PALABRAS CONTADAS
Ensayo sobre la ceguera
No siempre somos capaces de ver lo que tenemos delante. O peor: miramos a través de prejuicios y carencias
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Fotograma de la serie de TV 'Adolescencia'
El otro día vi en la tele al cuñado de un futbolista que se sacó las prótesis oculares en directo para defenderse invocando su honestidad de ciego. Me dio qué pensar. El tema de la honestidad de lo que vemos y no vemos me llevó ... al ‘Ensayo sobre la ceguera’ de Saramago, donde queda demolido todo lo que la sociedad da por firmemente cimentado. Y luego me vino la imagen de aquella vieja película, ‘El hombre con rayos X en los ojos’, que ya está anticuada, porque el futuro apocalíptico de la ciencia ficción de la guerra fría se ha visto superado por la frivolidad de los ‘reality’ de televisión. Aún así, me digo: no siempre somos capaces de ver lo que tenemos delante. O peor: miramos a través de prejuicios y carencias.
Hay quien está viendo la nueva e impresionante serie de Netflix ‘Adolescencia’ con gafas ideológicas, «pura violencia machista», cuando lo que hace es iluminar esos y otros muchos abismos cotidianos, familiares, incluida la ceguera que tenemos hacia nuestros propios jóvenes. Hay una oportunidad para superarla y dejar de ser miopes en un mundo muy complejo. Pero ya no tengo muchas esperanzas. Leí el otro día que hay quien ha visto en la programación de ‘Historia de una escalera’ de Buero Vallejo y ‘Luces de bohemia’ de Valle-Inclán en teatros públicos de Madrid algo intolerable: un repertorio, se dice, «como Dios manda», como queriendo deslegitimarlo.
Sería contrario a la agenda «ejemplar» de la época de Carmena (que vació de teatro Matadero y borró los nombres de Max Aub y Fernando Arrabal de las Naves del Español) porque provocaría ceguera idiopática hacia problemas contemporáneos. ¡Cráneo privilegiado!