Crítica de:
'Despertar a los muertos', de Scott Spencer: la novia cadáver
Narrativa
El autor norteamericano nos sirve un muy logrado 'thriller' político al que añade un romanticismo cuasi-gótico
Otras críticas del autor
Scott Spencer (Washington D. C.,1945)
A mediados de los años '80s, Scott Spencer estaba en ese tipo de problemas que suelen presentarse luego de una tanto tiempo esperada y perfecta solución: alguna vez perteneciente a ese tan respetable como perturbador gremio del 'escritor de escritores' (léase poco leído ... pero apreciado), con su tercera novela Spencer por fin se había alzado por todo lo alto con un gran premio marcando tres en raya: triunfal 'best-seller', adorado por la crítica, y considerado clásico instantáneo. La más que afortunada proeza de Spencer (Washington, D.C., 1945) se había publicado en 1979 y se titulaba 'Amor sin fin'. ¿Cómo seguir después de eso?
NOVELA
'Despertar a los muertos'
- Autor Scott Spencer
- Editorial Muñeca Infinita
- Año 2024
- Páginas 528
- Precio 24,90 €
Spencer —quien por delante y hasta ahora mismo tenía y ya tiene muchas excelentes novelas incluyendo lo histórico, la variación sobre la figura de Bob Dylan, la sátira despiadada-desesperada del mundo editorial, un ciclo cuasi cheeveriano de los espléndidos horrores de quienes habitan los suburbios norteamericanos, y hasta un díptico de terror licantrópico bajo alias confeso— decidió entonces hacer lo más astuto y lo más inteligente y lo hizo con renovado talento: publicó, en 1986, esta 'Despertar a los muertos' que de algún modo no es otra cosa —habiendo sido 'Amor sin fin' una de las investigaciones más ardientes y feroces del amor/sexo juvenil— que la versión para más adultos (pero no demasiado) de ese mismo sentimiento fundiéndolo con muy logrados 'thriller' político y añadiendo a la mezcla un romanticismo cuasi-gótico con novia cadáver a cuya inolvidable memoria se persigue y se quiere alcanzar y recuperar con pasión alucinada y digna de un Edgar Allan Poe por su Annabel Lee.
En resumen: otro 'best-seller' literario de mucha calidad anticipando de algún modo lo que alguien como Scott Turow haría después en intrigas legales-sentimentales como 'Presunto inocente' o 'El peso de la prueba' combinándolo con una aproximación ideológica a aquel 'Love Story' de Erich Segal y con más de un reflejo de 'Vértigo' de Alfred Hitchcock. Así, lo mejor de todos los mundos en uno solo.
Fielding no deja de lamentar la muerte de su primer amor: Sarah Williams, consciencia moral en un paisaje despiadado
Aquí, el enamorado infinito es el chico dorado y treintañero Fielding Pierce —experto maniobrador Made in Harvard en el mundo de la política tribunalicia y ya listo para entrar al Congreso como joven promesa cumplida de los demócratas— en más funcional que feliz pareja con Juliet Beck, la sobrina de su mentor político quien lo considera listo para todo lo que venga y para todo a lo que vaya. Pero nada es perfecto y Fielding no deja de lamentar la muerte de su primer amor: Sarah Williams, consciencia moral en un paisaje despiadado, chica politizada y radical-utópica quien murió (junto a disidentes exiliados chilenos) la más terrible y explosiva y «famosa» de las muertes y ha devenido en icónica mártir por la causa. Y de pronto la duda existencial muta a sospecha cuasi-paranoide de Fielding: ¿será posible que la idealista y por él idealizada fantasmal Sarah esté viva pero algo así como enterrada viva?
'Despertar a los muertos' —que al igual que 'Amor sin fin' no hace distingo alguno entre la sexualidad del romance y la espiritualidad de la carne y, por suerte, tuvo versión fílmica más digna que la anterior— busca y encuentra la respuesta a esa pregunta hasta alcanzar el éxtasis del lector.
En conversación con Spencer, Lorrie Moore confesó que 'Despertar a los muertos' tiene para ella uno de los mejores finales en la historia de la literatura norteamericana. No se equivoca: pero también tiene uno de los mejores comienzos y uno de los mejores 'durantes'.