Suscríbete a
ABC Cultural

ARCO 2023

José de la Mano: «Hemos devorado generaciones de artistas que fueron muy importantes»

MADRID

La galería José de la Mano acoge obras de artistas notables del siglo XX que a día de hoy no son todo lo conocidas que deberían para el gran público

José de la Mano junto a una obra expuesta en su galería en Madrid ABC

Enia Gómez

Madrid

En la calle de Zorrilla, en el número 21, un mayestático edificio emana del asfalto madrileño. En su interior, tras atravesar la amplia y aceitunada puerta, yacen figuras artísticas de la década de los 50 y los 60 que la Historia, por un motivo u otro, decidió relegar o invisibilizar. A José de la Mano, junto a Alberto Manrique, esta injustificada circunstancia no les sentó nada bien, y a su decisión de abrir una galería se unió la de rescatar a esta generación de artistas que, además, ninguna otra firma madrileña se había atrevido a acoger.

—'Renegaron' del arte nás contemporáneo, ¿por qué?

—Alberto y yo teníamos claro que no queríamos trabajar con arte actual. Fue complicado, puesto que un tanto por ciento muy alto de coleccionistas están enfocados en lo que es la compra de artistas jóvenes. Indagamos y descubrimos que existía un hueco dentro del mundo galerístico español, y es que sólo un 10%, o quizá menos, de firmas se dedican a autores consagrados del siglo XX: Tàpies, grupo El Paso... Son autores de renombre que en la actualidad juegan un papel más o menos secundario en el mercado. Hemos devorado generaciones de artistas que fueron muy importantes.

—Quince años después obtienen su reconocimiento.

—Tenemos nuestro grupo de coleccionistas, que son fundamentalmente internacionales. Nos han entendido y apoyado siempre mucho más clientes latinoamericanos que el propio coleccionista madrileño o español.

—Si le digo abstracción geométrica...

—Casi un 80%-90% de nuestros artistas pertenecen a ese movimiento artístico.

—¿Cómo surge?

—Franco utilizó a un grupo de artistas, el denominado Grupo El Paso, para internacionalizar la imagen de España desde la creación plástica. Ese grupo de autores trabajaba en la abstracción informalista. Por otro lado, se encontraban ciertos artistas que militaban en las izquierdas y que se les sitúa dentro de la corriente geométrica. Era de presuponer que con la llegada de la democracia al grupo El Paso se le tendió a invisibilizar, mientras que los geométricos tenían más posibilidades de progresar.

Sin embargo, para entonces, a los geométricos ya se les había 'pasado el tren', por edad, quedando totalmente olvidados y sobrepasados por las nuevas corrientes y tendencias. El arte geométrico engloba también aquellas obras creadas desde las matemáticas y diseñadas con ordenadores en la década de los 60 y los 70, cuando la casa IBM cedió a la Universidad Complutense de Madrid un gigantesco ordenador y esta, a su vez, se lo entregó a los artistas que investigaban en el Centro de Cálculo. Ellos generaron propuestas geométricas, tales como la depuración de la línea y el color, en un momento en que en España predominaba lo barroco, lo sobrecargado.

—Si le digo 'política' aplicada al arte, ¿qué es lo primero que se le viene a la cabeza?

—Una obra que Manolo Calvo, artista perteneciente al Partido Comunista que militó en las izquierdas, realizó para la galería Denise René de París. Un gran cuadro de dos metros de largo con círculos geométricos que conforman una especie de bandera. Los artistas buscaban la manera de seguir con su compromiso político y social a través de su arte.

—¿A aquel arte que era visto como denuncia política ahora se le mira con recelo?

—Es un tema de formación. Siempre hay que contextualizar la obra que estás presenciando. Si me dices que estos cuadros están hechos en 2022, el interés no pasa más allá de ser una obra decorativa. Nosotros acogemos obras creadas en mitad de una dictadura, en un contexto en el que nadie entendía aquel lenguaje. Eran individuos que se arriesgaban en sus propuestas, y que, por desgracia, esto les hacía abandonar el arte al no recibir el apoyo necesario. Cuando el arte pierde su capacidad de combate, que es lo que ocurre ahora muchas veces, deja de ser arte. Lo de ellos es arte con mayúsculas. Han pasado 50 años y las obras de aquellos autores siguen teniendo una enorme vigencia formal, estética y conceptual.

—Eran los artistas quienes confeccionaban la 'revolución' misma.

—Hay artistas que mueven a la sociedad y que mueven lo que es la Historia del Arte, pero también hay otros, hoy en día, a los que vas a ver en exposiciones y dan ganas de decirles: «Esto se hacía ya hace 50 años, lo que estás haciendo no tiene vigencia».

—¿Cuándo inició esta galería su propia revolución?

—Con su entrada en la feria ARCO, en 2017, con un proyecto precisamente del Centro de Cálculo. Hicimos algo a contracorriente debido a la crisis económica: sin tener presencia en España, nos fuimos a trabajar a Latinoamérica para intentar vender arte español en sus ferias especializadas. La primera a la que acudimos fue Pinta, con sede en Londres y Nueva York. El coleccionista latino entiende las obras geométricas mejor que el coleccionista español.

—¿Cuál es el perfil del coleccionista español?

—Por encima de los 40. Existe interés en conocer arte contemporáneo, pero los jóvenes tienen otras prioridades económicas, por lo que la compra de arte va destinada a otra generación.

—España y el mercado del arte...

—España se sitúa entre los últimos países en cuanto a mercado de arte. En los países del norte de Europa hay un interés por coleccionar mucho más desarrollado que en España.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación