CRÍTICA DE:
Gruber y Delgado, tránsito pictórico entre extremos en el CACMálaga
MÁLAGA / Pintura
Ciclo dedicado a la pintura en el CACMálaga, con dos creadores de altura, que se encuentran en las antípodas en sus resultados finales
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Hacía tiempo –demasiado– que no coincidían en las salas del CACMálaga dos notables exposiciones como éstas, protagonizadas por Eduardo Gruber (Santander, 1949) y Gerardo Delgado (Olivares, 1942), artistas que, lejos de alharacas, mantienen una desbordante intensidad creativa y siguen defendiendo la coherencia ... de sus carreras y posicionamientos.
De hecho, las 18 obras que presenta Delgado están realizadas entre 2022 y 2023, con algunas de una serie en proceso actualmente, mientras que en el caso de Gruber encontramos, entre las casi noventa expuestas, una veintena de piezas realizadas en lo que llevamos de década. Además, la coincidencia de ambas permite viajar entre la figuración punzante y el tono, por momentos, desesperanzado del santanderino y la lección de composición geométrica y variaciones cromáticas que ofrece el sevillano.
Brota la lucidez
El arranque de la cita de Eduardo Gruber resulta apabullante, tanto por las 32 piezas que conforman el gabinete que se apodera de la primera pared como por el patetismo y desazón que rezuman: oscuras, espesas e incluso apocalípticas, aglutinan asuntos crudos y comprometidos, como la guerra o la religión. Gruber se muestra como un pintor de estirpe romántica, que bascula entre el hondo realismo y una figuración expresiva, y que abraza el patetismo, el dolor o la desesperanza, en ocasiones con un vínculo extremo, a modo de denuncia, con las condiciones sociales.
Sin embargo, de esa oscuridad brota la lucidez. La violencia queda explicitada en muchas de sus series, como las dedicadas a la guerra o al boxeo, aunque este pueda ser entendido como metáfora de resistencia y compromiso, mientras que en otras se desliza esa violencia en territorios fronterizos, como el abuso de poder.
En la serie 'Femme fatale-amores platónicos', Gruber desarrolla su contrastada faceta de escritor, de modo que ensaya por cada uno de los nueve retratos femeninos un relato que recuerda al universo literario de Paul Auster, dada su entrega a señalar cómo el azar condiciona la vida. Los retratos, partiendo de fichas policiales de los años veinte (imagen y descripción del delito) del Museo de la Justicia y la Policía de Sídney, son de tal profundidad psicológica que sobrecogen.



La escritura queda incorporada prácticamente a la totalidad de su obra, no sólo por el indudable eco narrativo de su pintura, también por frases y palabras que adquieren protagonismo, incluso viniendo a connotar las imágenes. Tal vez por ello, en ocasiones sus pinturas parecen adquirir la condición de emblemas morales, prestos a ser interpretados y descifrada la carga crítica.
Por otro lado, hablar de Gerardo Delgado es hacerlo de un maestro, de uno de los nombres históricos del arte español del último medio siglo, ligado a episodios trascendentes como el Centro de Cálculo a finales de los sesenta.
Sus dinámicas y elegantes obras se hallan en la tradición de la abstracción de borde duro, jugando, en forma de series, con elementos que repite para mostrar variaciones en cada una de ellas. En sus superficies conviven lo depurado y plano, propio de su lenguaje abstracto-geométrico, con sugerencias y texturas de zonas más líricas y orgánicas en la aplicación del color.
Eduardo Gruber y Gerardo Delgado
Eduardo Gruber. 'Nadie es nada'. Comisario: F. Francés. Hasta el 3 de marzo. Cuatro estrellas. CAC MálagaMálaga. C/ Alemania, s/n
Gerardo Delgado. 'Estructuras y tramas' Comisario: F. Francés. Hasta el 18 de febrero. Cuatro estrellas. CAC MálagaMálaga. C/ Alemania, s/n
En ocasiones, la pintura de sus estructuras es absolutamente cubriente, mientas que en otras, en un dechado de sutileza, al modo de una veladura, deja ver las texturas que subyacen en la capa inferior.
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