FOTOGRAFÍA
Jacques Léonard: pasiones gitanas (y alrededores) del 'payo Chac'
cita internacional (arlés)
El museo Réattu de Arlés acoge, dentro de Les Rencontres de la Photographie, la primera gran retrospectiva dedicada al francés, gran documentalista de la Barcelona gitana y fotógrafo humanista y comprometido
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Cuatro mujeres de luto riguroso toman el fresco en un banco. De fondo, el letrero desportillado de un colmado y un letrero de cava Delapierre. Monistrol de Montserrat, años cincuenta. Ninguna mira a cámara, pero todas atraviesan la lente con asombroso poderío. Una de ellas ... capta todas las miradas: es la única con zapatillas claras, sí, pero también la única que no llega al suelo. Así que Rolleiflex al cuello, apunten, disparen… ¡Et voila! «Mi padre veía la foto antes que nadie», asegura Santi Léonard mientras recorre, una a una, las más de 160 fotografías de su padre que cuelgan de las paredes del Musée Réattu de Arlés, antigua edificación templaria reconvertida en museo.
El instante decisivo de Català Roca, el saber mirar de otra manera de Miserachs, concentrados en el ojo mágico de Jacques Léonard (1909-1994), fotógrafo autodidacta y privilegiado documentalista de la Barcelona gitana al que, por primera vez, se revisa de forma integral. Porque, descubierto hace poco más de una década gracias al milagroso rescate de 20.000 negativos y un millar de copias originales de una inundación en su estudio del barrio de Gràcia, a Léonard se le habían dedicado ya un par de exposiciones de temática gitana.
Casi todo lo demás, sin embargo, es inédito o muy poco conocido. «La apuesta ha sido abordar la mayoría de temas que llamaron la atención de Léonard entre 1943 y finales de los años sesenta», resume Daniel Rouvier, director del museo francés. De ahí, claro, el título de la exposición, ese 'espíritu nómada' que luce en las cartelas y cobija lo que la comisaria Maria Planas presenta como «fotografía humanista, comprometida, profundamente respetuosa y gran valor documental, histórico y artístico».
Como muestra, la excepcional serie 'Évadés', un reportaje en el que, en diciembre de 1943, casi una década antes de convertirse en fotógrafo profesional, Léonard retrató a los jóvenes que huían de la Francia ocupada por los nazis para embarcar en Málaga rumbo a la Francia Libre del norte de África. «En estas fotografías se puede ver que no era ajeno a los movimientos culturales de la época», destaca Planas. Las perspectivas y los puntos de vista, añade la comisaria, evidencian «la influencia de las corrientes estéticas vanguardistas» de la Europa de los años treinta.
Años después, en 1954, Léonard se volvió a echar la cámara al cuello para seguir la llegada al puerto de Barcelona del Semíramis, barco en el que viajaban 229 veteranos de la División Azul y 38 republicanos detenidos por el ejército soviético. Son fotografías nunca antes vistas que inmortalizan los esfuerzos de la policía por contener a la multitud y el emocionado reencuentro de familias. «Léonard y su cámara, tras retratar a los jóvenes que combatieron en la Segunda Guerra Mundial, continuarían unidos para siempre con Barcelona», apunta Rouvier.



Próxima parada, las barracas del Somorrostro, donde Léonard se convertirá en el 'payo Chac' y en testigo privilegiado de una forma de vida en plena transformación. Otra muesca más para una existencia de película que arrancó a la vera del cine, trabajando como montador y ayudante de producción para los estudios Gaumont de París, y le llevó a la fotografía casi por accidente, retratando primero localizaciones para películas y acompañando después al humorista Robert Lamouret y a su mujer Vicky Ross en una gira por Inglaterra, Australia, Grecia, Italia y la India entre 1949 y 1951. En los retratos de la pareja queda claro que en la mirada de Léonard hay tanta intención como voluntad artística. «Está viendo algo que quiere retener, a veces por puro placer», desliza Maria Planas.
Rosario Amaya
La retrospectiva, enmarcada en Les Rencontres de la Photographie de la ciudad francesa y organizada por la Fundación Photographic Social Vision, sigue así el rastro de un fotógrafo discreto y reservado que, hijo de un criador de caballos de origen gitano y de la propietaria de un salón de costura de París, se profesionalizó tras llegar a Barcelona en 1952. Creó su propio estudio, empezó a trabajar para 'La Vanguardia' y 'La Gaceta Ilustrada' y, entre encargos deportivos, reportajes callejeros e impactantes imágenes de sucesos como las riadas del Vallés de 1962, reservó algunos de sus mejores disparos para documentar la vida de los gitanos de Barcelona.
Antes, claro, tuvo que atreverse a pedirle una cita a Rosario Amaya, prima de la bailaora Carmen Amaya y cotizada modelo que posaba a diario para los alumnos de la Escola Massana. «¡A mí ese payo loco no me pinta!», llegó a decir Rosario, puro carácter, cuando Dalí intentó que posase para él. Con Jacques, en cambio, no tuvo reparo alguno y algunas de las mejores fotografías que le tomó pueden verse estos días en Arlés junto a imágenes familiares de la tía Rosita, el tío José, 'La Chunga' y el tío Bechín.

Fue la relación de Léonard con la joven gitana, con quien se acabaría casando, lo que le permitió llegar donde casi nadie lo había hecho antes. «Había otros fotógrafos, sí, pero que pagaban a cambio de posados», relativiza Santi Léonard. Su padre, en cambio, era uno más. Hecho un pincel, siempre con traje y pañuelo en la solapa, recorría barracas y romerías; fotografiaba bodas y velatorios. Lo nunca visto.
«Ese de ahí es mi abuelo, el Indalecio», celebra de pronto Santi señalando una de las 68 copias de época de la exposición. «Llevaba una navaja de siete muelles en la faja, así que imagínate el choque con mi padre», bromea. A su lado, el Indalecio y su fenomenal bigote cantan y bailan junto a la bruja Anika en la bodega Ca la Rosita. Es noche de San Juan, fiesta grande para los gitanos, y ahí está también Jacques, cámara al cuello, dispuesto a tomar algunas de sus instantáneas más icónicas. «Estuvo muy cerca de los gitanos, tiene el mismo ojo que ellos», constata Anne Clergue, hija del legendario Lucien Clergue y galerista que, también en Arlés, presenta una segunda exposición con copias actuales y vintage de temática exclusivamente gitana.
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