ÁNIMA NEGRA
Ian Rankin, la cara oculta del mal
El autor escocés elige Edimburgo en 'Callejón Fleshmarket' como escenario de una investigación del inspector Rebus que revela la corrupción de las altas esferas
Otros artículos del autor
Si Sciascia elevó a Sicilia a espacio literario, si Chandler nos hizo soñar con las mansiones de California y Conan Doyle suscitó nuestra imaginación en las calles de Londres, Ian Rankin elige Edimburgo, la histórica capital del reino de Escocia, como el escenario de ... sus tramas. Nunca he estado en Edimburgo, pero me resulta una ciudad familiar tras la lectura de las 21 novelas que protagoniza el inspector John Rebus, que persigue por sus rincones, sus suburbios y sus bares a los criminales y los mafiosos a los que nadie es capaz de echar el guante.
Tras una prolífica carrera, Rankin ha llegado a la condición de autor de culto para los buenos aficionados a la novela negra, pero no ha conseguido las cotas de popularidad de otros colegas del género. Ello no desmerece su extensa obra, llevada a la televisión, que ha sido mejor valorada por la crítica que por los lectores.
Ian Rankin, nacido en Fife (Escocia) en 1960, empezó a escribir a mediados de los 80. Había sido cuidador de cerdos, vendimiador, músico, administrativo y finalmente periodista hasta que dio el salto a la literatura. Una de sus obras más paradigmáticas es 'Callejón Fleshmaket', publicada en 2004, la número 16 de sus novelas y una de las más características.
Quienes le conocen dicen que Rankin tiene un carácter arisco y solitario como el de Rebus
La historia comienza cuando un inmigrante sin papeles aparece asesinado en un barrio marginal de Edimburgo. Todo indica que se trata de una agresión racista, pero el inspector Rebus pugna por hallar la verdad ante la incomprensión de sus jefes, que le han retirado de su vieja comisaría y presionan para que se retire. La investigación le conduce al sórdido mundo del hampa de Edimburgo, donde varios clanes luchan por el control de los negocios.
El trabajo de Rebus se complica al hallarse dos esqueletos, de una mujer y un niño, bajo el suelo de cemento en un callejón de la capital escocesa. Rebus quiere saber si existe una conexión con el asunto que está indagando, lo que le lleva a topar con la corrupción de las altas esferas y de personajes codiciosos que se enriquecen con la explotación de los débiles.
Junto al problemático inspector aparece su antigua subordinada Siobhan Clarke, amiga y confidente, una mujer de carácter fuerte que le mantiene a raya y con la que sostiene una ambigua relación. Rebus es un policía heterodoxo, entregado a su profesión, con una vida familiar fracasada, que no duda en saltarse los límites para atrapar al delincuente, aficionado al rock, bebedor impenitente de whisky, solitario y violento. La prensa local le tiene en el punto de mira y sus superiores sospechan de la aparente lealtad que exhibe respecto a un capo de la mafia local. Pero Rebus es honrado y leal con sus compañeros. No hay nadie que le iguale a la hora de hacer su trabajo.
Quienes le conocen dicen que Rankin tiene un carácter arisco y solitario como el de Rebus, siendo muy poco aficionado a aparecer en público y en los medios, aunque colabora en algunos programas culturales de la BBC. Le gusta pasar temporadas con su mujer y dos hijos en su casa de las Tierras Altas, donde se enclaustra para pensar sus historias. Su forma de ser le llevó a emigrar a Francia. Allí residió seis años en su juventud y se ganó la vida en el campo.
Al escribir sus primeras novelas, Rankin se inspiró en la obra de su ilustre paisano Robert Louis Stevenson, aunque, alentado por el éxito de Rebus, optó por construir sus tramas con los esquemas de la novela negra. Su decisión fue acertada porque el escritor de Fife ha creado un mundo que es una proyección de obsesiones que se plasman a través de unos personajes que nunca son buenos o malos y que luchan por sobrevivir en una sociedad dominada por el dinero y políticos con pocos escrúpulos.
Si Sherlock Holmes es un detective que investiga sus casos mediante el análisis de las pruebas con métodos científicos, Rebus es un maestro a la hora de descubrir las motivaciones humanas, que siempre son más importantes para él que las evidencias policiales. Hay, por ello, algo de shakesperiano en su obra, con personajes desgarrados entre su obligación y sus sentimientos. Rankin lleva camino de ser un clásico. Una excelente lectura para este verano.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete