LIBROS
'Locos por los clásicos', de Emilio del Río: volver a Grecia y Roma
ENSAYO
El profesor y filólogo pasa revista a nombres de la Antigüedad griega y romana que han sentado las bases de nuestra cultura
Emilio del Río Sanz (Logroño, 1963) es doctor en Filología Clásica y profesor universitario, y fue y sigue siendo asiduo colaborador de aquella 'Nueva Revista' que fundó el maestro Antonio Fontán allá por 1990 y que aún sigue viva en nuestros días debido a ... diferentes sinergias benefactoras. Cuando conocí a Emilio, allá por 1993 o 1994, acababa de obtener el Premio Nacional de Estudios Clásicos por una espléndida tesis doctoral sobre Séneca, dirigida por Fontán, que defendió en la Complutense. En la estela de su maestro, inició después de doctorarse una intensa actividad política como diputado y senador del Reino, llegando a ostentar el cargo de vicepresidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja.
Pero el amor por el mundo grecorromano pervivió siempre en el corazón de Del Río, y hoy representa una de sus actividades favoritas escribir libros sobre esa pasión para contagiársela a todo tipo de lectores, desde personas sobresalientes en otras áreas de conocimiento hasta simples curiosos que desean cultivar el espíritu recurriendo al vivero inagotable de las letras griegas y latinas. El líder radiofónico y poeta Ignacio Elguero propuso a Emilio desarrollar un pódcast en la Radio pública sobre los principales autores de la Grecia y la Roma antiguas, y Emilio, que llevaba ya desde 2012 colaborando en el programa de Pepa Fernández con una sección, rotulada 'Verba volant', a mayor gloria del latín, se hizo cargo de dicho pódcast, que intituló 'Locos por los clásicos' y que es el manantial de donde han brotado las páginas del apasionante y divertidísimo libro que tengo ahora en las manos.
El volumen se inscribe en una serie que, de forma amena, coloquial y humorística, reivindica la cultura grecorromana. Las dos primeras entregas, 'Latín Lovers' (2019) y 'Calamares a la romana' (2020), también son obra de Emilio del Río y han gozado de un favor muy especial por parte del público lector, llegando incluso a colocar sus libros entre los más vendidos en la España actual.
Mientras que los libros anteriores tenían un contenido más cercano a los aspectos lingüísticos más pintorescos que presenta el latín en relación con sus hijas, las lenguas romances y, en general, con todas las lenguas del mundo, 'Locos por los clásicos' se ubica en el terreno exclusivamente literario pasando revista en sus capítulos, de forma gratamente anárquica y desvinculada del orden cronológico tradicional en los manuales de Historia de la Literatura, a algunos autores de la antigüedad griega y romana que han sentado las bases de la cultura occidental en sus maravillosos escritos.
Repartido en treinta y seis de epígrafes, el libro abre el fuego con el moderno Catulo
Repartido en treinta y seis de epígrafes , el libro de Del Río abre el fuego con Catulo, o sea, por Gatito (que es como se traduciría su cognomen en castellano), uno de los poetas más radicalmente moderno que dio la Antigüedad Clásica, y continúa con Tucídides, Séneca, Virgilio, Platón, Plutarco, Homero, Plauto, Sófocles, Luciano, Cicerón, Esopo, Tibulo, Eurípides, Ovidio, Safo, Heródoto, Apuleyo, Marco Aurelio, Marcial, Lucrecio, Aristófanes, Esquilo, Epicteto, la poeta Sulpicia, Tito Livio, Propercio, Suetonio y Horacio. Veintinueve nombres tan solo, pues los siete restantes, hasta completar los treinta y seis capítulos de que consta el libro, son autores a los que se dedica más de un epígrafe: dos a Sófocles, Cicerón, Séneca, Eurípides y Homero, y tres a Ovidio.
Apuesta ganadora
El esfuerzo intelectual por convencer a los lectores de que la apuesta por los grandes autores de las literaturas clásicas es una apuesta ganadora, placentera y proveedora de felicidad viene acompañada de tanto guiño inteligente y jocoso a nuestra actualidad, que hace de 'Locos por los clásicos' un modelo de invitación a la lectura muy de nuestra centuria. La letra ha dejado de entrar con sangre y esta ha sido sustituida en el terreno del aprendizaje por un río delicioso en el que darse un baño refrescante, que ese es el método del que se sirve Emilio del Río, muy en la línea del 'delectando instruere' horaciano.
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