LIBROS
Miguel Ángel Oeste viaja al centro del dolor
NARRATIVA
El autor malagueño compone una crónica familiar –un infierno de violencia, drogas y maltrato–, cuya lectura sacude y retuerce
![Miguel Ángel Oeste](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/11/07/oeste.jpg)
El primer recuerdo que tiene Miguel Ángel Oeste (Málaga, 1973) es un puñetazo que recibió de su padre cuando tenía seis años. Desde entonces, sus recuerdos mezclan los gritos y los golpes, las palizas y el miedo, una violencia desaforada y brutal. A partir ... de su propia memoria y de los testimonios de familiares y amigos, Oeste compone una crónica familiar ‘à la maniere’ de la estupenda ‘Nada se opone a la noche’ de Delphine de Vigan que empieza en los años 50 cuando su madre era una joven hermosísima, hija de una limpiadora analfabeta, que brillaba en un barrio pobre de Málaga y que llegó a ser modelo, una joven que podía haber llegado muy lejos si no se hubiera cruzado en su vida el que pronto sería su marido, que la arrastró a un infierno de violencia, drogas y maltrato.
Del matrimonio nacieron dos hijos que crecieron rechazados, humillados, agredidos, que sólo respiraban cuando sus padres caían inconscientes tras un chute de cocaína, que veían asombrados el encanto de su padre fuera de casa, mientras dentro era un maltratador cruel. Dos hijos heridos que sobrevivieron cada uno a su manera.
NOVELA
'Vengo de ese miedo'
![Imagen - 'Vengo de ese miedo'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/11/07/1540portacosculluela-U06876373337FnW-224x330@abc.jpg)
- Autor Miguel Ángel Oeste
- Editorial Tusquets
- Año 2022
- Páginas 300
- Precio 19 euros
Esta novela se nutre de la memoria y la narración responde a sus mismos mecanismos, a veces con repeticiones que se agolpan de forma obsesiva y otras veces demorando el relato de un suceso doloroso, con fogonazos que lo anticipan mientras trata de acallarlo sin éxito hasta que, por fin, estalla y se revela en toda su sordidez. Aunque narra hechos espantosos, no ha querido recrearse en el horror -acierta al pasar de puntillas algunos episodios terribles-, pero tampoco embellecerlo.
Sin aliento
El estilo que utiliza, más tosco e insistente en las repeticiones cuando relata la infancia y más cuidado en el presente, transparenta la evolución del narrador, que al relato familiar suma el del proceso de escritura de esta «novela en marcha» que avanza a golpes, porque en varias ocasiones el narrador confiesa haberla abandonado incapaz de enfrentarse a lo que estaba por llegar.
‘Vengo de ese miedo’ deja sin aliento. No hay tregua en esta novela que arrastra con un ritmo arrollador, que sacude y retuerce como pocas. Miguel Ángel Oeste reniega del tópico de la literatura sanadora: el miedo no desaparece nunca, dice, pero escribir le sirve para entender de dónde vienen tanto mal y tanta vileza. Lo sanador para él es la lectura, refugio que lo salvó en los peores momentos. Y esa capacidad de encontrar un refugio es una de las luces de esta novela, aunque no la única: la paternidad del narrador, su preocupación por que sus hijas no hereden el miedo, resulta luminosa, igual que el retrato del profundo cambio en una sociedad que miraba hacia otro lado cuando oía las peleas: vecinos, familiares... La sociedad en la que crecen sus hijas, afortunadamente, no lo permitiría.
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