Cinco minutos de gloria
Héroes de 'pressing catch' recauchutados
En verano hay vida más allá de la voladura de oreja de Trump, la aparición estelar de Hulk Hogan, la renuncia de Biden y las caderas de Karol G
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No sé si es bueno confesarles, queridos lectores, que a estas alturas del verano el cerebro no da para mucho ni para poco… para lo justito. No le pidan excesos, extras, porque, o está a merced del vaivén de las olas que ya se atisban ... en el horizonte inmediato, o vive en una penumbra obligada (cuasi carcelaria) para evitar que una lengua de fuego se cuele por las rendijas de la celosía del cuarto de estar. Un sopor, en una palabra, que no lo despereza ni el ritmo reguetonero de Karol G. llenando el Bernabéu cuatro noches seguidas ni la Selección española de fútbol haciendo alarde de la merecida victoria en el césped y del desbarre-desmadre celebratorio sobre un escenario. No me da la vida para mover las caderas ni para corear cantata 'españolista' alguna, si acaso para pasar el dedo por la pantalla del móvil y 'espiar' lo que todo quisque hace y sube a las redes. ¿Y para qué más, si todo cuanto uno necesita saber del prójimo, del amigo y del enemigo está ahí, al alcance de un sutil toque táctil?
La más reciente verificación de esta realidad la ha protagonizado Joe Biden, el presidente gagá de Estados Unidos, que se ha retirado de la campaña presidencial con un mensaje en la red social X (conocida antes como Twitter). ¿Para qué convocar una rueda de prensa, para qué citar a los periodistas en esa sala que hemos visto mil y una veces en series de televisión y en películas? ¿Ya nadie se acuerda de 'El ala Oeste de la Casa Blanca'? Nadie, ni Biden siquiera, con su tira de años a cuestas. Va y comunica a los cuatro vientos digitales que se quita de en medio después de empecinarse en demorar la retirada durante días. Tantos que dio tiempo a que a Trump le volaran una oreja, a que Hulk Hogan subiera al atril para rasgarse la camiseta y a que a nosotros nos dinamitaran cualquier esperanza en una tranquila mañana con tanto héroe de 'pressing catch' recauchutado.
Leo en otro mensaje en X: «Cada vez que veo una maleta me dan ganas de llenarla de libros». En esas estoy, amigos. «Bye-bye, Miss American Pie…»
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