palabras contadas
Agua en la Biblioteca Nacional
Urtasun asumió el cargo en noviembre de 2023. No es hora ya de hablar de herencias ni actuaciones
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Lunes. La imagen de la semana ha sido la de las goteras y los charcos en el interior de la Biblioteca Nacional de España. Heroicos trabajadores, provistos de chubasqueros, protegían con paraguas los carritos de libros que empujaban como gondoleros por los pasillos inundados ... para ponerlos a salvo del diluvio 'indoor'. Es la tercera inundación grave, que sepamos, en un año y medio en la BNE. No sé cómo no se planta, al ver esas imágenes, la gente de la cultura, en un sentido amplio. Empezando por el ministro Urtasun.
El combate ideológico, incluso la colonización de los museos con sus ideas 'decoloniales', todos los temas que le importan son compatibles con la buena gestión, y a tiempo, de los problemas. Pero ni las goteras ni el Estatuto del Artista van bien. Llueve sobre los libros y nos tranquilizan: uno dice que son del fondo del siglo XX (vale menos, menos mal). Otro, que el agua no es tan mala para los libros porque «consolida las fibras».
¿El director de la Biblioteca Nacional? Por fortuna, no llovió sobre incunables ni manuscritos, pero los fondos del siglo XX no son superfluos: el daño a un solo libro en el interior de esa casa es tan grave que merece una explicación convincente. Y medidas. Se pidieron obras urgentes para arreglar las goteras en septiembre de 2023. Urtasun asumió el cargo en noviembre de 2023. No es hora ya de hablar de herencias ni actuaciones. Hay que demostrar competencia, gestionar. Y así llegó el martes. Tocaba manifiesto. Los de la cultura despertaron. Firmaron. Pero por otra cosa, claro...
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