La descarnada historia original de Pinocho, el clásico que ha llevado al cine Guillermo del Toro
El cuento originario y la película firmada por el director mexicano comparten oscuridad y complejidad
El poder de los cuentos ni se crea ni se destruye y así se transforma
![Una escena de la película 'Pinocho', de Guillermo del Toro](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/cultura/2022/12/22/pinocho-RqkL7iKkxcNckETLAu5mymK-1200x840@abc.jpg)
'Pinocho' es otro de los cuentos clásicos al que, como 'Blancanieves' o 'La Sirenita', se le ha dado una nueva vuelta de tuerca en este 2022. Guillermo del Toro firma una personalísima versión del relato que escribía el italiano Carlos Collodi ... a finales del siglo XIX.
Por la técnica elegida, el 'stop motion', el cineasta parecía que se decantaba por un público infantil, sin embargo, el mismo aclaraba las dudas en una entrevista en el portal Joblo: «Creo que queríamos llevar Pinocho a una versión que discuta cosas realmente conmovedoras y profundas para nosotros. ¿Sabes? Vida, muerte, paternidad, desobediencia, libertad, ya sabes. Y cuando lo presenté en todos los estudios me preguntaban si diría que es para niños. Y dije que no, pero los niños pueden verlo si sus padres les hablan. Si quieres una película infantil, ese es un tipo diferente...«.
Del Toro se une así a una mirada reflexiva que se cierne sobre los cuentos clásicos en los últimos tiempos, cuyo objetivo es recuperar la trascendencia y la riqueza de su simbolismo, en contraste con las versiones edulcoradas o en las que se han eliminado cualquier tipo de contenido ofensivo al estar dirigida al público infantil.
Al contrario de otros relatos tradicionales como 'La cenicienta' o 'Caperucita roja', Collodi sí que pensó en los niños cuando escribió 'Pinocho'. El escritor italiano publicaba la historia originalmente a través de 36 entregas en la revista italiana 'Giornale per i bambini' (el periódico de los niños) entre 1881 y 1882. Sin embargo, el cuento primigenio no versa sobre la mentira, sino sobre la holgazanería, ya que, según el autor, era el mayor obstáculo que impedía a los niños tener éxito en la vida. Entre las más de doscientas páginas que tiene el libro, el pasaje en el que a la marioneta le crece la nariz por sus mentiras apenas ocupa unos párrafos, a diferencia de la película de animación de Disney.
Gepetto vende su abrigo para comprar un libro con el fin de que Pinocho vaya a la escuela, pero él malgasta la oportunidad, lo que le acarrea multitud de problemas. Tanto Grillo como el Hada Azul le advierten de que los niños que no se esfuerzan se convierten en burros, en criminales o acaban en hospitales, Collodi estuvo muy comprometido con la reforma de las escuelas infantiles, de ahí su insistencia en apuntar la pereza como una de las tentaciones más perniciosas y en la educación, como medio para superarla y no terminar siendo un mero títere.
(Des)obedencia
La fábula originaria también encierra un tratado sobre la importancia de cumplir con las normas, que en el filme Del Toro recoge desde la perspectiva opuesta. A diferencia del original, que no se enclava en ningún lugar específico aunque sí refleja la realidad de su época, el director de 'El laberinto del fauno' sitúa su versión en la Italia fascista de Benito Mussolini. En los equilibrios de poder que se desatan, todos están sometidos y la excepción es el títere. «Quería hacer una película donde todo el mundo se comporta como una marioneta excepto la marioneta, y hacerlo con marionetas», declaraba a ABC el director mexicano, que también manifestaba a la prensa: «La mayoría de los Pinochos tratan sobre la obediencia. Hagamos el nuestro sobre la desobediencia».
A pesar de la oscuridad que la sobrevuela, Del Toro consigue imprimir a la historia dosis de ternura, que a duras penas sobrevive en la original. El muñeco de madera llega a patear al bueno de Gepetto, que acaba en la cárcel acusado de abuso y maltrato. Precisamente, la historia primigenia llama mucho la atención, ya que es de gran crudeza y violencia. Pinocho padece graves penurias para conseguir comida, recibe fuertes palizas y, por sus muchas faltas, acaba sus días ahorcado de un roble.
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Collodi recibió tal número de protestas ante ese primer final, que tuvo que retomar la historia y cambiar el desenlace por el que ha llegado a nuestros días, en el que Pinocho se convierte en un niño de verdad por obra y gracia del Hada Azul. El perdón de todas sus fechorías pasadas le llega tras redimirse a través del trabajo duro que lleva a cabo para cuidar de Gepetto.
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