lo moderno
'The Crown'
Comiendo palomitas frente a 'The Crown' me latía la esperanza de las causas perdidas que tanto me gustan pensando que la princesa Leonor se nos hace mayor de edad en Gales
Se estrena la quinta temporada de 'The Crown' y mientras la audiencia revienta Netflix, recuerdo el hecho (sostenido por algunos historiadores) de que la monarquía española es la segunda más antigua del mundo tras la de Japón y la primera de Europa, y aun así ( ... o a lo mejor por eso, vaya usted a entender la mente española) aquí nunca tuvimos un Shakespeare que elevara a obra maestra la vida de nuestros reyes medievales ni a un Walter Scott que las popularizara. En cambio, sí tuvimos (y por supuesto, olvidamos) a Rafael Pérez y Pérez.
Maestro de escuela como Machado, bonachón, tranquilo, aficionado a los paisajes medievales y la historia de España, su trabajo le llevó a las aulas de Gerona, Zaragoza y Sevilla donde encontró el ambiente perfecto para tejer como un Rubens de las letras, el tapiz deshilachado de las historias de nuestros reyes medievales.
Estructuradas en una rigurosa recreación y aderezadas con un infalible romanticismo, sus novelas cumplieron durante más de sesenta años con la difícil labor de entretener y enseñar sin prejuicios; con mucho oficio y mucho éxito: «Los cien caballeros de Isabel la Católica» inspiraría a Manuel Gago para su «archifamoso» superhéroe español, 'El Guerrero del Antifaz'. También recreó la vida de Ramón Berenguer II en 'Cabeza de Estopa' una novela de aventuras que comenzaba con un augurio, como Macbeth, y continuaba con la «dumesca» rivalidad entre herederos gemelos, como 'La máscara de hierro'. Pero sin duda mi favorita es la deliciosa novela sobre 'Leonor de Castilla', hija de San Fernando de Sevilla y reina de Inglaterra.
Comiendo palomitas frente a 'The Crown' me latía la esperanza de las causas perdidas que tanto me gustan pensando que la princesa Leonor se nos hace mayor de edad en Gales, un territorio conquistado por Enrique I, enamoradísimo esposo de aquella Leonor de Charing Cross (Eleanor para los británicos; esa «mujeraza» que pide a gritos serie, película y novela) cuyo heredero, por cierto, nacería a unos cuantos kilómetros al norte de donde estudia la nuestra, y lo haría inaugurando castillo y título de Principado. Creo fervientemente que no es mal momento para retomar los lazos de poderío matrimonial y de paso la buena literatura recuperando la memoria (libre de ideologías) y los libros de aquel Walter Scott español: el superventas de amor y reyes, Rafael Pérez y Pérez.
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