Flan iLevick: «El mercado de los NFT debería fusionarse con el mercado del arte»
El artista lanza 'CiⓇcle', una colección formada por tres obras digitales en movimiento creadas por fragmentos de la revista Blanco y Negro para BYN, la comunidad web3 de ABC Cultural
Flan iLevick es un chamán digital. Así lo dice él mismo. Y estas capacidades para indagar en el mundo de los NFT y el nuevo mercado digital no las ha desarrollado en un aula, sino a través de muchos con los que ha mantenido alguna conversación, fiestas, cervezas con y sin tapa, y con trabajo. Mucho trabajo. Amante de los logaritmos y preocupado por sus discrepancias con la Inteligencia artificial, el artista conocido también como Runiko lanza ahora 'Circle', una colección compuesta de tres obras digitales en movimiento constante creadas por fragmentos de la centenaria revista 'Blanco y Negro' para BYN, la comunidad web 3 de ABC Cultural que da visibilidad y voz al arte digital en español. «Parece que los NFT es un mercado aparte de todo el mundo, pero es necesario que empiece a fusionarse con el mercado del arte para que las piezas digitales ya no sean una excepción en las ferias o las galerías».
Los tres lienzos digitales para la plataforma representan el pasado, presente y visión de futuro. Además, parte de composiciones circulares creadas con recortes de la centenaria revista Blanco y Negro, impregnando así el concepto de evolución temporal en la serie mediante la incorporación de elementos cromáticos puramente digitales creando un contraste con los fragmentos de la revista que inspira el nombre del trabajo. «Cuando empecé a navegar entre todos los documentos de la revista, me di cuenta de cuánta riqueza había en el proyecto. Me fue muy complicada la elección de las portadas».
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Aunque ya existía una idea preconcebida, el artista prefirió poner capas y transformar la idea a medida que la trabaja. Lo único que tenía claro es que la obra iba a partir de la primera composición que hizo para el stand de ABC Cultural en ARCO el pasado año. «Debía ser un formato circular para marcar ese punto de ciclo y de metáfora de lo cíclico». Para iLevick, el trabajo artístico es una forma de purgar lo que uno lleva dentro. «Me ayuda a comprenderme e indagar sobre mis ideas y el momento actual que vivo. Ahora reviso el pasado, estoy en un presente muy meditativo y, al mismo tiempo, trato de visualizar el futuro».
Los NFTs conforman para el artista un espacio más para vender sus proyectos, aunque lo que más le interesa de ese concepto es la manera en la que se soluciona el arte digital. «Lo que estás comprando es esa obra en su estado primigenio, no en un estado físico. Esto ha aportado una nueva forma de operar con arte, venderlo, transferirlo y compartirlo con otras personas». Y aunque el valenciano reconoce que esta nueva modalidad está en auge, no se opone al arte tangible. «Una obra física y una digital no están contrapuestas. Ambas propuestas son muy compatibles y hay muchas piezas que están hechas para lo físico y que también se está haciendo su versión digital en NFT».
La inquietud y la curiosidad son dos elementos que han formado parte del recorrido profesional del artista, aunque el aprendizaje es esencial en la creación de cada una de sus obras. «Una de las premisas que tienen todos mis proyectos es que, de alguna forma, tienen que llenar de nueva información. Tienen que ampliar mis horizontes». En su última etapa como artista, iLevick se ha centrado en series de collages en movimiento que retratan el vasto rastro digital de la humanidad. En ellos, el azar y la improvisación son algunos de los ingredientes principales. «Mi trabajo va mucho por la intuición. Es meditativo, pero a un nivel no tan racional».
Luces y sombras de la IA
La Inteligencia Artificial y su uso en una creación artística, que ya ha provocado discordia en el mundo de la cultura, como en el cine, también la genera en el arte. La informática siempre ha formado parte de su vida por el trabajo de su padre y, fruto de esa atracción, iLevick lleva años trabajando con logaritmos, con el arte generativo y con la IA. «Sigo teniendo mis pequeños conflictos en la cabeza, sobre todo cuando yo he programado mis propios algoritmos, incluso aquellos que nada tienen que ver con los de ahora, sino que eran matemáticos y que aprendían lo que yo les escribía», reconoce. Si bien es cierto que durante la creación de estos elementos provocaba en él «algo bastante mágico», tenía por dentro el pensamiento de que podía ser una entidad nueva de creación. «Cuando haces algo con un algoritmo también forma parte de la autoría del artista que ha programado ese algoritmo».
Aunque para iLevick la IA es solo un instrumento o herramienta más que por ahora no se ha convertido en una entidad por sí misma, su uso inadecuado puede perjudicar una obra. «Usar los algoritmos rápidamente creo que no dan el tiempo suficiente que necesita el artista para poder dialogar con su creación». Este tiempo es fundamental para cada proyecto y reconoce que los procesos rápidos le incomodan. «Pertenezco a la generación del esfuerzo y de trabajar a fondo una creación. No sé si las nuevas generaciones creo que eso lo han superado. Invierto muchísimo tiempo en luchar contra las problemáticas que surgen y hasta que no completo ese esfuerzo en la creación de mi pieza siento que no es íntegra».
Comunidades para sobrevivir
Las comunidades han adquirido una importancia relevante dentro del arte digital como BYN. Al menos, así lo considera tras su experiencia. «Al principio, apenas había galerías y representantes que acogiesen el trabajo de artistas digitales, de modo que ellos mismos han tenido que encontrar a sus compradores. Al generar comunidades por internet, se ha creado un enlace más cercano y se ha convertido en algo fundamental». A través de su faena se ha percatado de que el mundo de los NFTs bebe de cómo se utiliza internet, de las nuevas generaciones e incluso del 'gaming'.
El ecosistema de venta ya no es una galería física, sino que son y espacios digitales como las redes sociales, de modo que la obra se consume desde puntos distintos y a través de un mercado más global. «Tiene mucho que ver el arte digital con la presencia de un 'yo' en internet que al mismo tiempo que es real, también es virtual y que incluso interactúa de forma distinta a cómo lo hace en el mundo o comparte un contenido distinto».
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