Crítica De:
'Si este no es mi hogar, no tengo un hogar', de Lorrie Moore: qué bello es morir
Narrativa
La estadounidense, una de las autoras más ácidas y corrosivas, vuelve a demostrar su maestría en esta novela de fantasmas
Otras críticas del autor
'Si este no es mi hogar, no tengo hogar' es un libro muy extraño de una perfecta escritora a la que conocemos —o creíamos conocer— perfectamente: Lorrie Moore. Ya se sabe, ya sabemos: Moore (Glens Falls, NY, 1957), autora de relatos magistrales (' ... Pájaros de América' basta para elevarla a los más alto) y de literatura infantil y de ensayos maduros.
Y de novelas: la en-relatos 'Anagramas', la breve y sensible '¿Quién se hará cargo del hospital de ranas?', y la fallida e innecesaria (porque era un cuento de Lorrie Moore XL) 'Al pie de la escalera'. Así, en la mediana y larga distancia, nada que se acercase a la maestría de esas instrucciones en segunda persona de 'Autoayuda' o a esa cumbre que es «Gente así es la única que hay por aquí: farfullar canónico en oncología pediátrica».
NOVELA
'Si este no es mi hogar, no tengo un hogar'

- Autora Lorrie Moore
- Editorial Seix Barral
- Año 2024
- Páginas 288
- Precio 19,90 euros
Alegría y sorpresa: he aquí no solo una muy buena novela sino, además, de una audacia digna de admiración. Y —si como comentó alguien—las novelas de Moore pueden entenderse como Lados-B de sus cuentos, entonces 'Si este no es mi hogar, no tengo hogar' es un Lado-B a la altura de 'Things We Said Today' o de 'I'm a Loser' o de 'Day Tripper' o de 'Rain' o de 'Don't Let Me Down' de los Beatles: canciones que podrían configurar 'soundtrack' de este libro. También, 'Si este no es mi hogar, no tengo hogar' es una intimidante y original y audaz y ambigua novela de fantasmas. Y, a su vez, es el fantasma de una novela.
Aquí, dos historias separadas pero unidas por más de un siglo y medio con estructura y lenguaje que recuerdan algo a George Saunders o al primer y último Paul Auster con arrebatos líricos-alucinados de Michael Ondaatje y Denis Johnson y Cormac McCarthy y, sí, a David Lynch. Allí y entonces, diario epistolar de Libby: poco convencional dueña de pensión a finales de la Guerra Civil norteamericana donde se hospeda personaje histórico e histriónico de gatillo caliente. Y aquí y casi ahora, en 2016 y a punto de Trump, el locuaz y caído en (des)gracia profesor de Historia en colegio secundario, Finn: viajando a Manhattan para acompañar a agonizante hermano, Max, y reflexionando sobre surtidas teorías de la conspiración.
Mientras, no deja de invocar al complejo cuerpo/espíritu de Lily: su 'magnífica lunática' y poetica (de Poe) y payasa y suicida demasiado creativa y ex novia-cadáver-espectro. Y de pronto otra muerte anunciada y allá va Finn. Y el Más Allá y el Más Aquí y la conexión entre ambos tiempos y personas en contrapunto funeral —opuesto pero complementario— marcando el ritmo que bailan los vivos y los muertos. Y en semejante extrañeza cabe preguntarse dónde está Lorrie. Pero Moore está, y se materializa por encima de la fantasmagoría.
He aquí no solo una muy buena novela sino, además, de una audacia digna de admiración
Y, claro, sus buenísimos chistes malos de tragicómica 'stand-up comedian' marca de la casa («Un chiste había que revisarlo, pulirlo, frotarlo hasta que el genio salía de la lámpara, se largaba corriendo y dejaba de ser divertido», teoriza Finn; «Los chistes son dispositivos de flotación en el gran mar de una vida de pesares. Son las señales de salida en un cuarto muy oscuro», añade Lily). Y sus guiños literarios y símiles deslumbrantes. Y su recurrencia de aves y plumajes.
Y su irónica mirada de rayos x atravesándolo todo, sudario y piel, hasta revelar los huesos de la cuestión, pero del modo más ambiguo e inquietante: ¿Está loca o es inmortal Libby? ¿Está muerto Finn o está loco? ¿Es el moribundo Max quien más sabe acerca del sentido de la vida? ¿Y no quién sino qué es Lily? ¿Habitan todos una misma región espectral sin tiempo ni espacio? ¿Se trata todo de una versión necro-bardo-órfica de 'road novel' que, de pronto, comienza a 'descomponerse' ante los ojos del lector como si se tratase del más vivaz de los restos mortales? Todo análisis se resiste y está bien que así sea en esta novela claroscura en la más encandiladora de las penumbras.
De moda
«La muerte es la nueva vida. Y esperaba que resultara más barata... La muerte está de moda, antes lo estaba la vida... La muerte es una puta genia... Una alumna prodigio... La Muerte hacía quedar mal a La Vida», postula Finn. Y, sí, pocas veces en La Vida se ha leído y escrito con mayor alegría y adoración y, sí, amor físico y carnal, acerca de la muerte, de La Muerte.
Aún así, lo último que se lee en 'Si este no es mi hogar, no tengo un hogar' es «Nada en este mundo realmente terminaba». Y, en esta temeraria y atemorizante novela en clave —en cataléptica clave de RIP que no permite descansar en paz— tampoco.
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