@abc.jpg)
El crítico inglés John Ruskin dijo de William Turner que era «el artista que más conmovedoramente había atrapado el temperamento de la Naturaleza». Una afirmación refrendada por los gustos del público que, en una votación organizada por la BBC en 2005, eligieron 'El último ... viaje del Temerario' como la mejor pintura expuesta en los museos británicos. El cuadro, de 91 por 121 centímetros, puede verse en la National Gallery de Londres. Turner pintó su obra en 1838 cuando había cumplido los 63 años, era un artista consagrado y disfrutaba de un notable patrimonio. Siempre se negó a desprenderse de este óleo sobre lienzo, por el que sentía especial predilección.
Cuando acometió el cuadro, el navío de guerra HMS Temeraire acababa de ser desguazado en unos astilleros del Támesis para vender la madera. El barco había participado en la batalla de Trafalgar como escolta del buque insignia del almirante Nelson. El acontecimiento levantó una gran expectación con una enorme atención de la prensa.
Turner pinta al Temeraire en el cuadrante inferior izquierdo de la tela. Su silueta está enmarcada por los rayos del sol en el atardecer que iluminan el cielo. Vemos a un remolcador que arrastra al viejo navío, con las velas plegadas, en su último viaje. La silueta de ambos es reflejada en las aguas del estuario, pero, mientras el buque aparece con una grandeza majestuosa, el remolcador arroja un humo que mancha la atmósfera, como si el pintor quisiera advertirnos de la fealdad del progreso industrial. Un detalle apenas perceptible es la aparición de la luna mientras el sol se pone a esa hora en la que la noche y el día se solapan.
El cuadro fue acogido con críticas por su falta de realismo. Se le reprochó a Turner que representara al barco con los mástiles que ya habían sido desguazados, que ignorara que había dos remolcadores y no uno, que obviara que la entrada en el estuario se había producido a plena luz del día y que él en esas fechas estaba ausente del país.
Hoy es obvio que Turner no pretendía pintar un cuadro realista, sino que eligió el desguace del barco por su alto valor simbólico. Marcaba el final de una época y el despegue de la industrialización, a la vez que hay en la obra una exaltación romántica de la Naturaleza, muy habitual en sus trabajos.
El pintor inglés fue esencialmente un paisajista que retrataba con sus pinceles la pequeñez del ser humano frente a la grandiosidad de fenómenos naturales como la fuerza del mar, las tormentas, los incendios y las catástrofes. Turner, junto a John Constable, fue el símbolo de un romanticismo que reivindicaba la felicidad humana en conciliación con la Naturaleza.
Su obra está hoy dispersa en diferentes museos contra su voluntad
En sus últimos años, abandonó el estilo figurativo y se centró en la representación de la luz. En 'Lluvia, vapor y velocidad', pintado en 1844, sólo hay manchas. Los objetos, salvo el desdibujado perfil de una máquina de vapor, no son ya reconocibles. Es un cuadro impresionista, décadas antes de las creaciones de Monet, Renoir y Pissarro.
Turner nació en Londres en 1775 en el seno de una familia de clase media. Su padre era fabricante de pelucas y su madre tenía problemas de estabilidad mental, por lo que el joven William fue criado por su tío materno. A los 14 años, ingresó en la Royal Academy of Art. Más tarde, se dedicaría a viajar por Francia e Italia para estudiar la pintura clásica. Podía permitírselo porque, a los 24 años, era un artista cotizado y vendía sus cuadros a la aristocracia a un precio inusualmente alto.
Doble vida
El paso del tiempo no sólo no ha mermado su éxito. sino que ha ido revalorizando su obra. En 2006, Christie's sacó a subasta un óleo con una vista de Venecia, que se vendió por 36 millones de dólares. Su obra está hoy dispersa en diferentes museos contra su voluntad, ya que él quería que sus cuadros fueran expuestos en su casa de Chelsea.
En los últimos años de su vida, sus hábitos excéntricos y su pintura abstracta, ya impresionista, provocaron duros ataques de los críticos. La reina Victoria se negó a concederle la distinción de caballero de honor al considerar que estaba perturbado mentalmente. Él propio artista alimentaba esa leyenda con su doble vida, ya que se hacía pasar por un almirante retirado y sus hábitos amorosos no eran precisamente ejemplares. Todo esto no es hoy más que una pura anécdota frente a la magnitud de una obra que le coloca entre los mayores genios de la pintura.
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