LIBROS
La herida abierta de Hiroshima
ENSAYO
A través de los relatos de los supervivientes de la bomba atómica, Agustín Rivera reconstruye la tragedia con la mirada puesta en el presente y en el futuro
Marginación, olvido y secuelas físicas: así ha sido la vida de los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki
![Un hombre mira los restos de un edificio tras la caída de la bomba de Hiroshima](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/31/hiroshima-critica-agustin-rivera-RTXrUyv49K0jUJkspkFNy6J-1200x840@abc.jpg)
Los testimonios recogidos por Agustín Rivera en Japón son muy duros y te noquean desde la primera página: «La temperatura era cien veces mayor que la de ahora. Algunas personas caían al río y se ahogaban. En el agua flotaban muchos cadáveres. Olían a ... muerto, como si fueran pescado podrido. Todavía veo el color negro de los cuerpos descompuestos. La poca gente que había en la calle tenía la espalda carbonizada. De los cadáveres putrefactos salían gusanos, mientras los heridos caminaban en silencio», recuerda Mori-san en el primer capítulo sobre aquella espantosa tarde del 6 de agosto de 1945.
El cuarto libro de este ex corresponsal de Japón, sin embargo, no se centra solo en el dolor, la muerte y la destrucción, aunque inevitablemente estén presentes a lo largo de sus 308 páginas. En 'Hiroshima. Testimonios de los últimos supervivientes', los relatos en primera persona de los 'hibakusha', las víctimas aún vivas de las bombas atómicas, reflejan igualmente la esperanza, el amor, la superación y el perdón surgido de entre las ruinas de la ciudad, que fue creciendo poco a poco a lo largo de estas ocho décadas.
'Hiroshima'
![Imagen - 'Hiroshima'](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2023/05/31/Hiroshima-Agustin-Rivera-U06362831012ztP-224x330@abc.jpg)
- Autor: Agustín Rivera
- Editorial: Kailas
- Año: 2023
- Páginas: 308
- Precio: 21,90 euros
«Durante 28 años pasó de largo cuando sus alumnos le preguntaban por la bomba atómica. Vacilaba, pero nunca contestaba. Le aterrorizaba remover los fantasmas del pasado, aunque eso se acabó en 1983. Desde ese momento se convirtió en una de las voces más importantes que reivindicaban, a causa de su amarga experiencia, la eliminación del arsenal nuclear del planeta», explica otro de los supervivientes. Y es que las experiencias de muchos de los entrevistados por el corresponsal español –cuyo primer viaje a tierras niponas se produjo en 1995, después de que el legendario reportero Manu Leguineche le propusiera buscar estas historias–, aparecen en el libro como la luz al final de un túnel que mató a 180.000 personas y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de los japoneses.
Ahí está la belleza del libro, que no rehúye la tragedia ni los detalles más escabrosos, a menudo inverosímiles para lo que no estuvimos allí, pero mira hacia el futuro con cierto optimismo: «Hasta los 72 años me dieron miedo los efectos de la radiación, pero Hikaru y Nodoka, mis dos hijas, tienen más de 50 años y han crecido sanas», reconoce Maki Junji. Y, a continuación, subraya: «He tenido la suerte de conocer a nuestros supuestos enemigos, los estadounidenses. Han venido a hablar conmigo, a hacerse fotos y a escuchar mi testimonio. Los que se han acercado están en contra de las armas nucleares, pero también existe una minoría de japoneses que cree que los que arrojaron la bomba no pueden ser perdonados. Yo no comparto esa idea».
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