donde habita el olvido / puebla de trives
La magia del chocolate
Un empresario gallego abrió un molino de cacao en 1889 del que sólo quedan ruinas
La sirena del caballero

Los indígenas de Perú, Colombia, México y Ecuador consumían chocolate hace cuatro milenios. La palabra viene del término azteca 'xocoatl'. Dice la leyenda que fue Cristóbal Colón el primer europeo en probar el delicioso alimento, obtenido mediante la mezcla de cacao y azúcar.
Los ... historiadores datan a mediados del siglo XVIII los orígenes de la fabricación industrial del producto en España. El chocolate fue desde entonces fuente de inspiración literaria y un producto venerado por su sabor adictivo y sus pretendidas cualidades afrodisiacas.
Un empresario gallego llamado José Salgado abrió un molino de cacao para fabricar chocolate en 1889 a orillas del río Cabalar, muy cerca de Puebla de Trives en Orense, al lado del puente romano. Salgado edificó también una vivienda para su familia. Tras hundirse el tejado de la planta, hoy sólo quedan los muros, cubiertos de vegetación, y los restos de alguna de las máquinas del molino. Salgado murió ocho años después de iniciar el negocio y su hijo decidió en 1918 invertir en Argentina, donde la cuarta generación sigue produciendo chocolate.
El fundador de la fábrica es recordado como un innovador en una comarca agraria sin actividad industrial. Salgado construyó, junto a la planta de cacao, otro molino para obtener harina y producir pan. Y también una instalación para generar electricidad a partir del agua del río.
Emblema del chocolate español
La factoría de la familia Salgado se convirtió en un emblema del chocolate español. Llegó a colaborar con Nestlé en algunos productos, ganó premios internacionales por su calidad y obtuvo la condición de proveedor de la Casa Real de Alfonso XIII. Sus tabletas y sus bombones se comercializaban con la marca Royal.
José Salgado hijo decidió buscar nuevos mercados en Argentina, creando la marca Chocolates Fénix, con fábrica en el barrio de Constitución de Buenos Aires, hoy dirigida por el biznieto del fundador. Nadie parece saber en la familia las razones que llevaron a este hombre a dar el salto al otro lado del Atlántico, dejando atrás a su novia y su entorno. Lo cierto es que su marcha significó el cierre de las instalaciones de Trives y el final del negocio en España.
En una entrevista publicada por 'La Voz de Galicia', el último de los Salgado afirma que la empresa nunca ha olvidado sus orígenes, que son evocados por viejas fotografías que recuerdan que todo comenzó en Trives hace más de 130 años. En una de esas imágenes, se puede ver al primer José Salgado con su mujer y sus dos hijos. «Mi bisabuelo vivía en la primera planta de la fábrica, como era costumbre en aquella época». Cuenta que ordenó construir un patio andaluz, donde recibía a sus amigos.
El segundo de los Salgado gustaba de volver a Puebla de Trives para no perder sus vínculos con el pasado. Los lugareños apodaron a la familia como 'los chés' por su acento argentino. «Mi abuelo era la sensación del pueblo porque traía cosas que en Galicia no existían, como un monopatín», decía el actual propietario de la empresa familiar.
Hoy, a menos de dos kilómetros de Puebla de Trives, es posible pasear por el bello paraje donde estaba la fábrica, en medio de un bosque y junto al caudal del río que penetra en el viejo molino. Una tubería oxidada y una válvula emergen de la vegetación que ha ido creciendo en el lugar. Las vigas se han desprendido del antiguo techo, ahora un enorme agujero que muestra restos de la maquinaria con la que se elaboraba el chocolate. El tiempo parece haberse detenido y no resulta difícil imaginar a su fundador entre los muros de granito.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete