crítica de:
'Mosturito', de Daniel Ruiz: hijos de la miseria
narrativa
El autor sevillano habla de temas esenciales: del maltrato, la pobreza, la pederastia, la violencia, de la respuesta del sistema a todo esto, del amor y la amistad
Otras críticas de la autora
![Daniel Ruiz (Sevilla, 1976)](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/14/daniel.jpg)
Mosturito es feo. Muy feo. Tiene el labio leporino, la nariz torcida, la frente hundida y lleva unas pesadas botas ortopédicas. Los otros niños lo insultan: carajaula, contrahecho, carastrujá. De ahí su apodo, Mosturito, un monstruito tan mal pronunciado como casi todo lo ... demás en la barriada pobre de extrarradio donde vive. Su madre está muerta. Su padre está en la cárcel por haberla matado a golpes.
Y el niño vive con su tía, la Tata, y es difícil decir quién cuida de quién: la Tata intenta que vaya al colegio y lo defiende cuando otros niños le pegan; Mosturito la lleva a la cama cuando se queda inconsciente en el sofá tras haberse bebido todo el alcohol que le cabe en su enorme cuerpo o la protege de los babosos del bar.
NOVELA
'Mosturito'
![Imagen - 'Mosturito'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/14/1627portaeva.jpg)
- Autor Daniel Ruiz
- Editorial Tusquets
- Año 2024
- Páginas 288
- Precio 19,90 euros
Un día especialmente duro para el chico, uno de tantos en los que desearía no haber nacido, echa a andar y conoce al Zurdo, un chaval punki que viene de un entorno acomodado que será un apoyo importante cuando los servicios sociales intervengan y lo poco firme que hay en su vida se tambalee.
Esta historia, que transcurre en los años 80 en un barrio marginal de una Sevilla que no se nombra, la cuenta el propio Mosturito desde la mirada ya poco inocente de sus diez años. Este personaje es un hallazgo: es un niño con buen fondo y con un marcado sentido de la justicia, pero que no duda en utilizar la violencia si lo cree necesario. Es lo que ha aprendido de su padre, del vecino que no para de dar palizas a su mujer, de los chavales que le roban y lo humillan.
El resto de personajes está a la altura, poderosísimos y fenomenalmente bien construidos: la Tata o la fantástica Cisca son memorables y tan complejas que merecerían una novela cada una; y el propio barrio, que aquí se convierte en un personaje bastante relevante. A través de los avatares de todos ellos, Ruiz habla de temas esenciales: del maltrato, la pobreza, la pederastia, la violencia, de la respuesta del sistema a todo esto, del amor y la amistad…
Otro de los hallazgos de la novela es el uso del lenguaje pegado a la oralidad del barrio: «Ay mi sielo, dice la Tata. Ay qué tan hecho».
Otro de los hallazgos de la novela es el uso del lenguaje pegado a la oralidad del barrio: «Ay mi sielo, dice la Tata. Ay qué tan hecho. Se van a enterar con su puta madre, y tira pa la cocina y yo le digo Tata, tranquila, te se va, te se va». Es difícil que este recurso literario no resulte impostado; sin embargo, aquí es muy poderoso y tremendamente expresivo, muy natural y creíble, tan particular como el mundo que construye a su alrededor. Un mundo en el que el lector entra y pide más, quiere saber qué depara el futuro a esos seres desterrados del lado bueno de la vida.
Daniel Ruiz (Sevilla, 1976) traza en esta novela una descripción descarnada de la pobreza y de la violencia endémica de un sistema que se ceba con los más vulnerables. Y lo hace con tanta ternura, con tanto humor, que es imposible leerla sin una sonrisa, aunque se congele en la cara al cerrar el libro. 'Mosturito' es un hermoso canto a la amistad, tan áspera como delicada, tan incómoda como deslumbrante.
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