CRÍTICA DE:
'Fractal del Salón de pasos perdidos', de Andrés Trapiello: el paisaje infinito
ENSAYO
El aspecto más valioso de una Antología, provocar la búsqueda inmediata, tras su lectura, del resto de la obra del autor. Saber más, porque aquí se contiene lo común a todos ellos: una narración cervantina
Otras críticas del autor
Como 'paisaje infinito' titula Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, León, 1953) el Epílogo a este volumen, 'Fractal del Salón de pasos perdidos'. Recoge una, vale decir, Antología de los 24 libros publicados desde 1987 hasta 2023, un período que comprende los siguientes apartados: ... Libro 1 (1987-1993), Libro 2 (1994-2000) y Libro 3 (2001-2006). Es paisaje, sí, y paisanaje.
Es claro que el diario literario, estos lo son, es la expresión de un pensamiento que surge en el ámbito cotidiano del escritor. Algo hoy más valioso en esta monumental obra, tanto en su sentido de número de páginas, como en el de una calidad literaria extraordinaria.
ENSAYO
'Fractal del Salón de pasos perdidos'
![Imagen - 'Fractal del Salón de pasos perdidos'](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2024/07/02/1625portafer.jpg)
- Autor Andrés Trapiello
- Editorial Alianza
- Año 2024
- Páginas 816
- Precio 28,03 euros
Monumental, por cuanto el acoso a la intimidad y el exhibicionismo obsesivo, se unen para confluir en una delirante suma de despropósitos sin fin. Pero así están las cosas. 'Fractal' es, en su poco más de ochocientas páginas, una recopilación memorable, cuyo mérito se debe a Nieves García, Ana Pérez Díaz y Manuela Romero: «De no ser por estas tres amigas que conocen —escribe Trapiello en el citado Epílogo— el Spp infinitamente mejor que yo y se lo han trasteado de arriba abajo varias veces, este libro no se habría hecho, tanto por su ingente cantidad de páginas, como por la multitud de fragmentos y registros escritos a lo largo de casi treinta años».
Se dice pronto, treinta años. Para los que no conozcan las entregas anteriores será la puerta de entrada a una de las más fascinantes creaciones literarias escritas, y de qué magistral manera porque es cierto que «el estilo es bueno si no se nota», en español, y para los asiduos a sus páginas una manera de recorrer, de nuevo, en un mapa diferente, lo conocido y ser contemplado con otra mirada, otra edad y, sí, otro tiempo. Como uno forma parte de estos últimos, volver a los pasos perdidos, tal vez en el tiempo, pero ganados para la literatura, ha sido una experiencia única, singular, arrebatadora. Porque uno nunca lee dos veces el mismo libro. Ni el libro es el mismo, ni uno, ay, tampoco es el mismo.
La sencillez es su estela; la complicidad del lector, su anhelo; la claridad, su divisa
De ahí la profunda novedad de esta edición. Sean 'Ensayos íntimos' (Montaigne), 'Confesión o relato de uno mismo' (Blanchot) poseen lo que Max Aub denominó «la gracia del aire», el vivir cada día y contarlo. Sin remilgos, sin obsesiones, sin venganzas ni defensas, al aire, mirar, ver, escuchar, compartir, viajar, soñar, recordar son verbos que imprimen a sus páginas una vida vivida a cada instante, vivida y contada. Solo queda lo escrito.
Lo que permanece y dura. Lo que, por ejemplo, narra Trapiello un día al pasear (Trapiello, como Ramón, como Cansinos, como Pla, como Corpus Barga es un gran, al decir de sí mismo Ramón, 'paseandero') por la madrileña calle Almirante y ver cómo salía una camilla de un portal que llevaba a una anciana de piel casi transparente, cercana, probablemente a los cien años, acompañada de su hija que iba de su mano hacia la ambulancia y de repente esa iluminación en la sombras de la vida, ese momento de la sensación verdadera, esa epifanía que emocionó al narrador: la limpia mirada de amor, de serenidad, de despedida que esa anciana, en un arco de 180 o 360 grados dirigió a la que había sido su calle, sus comercios, sus gentes.
He ahí el paisaje infinito. He ahí, el paisaje de la vida, los pasos contados (Corpus Barga) de treinta años recogidos en una antología, condenadamente compleja, que no resume sino que anima a buscar ese primer tomo y adentrarse, sin remisión, en los siguientes.
Este es el aspecto más valioso de una Antología, provocar la búsqueda inmediata, tras su lectura, del resto de la obra del autor. Saber más, porque aquí se contiene lo común a todos ellos: una narración cervantina, melancólica y por ello, irónica hacia sí mismo, llena de las palabras esenciales que explican un vivir, sin mayor pretensión pero con enorme grandeza. La sencillez es su estela; la complicidad del lector, su anhelo; la claridad y la honestidad (sobre todo consigo mismo) sus divisas. Enhorabuena a la editorial Alianza por una apuesta que engrandece las letras en español en una aventura literaria, hoy, y será por mucho tiempo, sin parangón.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete