Hazte premium Hazte premium

la talaverana

El primer Mundial

El primer Mundial es como todas las primeras veces. Como el primer viaje con amigos, la primera novia...

Diego S. Garrocho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El primer Mundial es como todas las primeras veces. Como el primer viaje con amigos, la primera novia o los primeros compases de todo lo que nos importa. Estadísticamente estos momentos inaugurales son siempre el preludio de un fracaso. Porque nadie acierta a la primera ... . O, al menos, nadie que aspire a la normalidad. Eso sí, lo doloroso de la vida se descubre algún tiempo después, cuando la afinación del acorde de todas nuestras derrotas acaba por sonarnos perfecto. El fracaso nunca es la excepción, sino la norma. Alguien debería explicárselo a nuestros jóvenes. Pero el primer Mundial, y todas las primeras veces, tienen el privilegio semántico de ser la ocasión en la que le ponemos nombre a las cosas. Y esa nominación constituyente acaba por demostrarse irreversible. Suele ocurrir alrededor de los 10 años, que es una edad lo suficientemente temprana como para que todo sorprenda pero lo bastante madura como para saber fijar posición propia. Con esos años ya sabes qué selecciones te pueden caer bien, eres capaz de decidir tu jugador favorito y hasta te da por imaginar qué dorsal escogerás el día que el seleccionador por fin te llame. Cosa que nunca ocurrirá.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación